Desesperación

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Tras una búsqueda obsesiva que se prolongó durante meses, finalmente había localizado al chico de aquel poder enigmático. En su búsqueda, solo dejaba un rastro de caos y destrucción. Nada, absolutamente nada, podía detenerlo ahora que su objetivo se encontraba al alcance de su mano.

Por fin, después de una búsqueda interminable, el chico de la chaqueta naranja estaba a su merced. Los humanos que se interpusieron fueron meros obstáculos, insignificantes moscas que aplastó sin el menor remordimiento. Pero justo cuando estaba a punto de alcanzar su objetivo, el chico lanzó un grito desgarrador y su poder se elevó hacia el cielo, escapando de su control.

DAMIEN. - La frustración lo consumía como un fuego inextinguible. - ¿FALLÉ? - Escupió la palabra, su voz ronca de rabia. Había estado tan cerca, y ahora, todo se había esfumado entre sus dedos. La derrota era un sabor amargo en su boca. Lleno de ira. Se abalanzó sobre Kenny y lo golpeó con tanta fuerza en el pecho arrancándole el corazón. Al terminar de descargar su frustración y furia, miró a su alrededor, buscando a una persona en especifico. – El gordo. El único que podría ayudarme a encontrar los poderes.

Corrió a través del bosque, sus pies apenas tocando el suelo. La adrenalina pulsaba en sus venas mientras seguía el rastro del chico. Al llegar al borde de un barranco, su corazón se heló al ver que su presa había desaparecido, sabía que era obra de su padre. Con un rugido de frustración, lanzó un puñetazo contra un roble cercano, partiéndolo en dos con una facilidad aterradora.








Su puño se cerró con fuerza, las uñas arañando su palma. Pip. El nombre resonaba en su mente como un eco lejano, una obsesión que lo consumía desde hacía siglos. Su plan había fallado estrepitosamente, y el poder que anhelaba se había desvanecido entre sus dedos. Sin embargo, la desesperación no lo había vencido. Con cada fibra de su ser, sabía que debía encontrarlos. Los siglos habían pasado, pero su objetivo seguía siendo el mismo.

A pesar de la eternidad que parecía fluir por sus venas, el tiempo se había convertido en su peor enemigo. Esperaba, con una paciencia que rozaba la desesperación, encontrar al brujo que pudiera revertir la maldición paterna al ayudarle a encontrar los poderes. Los siglos habían dejado una huella indeleble en su cuerpo, que, paradójicamente, lucía eternamente joven. Sin embargo, bajo esa apariencia engañosa, sentía la pesadumbre de la mortalidad: cansancio, dolor, una fuerza que menguaba día a día. La maldición de su padre, una muerte lenta y agonizante, se cernía sobre él como una sombra implacable. Mientras que sus poderes también desaparecían día con día.





Hace varios días, su más leal vasallo le había informado sobre la situación actual fuera de su reino. Las palabras del mensajero resonaban en su mente como un eco: Durante varios meses, se había propagado un rumor sobre la captura del príncipe del reino Tweak por una criatura sobrenatural autodenominada el Gran Brujo Cartman. Al principio, el Damien no le había dado importancia, pensando que se trataba de un cuento para asustar a los niños. Sin embargo, a medida que el rumor se hacía más persistente y llegaban noticias de otros reinos sobre la desaparición de personas, el Damien decidió investigar la veracidad de la historia.

Varios sirvientes, enviados por Damien para descubrir quién era, nunca regresaron; el alma con lo que los manipulaba desaparecía sin dejar rastro. La situación era frustrante. ¿Quién era esa persona capaz de desvanecer a sus sirvientes sin dejar rastro? ¿Qué clase de poder poseía? La incertidumbre lo carcomía por dentro.

Tras el fracaso de sus otros sirvientes, Damien depositó su confianza en el único que nunca le había fallado: su más leal servidor. Hoy, por fin, ha regresado, trayendo consigo la esperanza de obtener respuestas.

DAMIEN. - Con la mirada fija en el sirviente. - ¿Y bien? ¿Qué has descubierto? Habla, no me hagas perder el tiempo.

SIRVIENTE. Mi señor, lamento no haber podido cumplir su orden de capturar a esa figura enigmática. El apresamiento de ese espectro se me ha escapado de las manos, sin embargo, mi breve estancia en el castillo no ha sido en vano y gracias a los poderes que usted me ha brindado, he descubierto que el brujo, es realmente la persona que usted está buscando.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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