Capítulo 2

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-Anda ya, cuéntame cómo fue, no seas mala-dijo Karla con voz insistente y a la vez jalando su brazo.

-Karla...-sus ojos denotaban cierto brillo. El rostro de Karla se iluminó.

-¿Fue anoche verdad?- Ivonne suspiró profundamente para finalmente asentir.

-Sí Karla, fue anoche.

-¡¿Pero cómo?!- Exclamó tapandose la boca. -Cuéntamelo todo. Las amigas se cuentan esas cosas.

-Está bien, pero baja la voz ¿quieres? No quiero que nos escuchen.

-Sí ya, hablaré ba...ji...to -susurró en forma de broma.

-Pues...-dudó un poco.- Eduardo fue muy tierno conmigo, me hizo sentir muy cómoda, querida...

-Ivonne no me lo tomes a mal, pero ¿sabes realmente las consecuencias que puede traer esto?

-Sí, si mi mamá se entera de esto me mata.

-No, Ivonne no me refiero a eso, sino a... - hace un ligero gesto hacia mi vientre vacío.

-¿Qué...? - Rió con incredulidad.- ¿Tú crees que...? No Karla eso, no pasará.

-¿Y cómo estás tan segura? - Preguntó endureciendo el rostro.

¡Ay fue mi primera vez! No porque lo hagas significa que quedes embarazada - rió irónicamente con cierta obviedad.

-Ivonne no seas tonta - esta vez se acercó más a ella tomando sus manos. - Pase lo que pase, sabes que estaré contigo ¿sí?

Las dos se fundieron en un fuerte abrazo. <<¿Será posible eso?>> Pensaba <<¿Un embarazo?>> Rápidamente apartó esos pensamientos y terminó por convencerse de lo contrario, total sólo contaba con diecisiete años, le quedaba toda una vida que disfrutar, y por qué no, vivirla con intensidad.


-"¿Estás segura?

Ivonne afirmó sin decir palabra y se fundieron en un beso profundo, apasionado y lleno de intensidad.
Sus manos se deslizaron en el cabello sedoso de Eduardo, mientras que la atraía más hacia él llevándola cerca de las rocas de aquella playa, en donde se cernía un hermoso atardecer.

-Te amo Eduardo - susurró la chica un tanto asustada, temiendo aurrinarlo todo, si desistía.

-Ivonne, eres hermosa, quiero estar contigo siempre - su respiración sonaba agitada. Sus frentes permanecían cerca, al igual que sus labios.

-Eduardo yo... - el chico no la dejó terminar la frase. Se fusionaron en un beso largo que terminó asfixiándolos.

-¿Tienes miedo preciosa? - Preguntó entre besos.

Ivonne miró el rostro del chico al que realmente amaba y del que finalmente terminó entregándole todo lo que era".

Un pequeño imprevistoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora