BEUTIFUL HEARTS

CAPÍTULO 31

CAPÍTULO 31: UN PARTIDO JUNTO A A UNA DESGRACIA

El día del partido llegó, un clásico por supuesto, Gryffindor y Slytherin se enfrentarían, lo que incluía que Lilith, Dianett y Harry también. Todo Hogwarts lucía emocionado, listos para apoyar a la casa a la cual le habían apostado.

Lilith estaba tranquila, de algún modo no lucía abrumada, sabía que podía lograrlo, mientras que Dianett estaba tensa detrás de ella, estaban a punto de salir y no se encontraba segura de que lo lograría.

— Vamos Dianett, estoy segura que serás la mejor — soltó Lilith guiándola al campo.

El rugido del público retumbaba en el estadio mientras los jugadores de Gryffindor y Slytherin se alineaban en el aire, listos para comenzar el partido. Las gradas estaban divididas en un mar de rojo y dorado por un lado, y verde y plata por el otro.

— ¡Vamos, Lilith! ¡Vamos, Dianett! —gritó Nayli desde su asiento, ondeando una bandera de Slytherin.

— ¡Hazlo sufrir, Lilith! —añadió Stella con una sonrisa burlona.

En el otro extremo del campo, Ron Weasley apretaba los puños con nerviosismo.

— No me gusta esto — murmuró —  Malfoy en el equipo es una pesadilla, pero ahora también está Dianett…

— Lo que me preocupa es Lilith —intervino Hermione, observando a la buscadora de Slytherin con una sonrisa. — Ella es realmente buena.

En el aire, Lilith sostenía con firmeza su escoba, su mirada fija en el campo. A su lado, Flint intercambió una mirada con Draco y Dianett, asintiendo levemente. Era el momento de demostrar por qué Slytherin era el mejor equipo.

— ¡Recuerden el plan! —susurró Flint antes de que Madam Hooch hiciera sonar su silbato.

La caja de la pelota se abrió de golpe, y en un instante, la Snitch dorada desapareció entre los rayos de sol. Harry y Lilith se lanzaron al instante, cada uno en direcciones opuestas, evaluando el campo.

— ¡Y comienza el partido! —anunció Lee Jordan con entusiasmo. — ¡Gryffindor en posesión de la Quaffle! Angelina Johnson avanza rápidamente, pero… ¡ah, no! ¡Marcus Flint la intercepta con una brutalidad que Madam Hooch parece ignorar completamente!

—¡Dianett Potter toma la Quaffle! —continuó Lee, con sorpresa en su voz. — ¡No puedo creerlo! ¡Otra Potter en el equipo de Slytherin!

El estadio estalló en gritos de asombro y emoción. Algunos en la grada de Gryffindor parecían confundidos, mientras que los de Slytherin vitoreaban con entusiasmo.

Dianett zigzagueó entre los jugadores contrarios con la precisión de alguien que había estado entrenando en secreto durante meses. Justo cuando parecía que iba a lanzar, pasó la Quaffle a Draco, quien la atrapó con facilidad.

—¡Draco Malfoy con la Quaffle, va directo a los aros! ¡Esquiva a Alicia Spinnet, y—! ¡GOL! ¡Slytherin anota! ¡Slytherin nos ha traído sorpresas!

Las gradas de Slytherin rugieron de emoción mientras Draco alzaba los brazos con orgullo. Desde las gradas, Lucius Malfoy sonrió satisfecho.

— ¡ESO ES, DRACO! —gritó Crabbe.

El rugido del público llenaba el estadio mientras los jugadores de Gryffindor y Slytherin volaban a toda velocidad. Lilith y Harry escaneaban el campo en busca de la Snitch, mientras los cazadores de ambos equipos peleaban por la Quaffle.