Capítulo 14

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    —Como podemos observar, Hilary tiene una posición lo suficientemente cómoda para hacer el beso más profundo —explicaba Abby mientras Val filmaba todo.

    —¿Es necesario que el chico toque su trasero? —pregunté, con una mueca.

    Las dos se lo pensaron seriamente:

    —Puede —respondieron al unísono.

    La KissCam iba... bien, supongo. Hilary besó a más de diez chicos; Abby, ocho; y Val, dos. Según ella, "no quería tener más gérmenes de desconocidos en su boca".

    —Pensé que en un beso había que improvisar —dije, observando cómo Hilary se separaba del chico y volvía hacia nosotras sin cruzar una sola palabra con él.

    —Sí, pero en un beso improvisado puede salir todo mal —contestó Abby.

    Val bajó la videocámara, y señaló a Abby.

    —Es tu turno, tigresa, ve a por ellos.

    Asintió, y trotó hasta un chico de cabello castaño que estaba conversando con uno geek. Agarró el cuello de su remera y lo besó. Su amigo observó la escena con los ojos muy abiertos y la boca colgando.

    Era de esperarse. No todos los días una chica como Abby aparece de la nada y besa a tu amigo frente a tus ojos.

    Al separarse, el chico estaba muy rojo y balbuceaba algo ininteligible. Mi amiga se encogió de hombros con inocencia y volvió hacia nosotras.

    —¿Cuánto quieres apostar a que le quitó su primer beso? —dijo Val a mi lado.

    —Oh, no. —Solté una risita digna de cualquier porrista.

    Abby se paró junto a mí, y cruzó los brazos sobre el pecho.

    —No puedo creerlo.

    —¿Qué ocurrió? —preguntó Hilary.

    Ella comenzó a reírse de manera alocada, y dijo:

    —Le robé su primer beso.

    Val chocó su hombro contra el mío.

    «¿Cómo lo adivinó?».

***

    —Bueno, Summer, ¿aprendiste algo? —interrogó Hilary, mirándome expectante, una vez volvimos a mi habitación.

    —Ahmm...—Mordí la punta de mi lápiz, y miré una vez más las notas que tomé durante la KissCam—. Uno: al besar, meterle la lengua al chico con un movimiento tipo lavadora automática. Dos: puedes dejar que toqueteé tu trasero, aunque parezca muy pervertido y sucio. Tres: morder su labio ni tan fuerte ni tan suave, o si no terminará como el pobre chico que pasó por Hilary. Cuatro: asegurarse de que no sea virgen de besos como tú, o será un desastre. Y cinco: no dejar que Valerie grabe las escenas.

    —¡Ey! —dijo la susodicha frunciendo el ceño.

    Abby y Hilary suspiraron.

    —Y por eso, te va mal en la escuela —dijo esta última, ganándose una fulminante mirada de mi parte.

    —Cállate, caníbal.

    —Summer, ya —me reprendió Abby—. Bueno, como no aprendiste nada...

    —... Vas a tener que practicar con el peluche —completó Valerie, mostrándome un oso de felpa color marrón.

    Brinqué hasta ella y se lo quité de las manos.

First kiss (FK #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora