Estaba dormido y Tania llegó a levantarme, al parecer se me había hecho tarde para conseguir boletos en rebaja a tiempo en el aeropuerto.
Hay unas ofertas ida y vuelta a costo de un solo boleto, no desaproveché la oportunidad y compré un viaje ese mismo día en la noche, llegaría de sorpresa a la casa de Camila con un ramo de rosas, de las que le gustan. Llegué a tocar el timbre, y antes de que pudiera sorprenderla, ella ya me había abrazado y sacó alunas lágrimas. Pasé a su casa y le platiqué de lo que iba de mi vida, lo mucho que la extrañaba y como había soñado desde el día en que llegue en volver a verla y besarla.
Me quedé en la habitación de huéspedes a dormir, me iría al día siguiente porque mis padres no sabían de que estaba aquí y regresaban en la próxima noche.
Camila me despertó y se puso a mi lado donde estaba acostado, yo la abrazaba mientras ella se quedaba dormida. El simple hecho de haber dormido con ella, de la manera más inocente, hacía que la amara más.
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Diario de un apasionado
RomantikUn chico cree vivir en un cuento de hadas cuando se enamora perdidamente de su novia. Decide inmortalizar sus palabras de alguna manera y empieza a escribir en un viejo diario que su abuela le dio de cumpleaños, ahí es donde ilustra a través de sus...