- Deborah, te lo juro que no me acuerdo de nada - le digo a mi amiga mientras enciendo un cigarro.
- Venga... como no te vas a acordar? Te deberías de acordar! No todos los días tienes ese tipo de oportunidades - dice mi amiga con una sonrisa traviesa.
- Oportunidad? Dios... si le llamas a eso oportunidad... Gracias a dios no me acuerdo de nada, creo que no podría vivir con esas terroríficas imágenes en mi cabeza - digo negando con la cabeza para dar una calada al cigarro.
- Venga Thais, es el sueño de toda mujer. Será un imbécil y todo lo que tu quieras... pero es Max - dice mi amiga con una sonrisa.
- No lo entiendes... nos odiamos - digo frustrada mientras observo como el cigarro se consume con cada calada que doy.
- Y que piensas hacer? - dice mi amiga levantando una de sus cejas.
- Nada, aquí no ha pasado nada - digo elevando mis hombros sin ningún tipo de interés.
- Eres de lo que no hay - dice mi amiga entre risas - me voy he quedado con Richie - dice mi amiga con una sonrisa ilusionada para besar mi mejilla y salir por la puerta de casa.
Una semana ha pasado desde el momento ese en el que no tengo ningún recuerdo de esa noche y gracias a dios no he tenido el problema de encontrarmelé ya que no sabría si le moleria a palos o le cortaría su amiguito.
Tampoco se muy bien si el me saludaria o haría como que somos dos completos desconocidos, la segunda opción sería lo ideal.
Despues de ducharme y ponerme lo primero que pillo me encaminó hasta el bar donde Vera ya me esta esperando con todo preparado para empezar a trabajar. El primer grupo de jóvenes se acerca hacia la barra para pedir sus pedidos.
- Guapa ponme dos cubos y una sandy - dice el rubio con una sonrisa a lo que yo asiento con una sonrisa amable para preparar su pedido, cobrarles y ver como se sientan en una mesa a lo lejos.
La tarde es agotadora, la gente no deja de entrar y salir hasta que dan las 01:00 que la cosa parece que afloja y nos da tregua para descansar un poco. Vera esta como yo, su cara lo demuestra... esta agotada.
- Un día duro verdad - dice acercandose a mi mientras posa su mano en mi hombro.
- Demasiado, no se ni como sigo de pie de verdad - digo mientras me apoyo en la barra de espaldas.
- Oh, mira mi querido hermano ya estaba tardando en venir - dice Vera volteando los ojos mientras resopla.
Mi mirada se desplaza hasta de donde las voces provienen, el y dos amigos más se acercan hasta la barra mientras comentan gilipolleces de hombres.
Mi primera reacción es darme la vuelta y huir de la barra a hacer otras cosas, cualquier cosa vale de excusa con tal de no entablar ninguna comversacion con el... Vera me mira frunciendo el ceño mientras los atiende.
- Que ha sido eso? - dice Vera posando sus brazos en jarra mientras espera mi respuesta.
- Nada porque? - digo intentando parecer casual ante su pregunta.
- Has huido de mi hermano claramente, que pasa Thais? - dice mirandome fijamente.
- No que va... solo me acorde de que no había repuesto hielo y como iba a dejar eso así? Imaginate que llega mucha gente de golpe seria un completo desastre - digo con una sonrisa fingida.
- Thais, no me engañes... que pasa - dice ahora cojiendome del brazo para que me giré.
- La fiesta... en la fiesta me acosté con tu hermano pero no me acuerdo absolutamente de nada - digo resoplando a lo que veo como ella tapa su boca impresionada.
- Enserio? Y cual es el problema ? - dice haciendo una mueca con sus labios.
- Que no me le he encontrado hasta ahora y no se muy bien que hacer - digo resoplando frustrada, no pensaba que esta situación llegaría tan pronto.
- Dejame decirte que no para de mirarte - dice golpeándome con su codo mientras se ríe.
Giro mi cabeza intentando parecer casual para ver si realmente me esta observado, y así es. Su mirada esta clavada en mi, cuando ve que le estoy mirando sonríe de medio lado y me guiña el ojo.
Idiota, idiota y más idiota. Mi cara de disgusto es apreciable ya que escucho su ronca risa por todo el habitáculo.
- Que miraditas os echáis no? - dice Vera en tono gracioso a lo que yo bufo y me salgo a limpiar las mesas
Intento evitar todas las mesas que están alrededor de la de Max, pero eso no es motivo suficiente para impedir que se levante y se situe en mi espalda inmovilizado mis manos para que deje de limpiar.
- Me estas evitando nena? - pregunta con su voz ronca en mi oído.
- No, tengo que seguir trabajando - digo dirigiendome a otra mesa mientras noto que el me sigue.
- No hay gente, podríamos hablar cinco minutos? - dice girandome para que le mire, pero yo evitó su mirada a toda costa.
- No puedo Max, en otra ocasión - digo ignorandole por completo.
- Bien, pues no me iré hasta que no hablemos... tenéis carta de reclamación verdad?- dice serio mirandome.
Yo solo bufo de mal humor para cojer su mano y dirijirme al cuarto de limpieza con la esperanza de que así se acabe la tortura y que me dejara en paz. Entramos, cierro la puerta tras de sí y enciendo la luz.
- Y bien? Soy todo oídos - digo levantando una ceja mientras me apoyo contra una columna.- Porque me evitas ? - dice serio mirandome intensamente.
- No lo hago, solo que esta situación no me parece cómoda ya sabes... - confieso en un suspiro.
- No hicimos nada - dice serio mientras coje mi cara para que le mire, sus ojos transmiten que dice la verdad y para mi eso es un alivio.
- y porque estábamos desnudos? Quiero decir... si no hicimos nada?- pregunto bufando y con dudas.
- Quería que pensarás eso,... estabas completamente borracha al igual que yo como para poder hacer algo... asique nos quedamos en el intento - dice con media sonrisa - de verdad, no soy tan mala persona, por eso estábamos desnudos pero no paso - dice serio nuevamente.
- Dios... me has quitado un peso de encima - digo suspirando mientras suelto el aire que retenia en mis pulmones.
- Mañana por la noche tengo un combate - dice mientras se muerde el labio inferior de forma sexy.
- Suerte - digo para agarrar el pomo y salir pero su mano me lo impide.
- Quiero que vengas - dice mientras acaricia mi brazo con delicadeza - Quiero que estés allí - termina de decir finalmente.
- Y porque yo? - digo algo curiosa, no me esperaba q quisiera que estuviera allí, es más, pensaba que de ser así me echaría a patadas si hace falta por lo de la última vez.
- No lo se, solo ven - dice finalmente para salir del cuarto de limpieza dejándome con mil dudas por resolver.
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Enseñame
RomanceThais es una chica terremoto, a sus 20 años le encanta disfrutar de la libertad que conlleva vivir con su mejor amiga Deborah. Las fiestas el alcohol y la locura es algo que con ella va de la mano. Puede cambiar tu vida en una noche de fiesta? la...