El padre de mi mejor amigo. // -VKOOK-

~14~

Cuando la cena terminó, Mingyu y Jungkook ayudaron a recoger los trastos. Los platos tintineaban suavemente mientras eran colocados en el fregadero, el sonido mezclándose con el murmullo de las conversaciones que aún flotaban en el aire.

Finalmente, cuando terminaron y comenzaron a despedirse de los presentes para dirigirse a la habitación, era el turno de acercarse al mayor. Por lo que Taehyung, en ese momento, se inclinó hacia Jungkook, su aliento cálido rozando su piel, y le susurró un suave: "Lo siento" al oído. 

Era una disculpa cargada de remordimiento, un peso que ambos entendían. Así que el menor apretó los labios en una sonrisa forzada, tratando de mostrar que todo estaba olvidado, aunque en su interior sabía que no era así. La realidad era otra. Por supuesto que no lo estaba. Mierda. Él tendría que estarle pidiendo disculpas a Taehyung y no al revés. La vergüenza se asentaba como un ancla y cada vez que cerraba los ojos, podía ver la expresión del mayor, esa mezcla de sorpresa y desaprobación que lo atormentaba.

-Tierra llamando a Jungkook - La voz resonaba varias veces en su cabeza, devolviéndolo al presente, donde su amigo, sentado en la silla de su escritorio, lo miraba con una ceja arqueada, notando su desconexión –Luego te quejas de mí.

—Lo lamento, solo estaba pensando en algunas cosas.

—Eso ya lo noté — Dijo divertido —Ahora sólo me tienes que decir, ¿Qué es?

—¿Qué es qué? — Preguntó Jungkook, acomodándose en la cama, tratando de desviar la atención.

—Qué es lo que no estás diciéndome — Mingyu rodó los ojos con una persistente sonrisa juguetona.

De pronto, el aire se atoró en la garganta de Jungkook. Intentó hacer una mueca de desentendimiento, pero el gesto salió terriblemente mal. La verdad era que, por más que intentara ocultarlo, su amigo podía ver a través de su fachada.

—No sé de qué hablas — Se encogió de hombros, intentando parecer indiferente.

—Jungkook, soy tu maldito mejor amigo. Algo extraño te pasa. Estás distraído todo el tiempo y no me cuentas ni la mitad de las cosas que me contabas antes – Sentenció, y Junkook abrió la boca para decir algo, pero Mingyu lo detuvo poniendo su dedo índice en el aire —Y no pongas a Hoseok de excusa porque ambos sabemos que no tiene ni mierda que ver con esto.

Bueno, Mingyu verdaderamente me conocía. Puntos de amistad.

Jungkook se mordió el labio con fuerza, temiendo muchísimo cómo podría tomar lo que estaba a punto de decir. Su mente giraba frenéticamente, debatiéndose entre la necesidad de ser honesto y el temor paralizante de las posibles consecuencias. Es más... ¿Se lo diría? ¿De verdad le confesaría la realidad?

Sintió un nudo en la garganta de solo pensar en cómo se lo tomaría. La culpa lo corroía, una sensación que se manifestaba en el nudo en su estómago y una opresión en su pecho, como si una mano invisible lo estuviera estrujando desde dentro. Sus manos temblaban ligeramente, y tuvo que cerrarlas en puños para controlar el temblor. ¿Cómo podía explicárselo?

-Tengo miedo – Comenzó, su voz apenas siendo un susurro.

¿Cómo podía enfrentarse a su mirada una vez que la verdad saliera a la luz?

El pensamiento de ver la decepción o, peor aún, el enojo, el desprecio en los ojos de Mingyu, lo llenaba de un terror indescriptible. La relación que tanto valoraba pendía de un hilo, y él sabía que sus próximas palabras podrían cortar ese hilo para siempre. Se sentía como si estuviera al borde de un abismo y un paso en falso podría llevarlo a una caída sin retorno.