Vera no estaba en casa, por lo visto había dado aviso a su queridisimo hermano de que esta noche no iba a llegar. Genial, lease mi ironica. Por lo tanto usaría yo su habitación.
Entre y rebusque entre su ropa hasta dar con un pijama algo decente. No hacia mucho calor asique saque un pijama de pantalón largo y tirantes. Cuando estuve lista salí al baño para lavarme la cara y quitarme los restos de maquillaje.
- Estas más guapa sin pintar - oigo que dice una voz ronca desde la puerta del baño.
- Am... - digo sin girarme mientras prósigo quitandome lo que quedaba del maquillaje .
- Siempre tan amable... - dice con su típica risa ronca para entrar y situarse a mi lado en el lavabo.
- Que haces? No te puedes esperar ? - digo encarandole de mal humor.
- Es mi casa nena - dice con humor para empezar a cepillar sus dientes.
Cojo la toalla para secar mi cara y salir por la puerta de el baño, veo de perfil como me mira por el rabillo del ojo cómico. Mis ojos inspeccionan cada uno de sus gestos... realmente es un chico peligrosamente guapo.
Me sacará como dos cabezas y eso que yo bajita precisamente no soy, su pelo moreno despeinado le da un toque muy sexy, sus ojos verdes intensos piden conocerlos y su perfecta mandíbula trazada incita a querer besarla.
No me extraña que tenga tanto éxito entre las mujeres. Su cuerpo parece ser de un dios del olímpo, su piel bronceada hace que sus marcados músculos brillen con propiedad llamando la atención de cualquiera que lo vea.
Mis ojos escanean sus tatuajes, una parrafada de frases acompañan sus costillas, su pecho izquierdo y su brazo están tatuados por un conjunto de imágenes, palabras y objetos realmente extraños, un dragón rellena la piel de su gemelo marcado.
- Ven - dice mirandome pícaro a lo que yo, azoto mi cabeza y niego, mierda me ha pillado observandolo, todo lo sexy que tiene lo tiene de imbécil. Sus manos agarran mis muñecas posandolas sobre sus fuertes pectorales, bajando por sus abdominales hasta llegar a su marcada V. Creo que no he tocado nada más caliente en mi vida... de verdad.
Sus manos siguen sujetando mis muñeca mientras estas acceden a los movimientos que sus manos trazan con delicadeza. Mi cuerpo no reacciona ante lo que mi cerebro quiere hacer, su piel caliente en mis manos arde prendiendome en fuego.
Su cuerpo se pega al mio arrinconandome contra el marco de la puerta. Sus labios besan mi cuello estremeciendo mis sentidos y haciéndome delirar.
- Aprovecha, que no lo volverás a tocar niñata - dice susurrando en mi oído.
- He tocado cuerpos mejores inútil - digo en un búfido separandome bruscamente de el para lentamente ir a la habitacion de Vera.
Entro a la habitacion y me tumbó en la cama, la verdad que tocar cada centímetro de su piel quema en mi interior. Es como una tentación, un pecado... es algo dificil de explicar. Me duermo pensando en el idiota que me ha puesto a mil por hora.
No se el tiempo que ha pasado desde que me dormí cuando escucho como la puerta de la que ahora es mi habitacion se cierra, pequeños pasos se acercan hasta notar como el lado vacío de la cama se hunde. Aún medio dormida abro los ojos para prender la luz y ver a un sexy Max en calzoncillos.
- Que haces aquí? FUERA! -digo de mal humor mientras me acurruco más contra la almohada.
- Vengo en son de paz - dice mientras se recuesta a mi lado posicionando sus brazos tras su cabeza. Es todo un chico malo joder... parece que estoy soñando.
- No te he dado permiso para que te tumbes conmigo - digo mientras me incorporó de la cama mandandole dagas a través de mis ojos.
- No lo necesito, además estoy bien así - dice despreocupado mientras mira el techo.
- Que quieres Max - digo resoplando mientras cruzó mis brazos sobre mi pecho a la defensiva.
- Nada, en realidad no quiero nada - dice mostrandome su perfecta sonrisa ladeada.
- Pues vete - exijo para zarandearle despues, es insoportable.
- No - dice para sacar una cajetilla de tabaco de la mesilla y encenderse un cigarro tranquilamente.
Golpeo con mi puño su hombro intentando movilizarlo para tirarlo de la cama a lo que el solo se ríe al ver que mis intentos no sirven de nada.
Se sitúa sobre mi con cada una de sus piernas a un lado de mi cadera y con su codo apoyado en la cama para que el peso no recaiga sobre mi, mientras sigue fumando de su cigarro dejándome inmóvil.
- Adivina una cosa... - dice soltando el humo sobre mi cara haciéndome toser - Eres la niñata más odiosa y caliente que he conocido en mi vida - dice clavando su mirada verde sobre la mía.
- Adivina que? - digo con una risa fingida - te quiero fuera de aquí ya o te pateare el culo en cuestion de segundos - digo firmemente.
- Inténtalo - dice rozando su nariz contra la mía haciendo que nuestras respiraciones se mezclen.
- Dejame dormir - digo con la voz entrecortada.
El solo saca una sonrisa autosuficiente para levantarse y salir de mi habitacion no antes de echarme una mirada intensa.
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Me despierto por el ruido que producen los accesorios de la cocina, seguro el imbécil este ya ha despertado y lo hace para molestarme. Me levanto a paso rápido para recriminarle el porque de tanto ruido, pero mi boca se seca al ver lo que tengo delante.
Un Max mojado con solo una toalla atada en la cintura cocina tranquilo mientras las gotas de agua bajan por su cuerpo y mi boca cae al suelo, creo que no todos los días tienes estas vistas al despertar.
Cojo aire y me acerco hasta el para golpear con mi dedo su fuerte espalda llamando su atencion, el se gira y me mira con una media sonrisa. Joder, se ve realmente caliente... me quedo mirándole unos segundos embobada hasta que vuelvo en si para poder hablar.
- No puedes hacer más ruido estupido? - digo mientras posicionó las manos en mi cintura.
- Sí claro que si lo quieres comprobar? - dice levantando una ceja pícaro.
- Oh, te detesto de verdad - digo para girarme y volver a la habitacion.
- Y yo princesa, esta noche haré una fiesta aquí, vendrás - dice sonriendo.
- Estas afirmando? - pregunto con el ceño fruncido mientras le observó desde la puerta.
- Sí, vendrás - dice firme mirandome fijamente.
- Ah y porque vendré si se puede saber? - digo con una carcajada.
- Me debes una - dice serio acercándose a mi para rozar con sus dedos mi brazo suavemente.
- Deja de ligar conmigo Max, no eres mi tipo - digo de mala gana con una sonrisa para irme.
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Enseñame
RomanceThais es una chica terremoto, a sus 20 años le encanta disfrutar de la libertad que conlleva vivir con su mejor amiga Deborah. Las fiestas el alcohol y la locura es algo que con ella va de la mano. Puede cambiar tu vida en una noche de fiesta? la...