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Hoy al llegar a la escuela Camila me entregó una carta junto a unos caramelos.
La carta contenía una cita de algún libro, no sé cuál pero quise agregarla al diario:
"Te quiero como para invitarte a pisar hojas secas una de estas tardes. Te quiero como para salir a caminar, hablar del amor mientras pateamos piedrecitas. Te quiero como para volvernos chinos de risa, ebrios de nada y pasear sin prisa las calles. Te quiero como para ir contigo a los lugares que mas frecuento, y contarte que es ahí donde me siento a pensar en ti. Te quiero como para escuchar tu risa toda la noche. Te quiero como para no dejarte ir jamás. Te quiero como se quiere a ciertos amores, a la antigua, con alma y sin mirar atrás.
Para Diego."
Camila es muy dulce, no entiendo como se pudo fijar en mí, o que no sea de las chicas más deseadas de la escuela, si tan sólo la conocieran verían lo hermosa que es por dentro y por fuera.
Sé que no es perfecta, pero para mis ojos lo es, y mucho.
Durante la clase nos pasamos algunos papelitos y uno de ellos llegó accidentalmente a la banca del jefe de grupo. Qué suerte tengo. Y no, no es sarcasmo porque es mi amigo y me cubrió del secreto.

Diario de un apasionadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora