Manual de lo prohibido♥ -Capitulo 19

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Manual de lo prohibido♥ -Capitulo 19

Miré a Chaz, temerosa y con labios trémulos; pero entonces me percaté de que Chaz no me miraba a mí, sino que su mirada se posaba lejos, observando un punto fijo.

-¿Es ese Justin?-preguntó, aun mirando a lo lejos.

Seguí el trascurso de su mirada y pude visualizar a unos tantos metros, entre la gente que pasaba de un lado para otro, un cuerpo que me quitaba el aliento. Caí en la cuenta de que mis pensamientos habían funcionado mal y que Chaz no se refería a lo que yo había creído; sino que musitó el nombre de Justin porque a lo lejos lo vio.

-Creo que sí-musité- ¿Qué hace acá?-pregunté.
-A lo mejor salió a pasear, como nosotros. Hablémosle-sugirió.

Me tomó de la mano y me arrastró varios metros entre la gente hasta llegar a las espaldas de Justin, la perfecta y bien trabajada espalda de Justin,que no dejaba de lucir aun con la camisa que traía encima.
Justin parecía como si buscase a alguien, ya que asomaba su cabeza sobre la de los demás.

-Justin-musitó Chaz, haciendo que el interpelado pegara un brinco. Se giró a mirarnos y abrió los ojos como platos.
-Perdón, no quería asustarte-dijo el bello ángel castaño.
-No... no hay problema-tartamudeó y luego colocó su mirada en el entrelazado de dedos entre Chaz y yo; su rostro dejó la expresión de nerviosismo y pasó a una con un ceño fruncido.
-¿Estás con alguien? Porque se nos ocurrió que sería buena idea que anduvieras con nosotros, digo, si quieres-dijo Chaz.
-¿Eh?-subió la mirada-. Ah, sí, claro.
-Bien-sonrió Chaz-. Vayamos para allá-señaló hacia la izquierda-. Hay lugares que seguro te gustarán-me dijo.

Seguí a Chaz, aun atada a su mano y Justin a mi lado. El corazón cantaba emocionado y palpitaba extraño, con alguna clase de latidos que yo desconocía, pero que sin embargo me llenaban de placer.

-Qué casualidad haberte encontrado, Justin-musitó Chaz.
-Ah, sí, vine por que...-se quedó en silencio de nuevo, repentinamente nervioso-por que... quería... salir un rato-dijo.
-Nosotros igual, además de que ______ aprovecha para sacar estupendas fotografías, ¿verdad?-me sonrió.

Le devolví la sonrisa, por que la voz se me había ido y sólo podía escuchar los escandalosos latidos de mi corazón producidos por el perfume tan varonil que Justin desprendía en cada paso que daba.

-Por cierto, ______, no entiendo aun qué quieres decirme-me dijo Chaz-. No contestaste mi pregunta.
-¿Qué pregunta?-dije, con voz medio baja.
-¿En quién te fijaste y por qué dices que es prohibido?-inquirió.

Abrí los ojos de par en par, casi se me salían de las órbitas. Y Justin, quien estaba a mi lado, encaminando su paso con el mío, nos miró rápidamente. Íntegramente atento.

-Eemm... en... el... amm...-tartamudeé. Las miradas de ambos se posaban en mí y la de Justin ni siquiera parpadeaba.
-¿En quién?-volvió a preguntar Chaz.

Lo fulminé con la mirada queriendo taparle la boca en ese instante, las manos comenzaron a sudarme ante la posibilidad de quedar en evidencia.

-En... mi... amigo... que dejé en California-inventé.
-¿Qué clase de amigo? Cualquiera podría enamorarse de un amigo-inquirió.
-Enamoramiento no, Chaz-especifiqué de nuevo,Justin sólo se mantenía en silencio pero atento-. Y es... un amigo, amm... cercano y...-me estrujaba los sesos para poder seguir poniéndole palabras a mi mentira-y... a una amiga también le gusta, entonces...
-Tienes miedo de perder la amistad de tu amiga por haberte fijado en el mismo chico que ella-completó Chaz.
-¡Exacto!
-Bueno y, ¿quién se fijó primero en el chico?
-Ella-musité, con pesar.
-Pero tú ya te fuiste de California, ya no importa o ¿sí?-dijo Justin, quien había estado como una estatua hasta ahora.
-Eemm...-murmuré.
-Igual yo creo que lo hubieras hablado con tu amiga, en vez de especular tú sola las cosas y castigarte a ti misma-interrumpió Chaz-. Digo, no era su novio y ella no era tu mejor amiga-se encogió de hombros.
Me solté a reír y ambos me miraron. Si Chaz supiera a quién me refería ni siquiera haya dicho lo último.

