hopeless romantic - lrh

día cuatro

Mierda, ¿qué es ese ruido?, que alguien lo detenga maldita sea. Ah, es mi teléfono.

-¿Bueno?
- Llevas 10 minutos de retraso -oí la voz un poco molesta de Luke.
-Mierda, mierda. Voy corriendo.
-Ese lenguaje. -dijo cortante y colgó.

Bueno, cambié el horario de mis clases de 6:30 pm a las 2:00 pm. Realmente me gusta ir a la playa cuando hace sol, aparte saliendo de ahí voy a comer.

-Hola -le dije a Luke. El cual me vio con el ceño fruncido pero segundos después relajo su expresión.
-Pensé que no llegabas, vamos.

Y fue la hora más lenta de mi vida. Pero no lenta como cuando estás sufriendo, fue lenta como en las películas, cuando pasan en cámara lenta las risas de los personajes y los buenos momentos.

-La pasé muy bien Luke.
-Vas mejorando cada vez más, Val.
-¿Cómo me llamaste?
- ¿Val? ¿Tiene algo malo que te llame así?
-Eh, nada, olvídalo.
-Bueno, ¿vas a hacer algo?
-Voy a comer nuggets en McDonald's, ¿quieres acompañarme?
-Claro -sonrió.

Otra hora con Luke. ¿Por qué cada vez me cuesta menos trabajo soportarlo?

-Me la pasé muy bien -sonrió.
-Sí, yo igual. ¿Nos vemos mañana? -Luke asintió, pero no se fue, sólo se quedó ahí parado, viéndome. De la nada, me besó en la mejilla y salió corriendo. Solté una pequeña risa cuando volteó y me miró sonrojado.

-¿Quién era él?
-Mamá, por favor, un compañero de la escuela. -subí las escaleras y le marqué a Adry.

-Tanto tiempo sin hablar -dijo Adry al otro de la línea- ¿puedo ir a tu casa?
-Claro, aquí te espero, trae helado -dije y colgué.

Sólo pasaron diez minutos para que una Adriana sonriente apareciera con dos litros de helado en mi habitación.

-Te tengo que contar algo y no me interrumpas -dijo- fue increíble. Calum fue tan lindo y delicado.
-Sí, no quiero detalles -dije y ambas reímos.
-Ya encontrarás a alguien -dijo e inmediatamente pensé en Luke y sonreí. Espera, ¿qué?- Valery... ¿QUIÉN TE TRAE COMO IDIOTA QUE HASTA ME DEJAS DE HABLAR?
-Es solo... no lo conoces, bueno sí porque va en la escuela, en el mismo grado que nosotras, pero yo recién lo conocí em mis clases de surf.
-Primero un chico misterioso y ahora clases de surf, ¿puedo saber al menos su nombre?
-No, por favor no. A penas nos conocemos no quiero espantarlo.

Y ahí quedo la plática, me empezó a contar como iba con Calum y cosas de su mamá mientras comíamos helado.