Alerta: Final triste
Dos meses transcurrieron desde la unión de las pandillas, un nuevo orden y armonía fue instaurado en Tokio, donde la preocupación por el dominio de la calles de la misma cesó. Las visitas de los dos nuevos integrantes a la salida de la escuela eran habituales, uno con intención de hablar sobre la situación de la pandilla, mientras el otro para fastidiar a la chica, tratando que la misma revelara sus sentimientos, a pesar de tener cierto peso en el corazón por ser rechazado.
Y ese momento no era el más cómodo, estaba feliz siendo mimado por la chica, quien acariciaba dulcemente su cabello mientras recibía miradas fulminantes por parte de su líder.
– ¿Por qué a mi no me haces mimos? –inquirió con un puchero infantil mientras señalaba a su nuevo amigo, pero a su vez competencia.
<<Porque usas demasiado gel, deja mis manos demasiado pegajosas y las canillas están lejos.>>
– Oigan, ahora que lo pienso, ninguna chica me ha acariciado el pelo en mi vida –comentó el Akaashi mayor a su vez que recostaba su cabeza en la otra pierna de ______ con toda intención de molestar a su mejor amigo, lo cual consiguió –. Yo también quiero.
Con su mano libre comenzó a peinar las hebras largas de su amigo, quien se derretía con cada toque más delicado que el anterior, definitivamente ahora quería una novia solo para que le hiciese mimos.
– Que bien se siente –miró al más alto de todos, quien miraba toda situación con un sonrojo, las chicas le tenían miedo, o capaz era al revés, pero definitivamente quería que lo tratasen con el amor y cariño que experimentaban ellos –. Ven Keizo, hay espacio para uno más.
Él solo asintió y se acomodó en el pequeño espacio que había en el medio, quedándose dormido a los pocos segundos.
– ¡Ya basta, se están aprovechando! _______ -chan está incomoda.
<<Esta bien, Shin-kun, hago lo mismo con mis hermanos cuando están estresados o no han podido dormir bien, gracias por preocuparte. Creo...que son como mis hermanos>>.
En el proceso que decía lo último, la chica rio.
– Esa risa nunca puede ser buena, ¿qué dijo, Sano?
– Básicamente que son sus hermanos desde ahora.
– Carajo, yo pensando que estaba saliendo de la zona de amigos y me entero que estoy en la zona de hermanos –con falso enojo, Wakasa se levantó y sacudió al mayor para despertarlo, cuya persona no pudo ver por el resto del día a la chica a la cara, avergonzado de su actitud dócil.
Volviendo a sus casa, Takeomi golpeo la nuca de sus dos compañeros con la intención de dejar a su mejor amigo con la chica de sus sueños unos momentos a solas. Enojados, lo persiguieron.
Caminaron en silencio hasta que la chica tomo su manga.
<<Shin-kun, la luna está muy linda ¿no lo crees?>>
La sangre subió hasta sus orejas, las palabras estaban atoradas en su garganta, debatiéndose sobre cómo debían ser interpretadas; era bien sabido en Japón que esa afirmación era una forma de declarase. Sin embargo, ella no era japonesa ni vivía el suficiente tiempo en el país para conocer el doble sentido que podía atribuírsele a la frase.
Las dudas se disiparon por completo cuando la miró, sonrojada y ligeramente temblando de los nervios. Al percatarse de la mirada de Shinichiro, empezó a tratar de formular una nueva frase con sus mano.
<<Perdón, no quise incomodarte, simplemente, olvida lo que dije>>
– Tienes razón, la luna está hermosa hoy, pero no lo es tanto como tú.
Sin decir nada, tomo la mano de la chica, viéndose de reojo sin decir palabra alguna por la timidez, pero felices que sus sentimientos fueran correspondidos.
Tan solo hubiese deseado que esa felicidad durada más que una simple semana. Todo era su culpa, si nunca le hubiese contado de la pelea, si fuese mejor peleador; tal vez debió dejar que Wakasa la conquistara, el sería capaz de haberla cuidado, pero no fue así.
La constante culpa e ira lo atormentaba, no podía ver a los hermanos de ella, todos habían fallado por aquella creencia, podía ser buena peleando, pero seguía siendo humana, podía morir, y así fue.
Y todo por protegerlo a él.
Si nunca se hubiesen hablado, ella seguiría ahí, viva, con su brillante sonrisa y dulce perfume de su shampoo. Ahora, lo único que le quedaba era esa cadena y los bellos recuerdos.
Bueno, después de muchos meses, esta historia llegó a su final, realmente muchas gracias por leerla y llegar hasta acá.
Sé que hubo ciertas incongruencia, como la tardía aparición de Izana (mil disculpas, cuando empecé a escribir la historia aún no terminaba el manga).
Espero que esta sea la primer historia de muchas.
Con cariño, The Cait Sidhe
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La Chica de al Lado (Shinichiro x Lectora)
FanfictionYa cuando Shinichiro se está por resignar a no conseguir pareja y centrarse en su dos más preciados deseos (su tienda y el bienestar de su familia) llega una nueva vecina a su tienda ____ Faure-Dumond, una joven egresada de una prestigiosa academia...