-¿Qué es gracioso?-preguntó Justin.
-Nada, sólo que... nada-manoteé con la mano restándole importancia.
-¡Mira, ______!-me dijo Chaz- ¿Ese lugar no te parece ideal para una fotografía?-apuntó hacía un edificio a lado de un canal que se extendía magnífico por el este.
-Qué buen gusto tienes ¡Chaz!-concordé-. Creo que le tomaré una.

Saqué con la mano libre la cámara de mi bolso y luego me quedé en silencio y sin actuar, tímida porque Chaz aun mantenía su mano atada a la mía.

-Chaz, creo que ______ necesita sus dos manos-farfulló Justin.
-Oh, cierto. Discúlpame-enrojeció un poco y soltó mi mano a la que inmediatamente le pegó el aire gélido del medio día.
Le sonreí y apunté el lente de la cámara hacía el monumento y saqué la fotografía.

-Un fiore per la ragazza?-musitó alguien detrás de mí.

Me giré y obtuve la imagen de una señora con un canasto de rosas rojas que le hablaba a Justin, mientras queChaz estaba distraído mirando las palomas. Justin me miró y luego me sonrió. Entonces miró de nuevo a la señora.

-Quanto costa una?-preguntó.
-Un euro-dijo la señora.
-Dammi uno.

Ella le acercó la canasta y Justin escogió una rosa entre el puño y luego, sacó del bolsillo de su pantalón una pequeña moneda.
-Ecco-le dio la moneda y le sonrió.
-Grazie bel giovane-dijo la señora y luego me sonrió a mí para después alejarse e ir a ofrecerle sus flores a la demás gente.

No había aprendido aun italiano, pero al menos, ya estaba un poco más familiarizada con las palabras y pude entender la conversación entre Justin y la señora. Ella le había ofrecido una rosa, él le había comprado una. Simple. Seguro se la llevaría a Sharon.

-Ten-pero me la ofreció a mí y me dejó en blanco.
-¿Qué?-musité, torpe.
-Es para ti-dijo, como si hubiera adivinado mi pensamiento anterior.
-Gracias-tomé la flor entre mis manos y sentí que el rubor corrió por mis mejillas pintándolas, así que desvié mi rostro y miré a Chaz, quien aun seguía entretenido observando el centenar de palomas que volaban en el cielo y otras que caminaban por el suelo de la plaza.

Alcé mi cámara y tomé una fotografía de su perfil justo en el momento exacto en que las palomas volaron. Una fotografía maravillosa. Chaz me miró.

-Hey, pudiste haberme avisado-me dijo y yo reí.
-No, creo que saliste más lindo así.

El se sonrojó de nuevo, y luego bajó la mirada percibiendo así la flor en mi mano.

-¿Y esa flor?-preguntó.
-Se la dí yo-dijo Justin, con más orgullo del necesario.
-Rayos, entonces yo tengo que comprarte un ramo completo-bromeó.
-Lo haces parecer una competencia, Chaz-dije, queriendo seguirle la broma, pero lo cierto era que dos hermosos ángeles estaban cortejándome y el tono casual en mi voz no era muy espléndido.
-Claro que no es una competencia-dijo él-, yo no estoy compitiendo con nadie; Justin no es un jugador, él ya tiene dueña-bromeó Chaz, palmeándole la espalda a Justin.

Justin sólo sonrió, pero a esa sonrisa le hacía falta... ¿alegría?

-Me haces sentir como un trofeo-dije, haciendo un mohín.
-Non un trofeo. Tu sei una principessa bella e mi piace essere il vostro principe-musitó.

El rostro de Justin se endureció y su ceño se frunció ante las palabras que Chaz había pronunciado. ¿Pero qué había dicho? 

Manual de lo prohibido♥ Justin Bieber y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora