Daddy's Girl © | Justin Bieber | TERMINADA

Capítulo 8.

Justin PDV.

—Así que yo estaba pensando que tal vez el Sr. Coulson... —soy interrumpido una vez más por Rosie mientras tose violentamente en lo que duerme en su cuna. Yo frunzo el ceño al oírle y mi corazón se aprieta un poco. Estoy seguro de que se siente muy mal.

—¿Pueden callar a esa perra? —escucho a uno de mis clientes decir. Mi cabeza gira al instante al verlo, como si un látigo te golpeara.

—¿Qué mierda ha dicho? ¿Le gustaría repetir eso? —golpeo mis manos sobre la mesa y le doy la mirada más mortal. Todo el mundo se congela en el borde de su asiento.

—Todo lo que estoy diciendo es que si esa perra interrumpe una vez más, me estoy tomando mi negocio a otra parte. —dice con aire de suficiencia.

—¿Cómo te llamas? —le pido con calma, sorprendiendo a todos.

—Antonio Petrovic —dice ahora un poco asustado.

—Sr. Petrovic, por el final del día, incluso si vas caminando fuera de aquí para tomar tu negocio a otra parte, nadie va a tomarlo en cuenta porque ¡YO LO DEJARÉ EN LA RUINA! —digo con enojo haciendo que todos salten, sobre todo la pequeña perra presumida en frente de mí.

—Y-yo... S-señor —tartamudea.

—¡Fuera de aquí! —gruño, señalando la puerta. De inmediato se empaca y se va corriendo.

Suspiro pasándome una mano por el pelo y luego suspiro de nuevo sabiendo que metí la pata ya que arruiné mi peinado—. P-papi... —Rosie tose y luego empieza a llorar por el dolor que atraviesa su cuerpo.

—Reunión aplazada. Hablamos después. —digo con severidad, que sólo quiero cuidar a mi pequeña. Todos ellos se apresuran rápidamente, probablemente sabiendo que parezco una bomba a punto de estallar.

Yo me estremezco y me acerco a la cuna—. Oh querida ¿sigues sintiéndote mal? —me inclino para acariciar su cabello.

—Y–yo voy a... —se amordaza y sé exactamente lo que está a punto de suceder. Mis ojos se abren y la cargo fuera de la cuna, como en estilo novia de bodas y corro lo más rápido que puedo para el baño de la oficina. Tan pronto como llego allí, ella libera el contenido de su estómago en el inodoro.

Mi corazón se rompe en sollozos, ella jadea para tomar aire y volver a vomitar, me agacho para mantener su pelo y frotar su espalda. Cuando por fin se detiene, mojo una toalla de papel y limpio su cara. Sus labios tiemblan y sus frente se arruga mientras mantiene los ojos cerrados, tratando de bloquear la luz en la habitación.

—Está bien, gatita... está bien, Papi está aquí. —le calmo, la recojo y después la acuno a mí.

Camino de vuelta a la sala de reunión vacía y la dejo en una de las sillas—. Vuelvo enseguida, cariño. No te mueva a menos que te sientas mal de nuevo. —digo y ella asiente débilmente. Cojo la pañalera y dejo la habitación, cerrando la puerta detrás de mí por si acaso.

Entro en la cafetería de la planta baja del edificio y ordeno para mí mismo un plato de pasta y un agua y para Rosie ordeno alguna sopa de fideos y galletas, junto con un jugo. También doy una de las mamilas de la bolsa de pañales y pido que lo calienten—. Muchas gracias —doy un billete de $50 y dejo que se quede con el cambio como propina.

—¡Muchas gracias Sr. Bieber! —el hombre sonríe.

—Sólo pido que Rosie se sienta mejor. —sonrío en respuesta.

Rápidamente me dirijo al piso de arriba y en la sala de reuniones, donde Rosie se sienta impasible—. P-papi... —ella gime cuando me ve.

—Me pregunto ¿qué deseas? —ella jadea y me río.

—¡Abrazos! —ella se queja de nuevo.

—¡Oh! Bien —río y envuelvo mis brazos alrededor de uno de sus brazos, aún riéndome.

—N-no, Papi... Esa no es la manera correcta —ahora ella se ríe.

—¿No? ¿Entonces? —envuelvo mis brazos alrededor de su cabeza, sofocando su rostro en mi pecho.

—Papiiiiiii.... —murmura en mi pecho.

—¡Oh bien! ¡Tú ganas! —coloco la bolsa de comida hacia abajo y luego siento a Rosie en mi regazo.

—Te tengo un poco de comida, princesa. No te puedes tomar tus medicamentos con el estómago vacío —agarro su sopa de la bolsa y abro la taza humeante.

—¡S-sí! ¡comida! —ella aplaude y luego tose con dureza. Yo frunzo el ceño, agarrando la cuchara y lo lleno con un delicioso caldo.

—Abre, cariño. —ordeno. Ella gime en el sabor y el sonido va directamente a mi polla, pero me trato de contener porque ella está enferma—. Buena chica, cariño. Buena chica.

Lentamente ella se come la sopa hasta que todo ha acaba y luego le entregarle sus galletas y jugo de jengibre para beber mientras yo termino mi pasta. Nos sentamos en silencio cómodamente y yo corro mis dedos por sus hermosos rizos sedosos mientras como. Cuando ya casi termino, ella se queja en voz alta y sale de mi regazo—. ¿Qué te pasa, cariño? —le pido con calma, pensado que no vomite nuevamente.

—D-demasiado calor —llora, entonces me sorprende por como se levanta y se despoja de su pijama de conejo y sube de nuevo en mi regazo sólo en su sujetador y bragas.

Levanto una ceja y luego asiento con aprobación—. Bueno, entonces... —acaricio su recién muslo desnudo y bebo un poco de mi agua. Entonces tomo su botella y añado el triturado en polvo en la leche—. Aquí, cariño —yo la acuno en mi regazo y su mano en la botella, viendo como ella lindamente lo pone en su boca y empieza a chupar—. Lo sé, cariño. Lo siento. —digo con simpatía cuando veo su cara crujir ligeramente ante el sabor de la medicina—. Cuando lleguemos a casa, Papi te va a abrazar en su cama y vamos a ver películas todo el día. ¿Suena bien eso, gatita? —le beso en la frente.

La botella hizo un sonido cuando la retira de su boca—. S-sí, por favor, papi —ella sonríe—. Quiero abrazar a Papi en la cama ahora —ella pone mala cara, acurrucando su rostro en mi costado.

—Lo sé, cariño. Estamos a punto de volver a casa —acaricio su pelo—. Te quiero mucho, nena. —digo.

—Yo también te quiero mucho, Papi. —dice mientras cae en un sueño profundo, convirtiéndose en un peso muerto en mi regazo.

Me río y sacudo la cabeza, bebiendo mi agua. Mi pequeño pastelito.

Traducción ©stuckwithjustin 2015.
Copyright ©stuckwithjustin 2015.
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