Capítulo 13:
Coto de cazaLas tiendas escarpaban el terreno verde y vivo que lindaba con el bosque. El día lluvioso y gris le permitía a las criaturas de la noche tener lo más parecido que encontrarían a una jornada al aire libre.
Varios miembros de la Corte, damas y señores, habían sido invitados, todos de la más alta esfera.
La decepción se mezcló con el alivio al pensar en mi familia. Ya no debería esperar encontrarlos en ese tipo de reuniones, ni en ningún evento social.¿Seguirían siendo invitados recurrentes en la sociedad de Balderena, o mi imprudencia los había convertido en unos repudiados?
Los hombres bailaban en sus trajes de levita y las mujeres se dejaban guiar, gráciles en rasos de seda y brocados.
──Así que es verdad.
Al voltear, me encontré con la herrsekina Concordia Valerio, matriarca de la casa Valerio.
Era una mujer de un espeso cabello negro, liso, y mirada calculadora y oscura. No aparentaba más de cincuenta años, pero yo sabía que tenía muchos más.Debía ser muy antigua, casi una reliquia, para mostrar algún signo de vejez, que de igual forma no se comparaba con la humana.
No tenía demasiado que decir sobre su persona, nuestros círculos eran muy diferentes.
Solo pude coincidir con ella en algunas ocasiones, durante veladas de los Karravarath a las que la herrsekina de los Valerio asistía por pura educación ─en realidad, solía llamarlos serpientes.Le realicé una reverencia y ella la recibió con una sonrisa.
La señora poseía aquella clase de elegancia innata, no el intento rígido de algunos nobles, sino la que le era heredada a la parte más alta de la aristocracia.──Siempre tan educada ──Su halago sonó un poco a insulto──. Es bueno saber que Su Majestad se preocupa por cosechar más que caras bonitas. ¿Hace cuánto estás aquí?
──Un poco más de dos meses, mi señora.
──¿Te convocó nuestro soberano?
──Fui invitada por el herrsek Caín Karravarath.
Sonrió con amplia malicia.
──Esa serpiente.
Eso también era algo habitual, la herrsekina Valerio me realizaba un montón de preguntas ─bastante indiscretas─ mientras yo me limitaba a contestar con la mayor elocuencia que lograba reunir.
──Ya veo.
Fue entonces cuando se acercó a nosotros el rey Balakhar, impecable en su levita azul marino con brocados, su cabello rubio platino tenía un mechón suelto cayendo sobre su frente.
Me observó de soslayo para no ser descortés con la gran señora.
──Su Majestad, lo felicito por su nueva adquisición ──lo recibió la herrsekina.
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La rosa del cazador
FantasyPara pagar las deudas de su familia, Levana Daverone deberá aceptar un puesto como una de las doncellas de sangre del rey.