Once

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No se amanecieron festejando, ya que después de diez horas grabando sin interrupciones para Mamacita, era suficientemente cansado como para que los chicos no pudieran hacerlo. Las tres de la madrugada era una buena hora para retirarse a sus camas, descansar todo lo posible, hasta el día del lanzamiento del nuevo álbum.

Debían aprovechar este tiempo al máximo. Algunos debían terminar con sus agendas individuales, para que en el comeback no tuvieran compromisos, otros se dedicarían a descansar y otros más, a afinar detalles sobre el lanzamiento.

Heechul y Siwon fueron llevados a su departamento por Prince manager, aunque el menor no había bebido y el mayor estaba dentro de sus sentidos, del agotamiento es de lo que debían de cuidarse. Heechul hubiera querido beber más, el visitar pronto a Hangeng lo estaba poniendo algo ansioso y más alcohol le habría ayudado a relajarse; como todas las veces para él, esta visita estaba siendo igual de difícil que la primera. A veces pensaba que nunca cambiaría.

Pero por otro lado, estaba ese asunto que no habían abordado y estaban postergando, ver los vídeos en sus celulares. Ni Siwon ni él lo habían querido hacer y al parecer el poco alcohol en sus venas, era suficiente para enfrentar aquello esta noche. Esperaba que Siwon quisiera hacerlo, ya que entre más lo pospusieran, sería difícil recordar lo realmente sucedido aquella noche en ese hotel.

Esta última situación fue más fuerte que la primera, por la cual desistió de beber más, deseaba estar en sus sentidos para lo que sea que tuviera que ver. Y aunque fue su decisión, eso no le quitaba que estuviera nervioso y ansioso por lo que fuera a pasar.

Por eso es que al llegar al departamento y ver que todo estaba callado, se sorprendió al sentirse en casa y comenzar a relajarse. Para Heechul era raro que en poco tiempo se sintiera tan a gusto a ese lugar que compartía con Siwon a ese grado. Aunque quizás no era el lugar. El tener al menor a su alrededor no estaba siendo tan difícil como lo había pensado. Observo a Siwon caminar frente a él hasta tirarse en el sofá más grande de la estancia con las luces apagadas, ya que todo estaba suficientemente iluminado gracias al ventanal que había en la sala y por el que se filtraba la luz de la ciudad.

Es ahora o nunca, se animaba Heechul.

— Simba... - por el silencio que reinaba en la estancia, su voz sonó un poco más fuerte de lo que hubiera querido, alertando al menor.

— Rella... - definitivamente Heechul no había querido que el ambiente de tranquilidad se arruinara pero, ya era tarde para arrepentirse.

— ¿Te acuerdas de los vídeos de aquella noche? - Heenim se acercó y se sentó a su lado - En dos días te vas a China, y no sé si quiero enfrentar a Hangeng sin saber la verdad de lo que paso... Sin decirle la verdad... - en realidad Heechul no sabía que iba a decirle.

— ¿Quieres verlos? - tenían que hacerlo, así que Heechul solo asintió y después saco de su bolsillo el celular.

Sentado a su lado, Siwon se acercó un poco más, le tendió uno de sus audífonos para que lo colocara en su oído y ambos se dispusieron a ver el primero de aquellos vídeos, en el momento en que todo comenzó.

Quizá el no estar completamente sobrios era lo mejor para llevar lo que sea que aquello les mostrara. Cuando la pantalla de su teléfono se puso en negro, Heechul dudó un poco hasta que finalmente, oprimió el play.

— ¡Espera! - Siwon detuvo el vídeo.

— Simba, ¿Qué sucede?

— Y si lo que vemos en el vídeo es...

— Peor de lo que vivimos esa mañana en el hotel, no creo que sea. - Heechul sabía que se refería a eso -. Pensé que ya habíamos superado esta parte, Simba. Tenemos que saber lo que pasó ese día.

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