Parte 15: el fácil empezar lo complicado es acabar

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Llegué a casa y lo primero que me esperaba era una fuerte reprimenda de Dean por no sé qué, tampoco le presté atención porque era lo último que quería hacer en aquel momento. Aguanté aquel enorme chaparrón de gritos e insultos mientras mi madre, como siempre, me miraba con lástima desde el sofá pero ni se le pasaba por la cabeza eso de ayudarme o defenderme en algún momento.
Ni si quiera quise cenar, umji siempre seguia todo lo que hacia por miedo asique ella tampoco ceno y se fue a su habitaacion.

Yo tambien subir a mi habitación y me encerre en ella. Lo primero que hice fue tirarme en la cama para empezar a llorar.
¿Por qué tenía que pasarme todo esto a mí? Mi padrastro me maltrataba física y psicológicamente, mi madre no mostraba ni un atisbo de preocupación por mí, mi hermano estaba en coma, mi hermana me tiene de ejemplo y soy tan indefenso, la gente en el instituto me hacía la vida imposible y tan sólo tenía dos amistades a las que no les quería decir nada por miedo.
Se me pasó entonces por la cabeza esa misma idea de días atrás y recordé la película que había visto hoy en el taller de cine.
Tal vez... aunque sea una locura hacerlo... tal vez debería...
Me levanté de la cama y caminé hacia el cuarto de baño, cerré la puerta con pestillo y me senté en el suelo al lado del mueble donde estaba todo guardado.
Abrí el segundo cajón y cogí las tijeras que el otro día me habían provocado aquellos pensamientos que hoy iban a cumplir.
Levanté la manga de mi brazo izquierdo y miré mi muñeca, blanca y pálida. Apoyé la fría hoja de la tijera sobre la piel. Durante unos segundos me paré a pensar en lo que estaba haciendo, mis propias lágrimas me impedían ver con claridad la imagen.
Tenía que hacerlo, tal vez era mi única manera de sobrellevarlo, quizá el dolor físico consiguiera apaciguar mínimamente el dolor que sentía por dentro.
Apreté la hoja para provocarme el primer daño, pero tan sólo conseguí que se pusiera de un leve color rojizo. Pasé la hoja varias veces por mi muñeca, logrando tan sólo el mismo resultado, excepto en los cortes en los que pasé más de una vez, en aquellos noté más escozor.

-¿Estás ahí dentro? –mi madre llamó a la puerta y rápidamente me levanté, me sequé los ojos y apoyé en la puerta.
-Sí, ahora salgo.
-¿Es que te pasa algo?- a buenas horas te preocupabas.
-Me encuentro un poco mal, ya se me pasará.
-¿De veras no vas a cenar?
-No, ahora me iré a la cama.
-Como quieras- desde la puerta escuché cómo bajaba las escaleras. Suspiré tranquilo y me miré la muñeca, tan sólo estaba rojiza, pero escocía. Metí la muñeca debajo del agua fría, con el malestar de aquel escozor.

Me fui a mi habitación de nuevo y cogí el ordenador. Mis dedos vagaron por el teclado hasta buscar los resultados de "auto lesionarse". Miré sus resultados y similares como "cutting". Pensaba que tal vez encontraría gente que me dijera que era una auténtica tontería o cosas por el estilo, pero era todo lo contrario, sólo encontré fotografías y sitios web donde veía gente que compartía sus consejos para hacerlos, hecho que sólo me alentó para seguir haciéndolo, puesto que si no era el único que lo hacía, tal vez no era una locura completamente.
Cerré el ordenador casi de golpe, deseando dejar de ver aquellas cosas que me estaban absorbiendo las buenas ideas, dejando tan sólo los ánimos de seguir con ello. Me metí en la cama y apreté la sábana con mis manos, queriendo olvidar todo lo sucedido hoy.
Tan sólo quiero ser feliz, y no se me ocurre una vía fácil para llegar a eso.
Entre tristes y lúgubres pensamientos, llegué a dormirme por fin.

ℳaѕĸed тearѕ - Jikook//KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora