Daddy's Girl © | Justin Bieber | TERMINADA

Capítulo 12.

Capítulo traducido por una lectora.

Justin PDV.

—Querida, ve y levanta tus juguetes ahora. es tiempo de d-dormir, corazón —dije cerrando el libro de cuentos de hadas que estaba leyendo para Rosie y me recargo de nuevo en el sillón reclinable de su cuarto.

—Bien Papi —ella ríe y después gatea hacía su cubo de juguetes. Casi me ahogo cuando veo algo que me deja en shock.

—¿Gatita? —pregunto severamente, sin embargo, mi polla se endurece en los pantalones mientras yo hablo.

—Si ¿Papi? —ella pregunta inocentemente, haciendo una pausa mientras ponía sus muñecas en el cubo.

—¿Donde en la tierra verde de dios dejaste tus bragas? —pregunto mordiendo mi labio mientras ella se agacha, dándome una perfecta vista.

—No me gustan esas panties, Papi tonto —ella ríe, sacudiendo su cabeza y continua poniendo sus juguetes—. Las orillas son rasposas... —ella continua.

—Oh, okay. Eso tiene mucho sentido, la próxima vez vamos aventar toda nuestra ropa interior al aire y caminaremos alrededor como pájaros libres —exclamé levantando mis brazos.

Ella ríe, agarrando su panza—. Papi gracioso —ella cubre su boca con su mano, tratando de mantener su risa escondida.

—Lo sé soy muy gracioso... ahora que tal si arrastras tu pequeño y perfecto trasero hasta aquí. —ordeno en voz de "Papi".

Ella me ve inocentemente sobre sus pestañas—. P-pero los juguetes... —ella empieza.

—Olvídate de los juguetes —la corté.

Ella mordisquea su labio y se levanta lentamente caminando hacía mi. Cuando ella se para enfrente de mi, yo me inclino de nuevo en la silla y froto mi dedo sobre mi labio inferior.

—Date la vuelta y agáchate. Deja ver a Papi tus pequeñas y bellas partes de princesa —murmuro, jugando con el dobladillo de su vestido

Ella se sonroja de un rojo brillante antes de darse la vuelta y agacharse. Yo subo su vestido un poco para tener una mejor vista.

—Querida, estás tan mojada... —sonrío, pasando un dedo a través de sus pliegues húmedos y sobre su clítoris. Ella se estremece y gime en silencio como respuesta.
—Eres tan perfecta, ángel. —digo, tratando de distraerla.

—G-Graci... ¡oh dios mío! —la interrumpo agarrando y lambiendo su coño, mis dedos seguían haciendo movimientos circulares en su clítoris.

La follaba lentamente, burlándome de ella como ella se burlaba de mí con su brillante idea de no llevar panties. Su dulce y apretado coño se estremece y aprieto en mi lengua.

—¿P-papi, pu-puedo correrme? —ella pide al cabo de unos minutos, con las piernas temblando mientras yo hago mi magia.

—No, no puedes. —de repente me detengo justo cuando ella se acerca.

—¡¿Qué?! —ella grita y me mira shockeada.

—Tú sabes como molestar a Papi. Ahora mírame a la cara y ponte de rodillas, mi querida y pequeña zorra. —tiro de mi cinturón y saco mi larga, palpitante y dura polla afuera.

Sus ojos se abren mordiéndose el labio y descansando sus delicadas mano sobre mis rodillas.

—Ahora se una niña buena y chupa. —le ordeno, agarrando una de sus coletas y tirando de ella hacia mi.