T/N x Boku No Hero Academia

Capitulo 31: Mas pruebas...

El sonido de la puerta abriéndose de golpe sacudió el silencio de la habitación. T/N, aún envuelto en las sábanas, apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de sentir un fuerte tirón en la colcha que lo arrojó al frío suelo de madera.

—¡Arriba, dormilón! —la voz enérgica de Mirko retumbó en la habitación.

T/N gruñó, entrecerrando los ojos mientras trataba de entender qué estaba pasando. Apenas amanecía y la luz del sol apenas se filtraba por la ventana.

—¿Otra vez así...? —se quejó, frotándose la cabeza.

Mirko cruzó los brazos, observándolo con una sonrisa divertida.

—Si te levantas rápido, tal vez mañana lo haga de otra forma. Pero mientras sigas despertando como una tortuga, esto seguirá siendo una tradición.

T/N suspiró, resignado, y se puso de pie.

—Está bien, está bien... dame un segundo.

Se dirigió al baño, lavó su cara con agua fría para despejarse y, tras ponerse una camiseta y pantalones deportivos, salió de la habitación. Mirko ya estaba esperando en la puerta, apoyada contra el marco con su expresión confiada de siempre.

—Muévete, que hoy desayunamos fuerte. No quiero que te desmayes en el entrenamiento de hoy.

—¿Eso es una advertencia? —preguntó T/N con una ceja levantada.

—Más bien una garantía —respondió Mirko con una sonrisa.

Ambos caminaron juntos hacia la cocina, donde el aroma de la comida recién hecha llenaba el ambiente. T/N tomó asiento mientras Mirko se servía un plato enorme de comida, dejando claro que su apetito era tan feroz como su estilo de combate.

—Bien, mocoso —dijo, tomando un gran bocado—, después del desayuno, nos vamos directo al gimnasio. Hoy no solo trabajaremos reflejos, sino también potencia.

T/N asintió, tomando su plato.

—Entendido... aunque conociéndote, seguro que lo llevas al extremo.

Mirko sonrió con diversión.

—Por supuesto.

Mientras comían, T/N pensó en lo mucho que había cambiado su rutina en tan poco tiempo. No solo entrenaba con una de las heroínas más poderosas, sino que también estaba descubriendo hasta dónde podía llegar su propio cuerpo y habilidades. Pero lo que más le sorprendía... era lo bien que se sentía en este nuevo ritmo de vida.

El desayuno transcurría con tranquilidad, o al menos tan tranquilo como podía ser con Mirko en la mesa. La heroína comía con entusiasmo, devorando su enorme ración de huevos, tocino y tostadas, mientras T/N tomaba bocados más controlados, aún adaptándose al ritmo frenético de su rutina.

Mirko lo miró con una ceja levantada.

—¿Qué pasa, mocoso? ¿Te da miedo la comida o qué?

T/N bebió un poco de jugo antes de responder.

—No es eso... solo trato de no comer tan rápido como tú. Siento que si no tengo cuidado, podrías comerme el desayuno también.

Mirko soltó una carcajada.

—¡Ja! Si fueras más lento, sí lo haría. En el campo de batalla, la velocidad lo es todo, incluso en la mesa.

T/N rodó los ojos con una sonrisa.

—Sí, claro... lo aplicaré la próxima vez que tenga que comer en medio de una pelea.

Mirko apoyó un codo en la mesa y lo miró con una expresión más seria.