capitulo 38: un vinculo roto

45 4 0
                                    

El silencio que siguió a mi grito era tan denso que casi podía tocarse. Los ojos de Demian no se apartaban de los míos, como si estuviera tratando de leer algo en mi interior que yo mismo no era capaz de enfrentar. Alexa y Joshua seguían ahí, pero no se movieron. Ella no sabía lo que estaba ocurriendo realmente en mi cabeza, y prefería mantenerlo así.

Demian apretó los puños, y por un momento creí que iba a darme un golpe. Pero en lugar de eso, habló con una calma que me desarmó aún más.

Demian: – No voy a pelear contigo, Mateo. No vale la pena. Pero si no te importa lo que yo diga, al menos escucha lo que Alexa tiene que decir.

Mis ojos se posaron en ella, y mi corazón dio un vuelco al ver cómo se mordía el labio, claramente incómoda con toda la situación. Joshua puso una mano en su hombro, como si estuviera tratando de darle fuerzas, pero ella la apartó con suavidad antes de dar un paso al frente.

Alexa: – Mateo... – comenzó, su voz era un susurro, pero lo suficientemente fuerte como para perforar el caos en mi mente. – No sé qué hice para que me rechaces de esta forma.

Cada palabra era como una daga, porque sabía que no era culpa de ella. Alexa no había hecho nada malo. El problema era mío. Pero no podía permitirme aceptar ese vínculo, no después de lo que había pasado con Scarlet.

Mateo: – Alexa, no es tan simple.

Alexa: – ¿Por qué no? ¿Por qué no puede ser simple? ¿Por qué no puedes aceptar lo que somos?

Sus palabras estaban llenas de una mezcla de dolor y esperanza que me destrozó. No podía decirle la verdad, no podía hablar de Scarlet. Y, aun así, no quería seguir lastimándola.

Mateo: – Porque no puedo volver a perder a alguien.

La confesión salió antes de que pudiera detenerla. Alexa me miró con el ceño fruncido, claramente confundida.

Alexa: – ¿Perderme? ¿De qué estás hablando?

No respondí, y eso solo pareció frustrarla más. Dio un paso adelante, acortando la distancia entre nosotros.

Alexa: – Si tienes miedo de lo que pueda pasar, dilo. Pero no me alejes como si no valiera nada.

Demian, que hasta entonces había estado callado, decidió intervenir.

Demian: – Mateo, no tienes derecho a seguir jugando con ella. Si no puedes aceptar lo que Alexa significa para ti, entonces déjala en paz de una vez.

Sus palabras eran un ultimátum, y lo sabía. Pero no estaba listo para elegir. Mi corazón estaba atrapado entre el miedo y el deseo, y no sabía cómo salir de ese ciclo.

Mateo: – No es tan fácil, Demian.

Demian: – No, no lo es. Pero nada que valga la pena lo es.

Alexa me miró por última vez, y en sus ojos vi algo que nunca había querido enfrentar: resignación.

Alexa: – Ya no importa, Mateo. Si no puedes decidir, lo haré por ti.

Mi garganta se secó al escucharla. Pensé que sus palabras serían el fin, pero entonces ella agregó algo más que me dejó paralizado.

Alexa: – Si quieres, rompemos el vínculo que nos une.

El aire abandonó mis pulmones como si me hubieran golpeado en el pecho. No podía creer lo que estaba escuchando. Ella estaba dispuesta a cortar algo que era sagrado para ambos, algo que definía quiénes éramos como lobos.

Mateo: – Alexa, no puedes...

Alexa: – Sí, puedo. No quiero estar atada a alguien que no me quiere, que no me acepta.

Se dio la vuelta, y comenzó a caminar hacia Joshua. Demian me lanzó una última mirada, una mezcla de desdén y lástima, antes de seguirla.

Me quedé solo entre los árboles, con el peso de mis decisiones cayendo sobre mí. El vínculo entre Alexa y yo era innegable, pero también lo era el miedo que me mantenía atado al pasado. Ahora, ese vínculo estaba en peligro de romperse para siempre, y yo no sabía si tenía la fuerza para detenerlo.

Mi Mate ¿La Omega? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora