"We have a plan"

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Al salir de la rueda de la fortuna, ya había anochecido en todo el lugar, según, había sido una falla técnica entre los controles de la maquinaria, cosa que hizo que todo el lugar tuviera un cortocircuito y los juegos se apagaran. Aunque, el par, realmente no le prestó atención a la explicación de los empleados del parque, pues estaban más ocupados centrándose en la sensación que tenían al juntar sus manos que a otra cosa.

Al terminar de escuchar a aquel par de hombres hablar y hablar, disculpa tras disculpa, la pareja se fue caminando sin separar sus manos entrelazadas en ningún momento, todo en un silencio cómodo, hasta llegar a la parada del bus que les llevaría al apartamento de Kagami, donde solo disfrutaron de la atmósfera tranquila mientras esperaban.

Una vez llegó el vehículo, lo montaron con tranquilidad, sentándose juntos. La felicidad permanecía en el pecho del rubio, quien se controlaba para no brincar y gritar al mundo que al fin era el novio de la persona de la que estaba enamorado, si lo hacía de seguro Kasamatsu le daría una buena tunda, y todavía quería mantener su integridad física ilesa.

Por otro lado, Yukio tampoco cabía en gozo, estaba muy feliz y aliviado de que el modelo haya correspondido a sus sentimientos, y que, en medio de todas las cosas que han sucedido hasta ahora, todo anda muy bien.

El hilo de sus pensamientos se cortó en el momento en que el Bus se detuvo, era hora de bajarse. Una vez allí, continuaron dirigiéndose a la casa del pelirrojo. Probablemente todos estén muy preocupados, se había hecho demasiado tarde en lo que salían de la Rueda de la Fortuna, tal vez, incluso, ya les estén dando por muertos.

Al llegar a la puerta del apartamento del tigre, Kasamatsu, suspiró, todavía no poseía llaves de esa puerta, no era que las fuera a necesitar realmente, de todos modos, no pretendían quedarse allí mucho tiempo, o al menos, eso es lo que llevaba diciéndose la semana entera, y todavía seguían allí, molestando a Kagami.

El azabache levanto la mano y toco tres veces la puerta -¡Chicos, somos nosotros!- exclamó, frunciendo el ceño al escuchar un gran alboroto, como si muchas personas se levantaran de golpe y corrieran hacia donde estaban ellos. Tanto Kise como Yukio se miraron mutuamente levantando una ceja extrañados cuando la puerta se abrió de golpe mostrando a cuatro adolescentes con expresiones preocupadas en sus rostros.

-¡Kasamatsu, Kise!- exclamaron los cuatro al unísono, mirándoles. Ryouta les sonrío levemente, aquello le había hecho gracia, pero no tanto a sus amigos, de los que, uno de ellos, se vio relajado, y los otros tres... pues, parecían querer matarlos en ese mismo instante.

-Eh... ¡Hola!- saludó el rubio, intentando aligerar el ambiente, levantando la mano que tenía libre, pues la otra seguía atrapada en el agarre del azabache. Aquello no le había hecho mucha gracia al pelirrojo, al lanzador de Yosen ni mucho menos a el ex capitán de Teiko, de los cuales, Kagami coloco sus brazos en jarras, Nijimura los cruzo y la expresión de seriedad en la cara de Himuro casi daba miedo.

-¡¿Se puede saber dónde estaban?!- gruño Taiga entre dientes frunciendo el ceño a mas no poder, pareciendo una madre enojada, ¿Es que este par no sabía cuánto se habían preocupado? ¡Los tenían mortificados a todos! Y después llegan aquí, saludando como si nada hubiera pasado, ¿Es que no tenían vergüenza o qué?

-Más les vale explicarse, ahora- dijo Nijimura haciendo un ruido constante con su pie golpeando el piso mientras esperaba las razones, o, excusas de ese par. Himuro asintió, esperando igualmente, enviando una mirada penetrante al rubio y a Kasamatsu, teniendo el regaño en la garganta, listo para salir.

-Ya, ya, tranquilos- dijo el poseedor del ojo de halcón, levantando sus dos manos, y dándoles una sonrisa algo torcida- No los regañemos aún- los otros tres miraron al de ojos gris azulado, relajándose un poco ante esto. Kasamatsu suspiro.

Don't Play With Me {Pausada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora