capítulo 9

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Cerraba la puerta de la casa de mis padres, bajé por las escaleras que llevaban al séptimo piso y en él, yacía un elevador.
- Hola, Taka-chan! -saludó una mujer cuya voz se me era familiar. Giro 180° y veo a la mujer que merece cada tortura de aquella habitación.
-Hola, Haname- devolví el saludo con sierto enojo. - ¿ Vives aquí?- pregunté, esperando que las puertas del ascensor se abrieran, mientras Haname se paraba a mi lado izquierdo.
- Si, y por lo que veo... tú también vives aquí- Afirmó sonriente, su sonrisa daba asco. Me limité a asentir con la cabeza, tomando un poco de aire y volviendo a caminar hacía las escaleras que conducen al sexto piso.
- ¿ A donde vas?- preguntó aquella niñata de 15 años y cabello castaño. No respondí y seguí mi camino hacia el sexto piso, imaginando su cuerpo desnudo lleno de moretones y de su propia sangre, que estaba sufriendo y los gritos de las dos mujeres llenaban la habitación junto a sed de venganza.
Bajé las escaleras hasta llegar a la planta baja del edificio, procurando que Haname no molestara en mi camino. Pero que viva cerca de mi casa es una increíble ventaja.

×××

Al llegar a la escuela, veo los incontables folletos de la entrada, aquellos folletos mostraban una imagen de Elizabeth junto un anuncio de búsqueda y una recompensa de 500.000 dólares.
No me importa en los más mínimo, nadie la encontraría en la casa de mis padres y soy la persona, con la cual, ella no tenía contacto conmigo. Pero no significaba que me delate yo mimo con mis mentiras poco creyentes.
- Tendré que estar atento- susurre viendo el folleto en mis manos y guardarlo en mi mochila.

- Hey, Taka- me sorprendió el moreno de Yuu. - Espera- detuvo mi caminata hacia el salón de clases.
- Hola, Yuu- saludé sonriendo -¿Qué ocurre?- pregunté ilusamente.
- Sobre lo de Elizabeth... ¿Qué opinas?- preguntó.
- ¿Por qué me lo preguntas?- No creía que supiera algo.
-Tengo que hacer una especie de entrevista a las personas sobre mujeres desaparecidas y el caso de Eli me ayuda bastante.- frunci el ceño.
-Pregúntale a Akira que opina de tu trabajo- Dije con gracia. Ambos reímos.
- No, si se entera de lo que estoy haciendo me mata a golpes.- Continuabamos riéndonos como unos idiotas.
- Okay, pues... Dentro de la sociedad, existen personas enfermas dispuestas a todo por dañar a otras personas. Igual no creo que Elizabeth fuera inocente, tal vez su secuestrador fue su ex novio y la secuestró por venganza o los yakusas están necesitados de sexo forzado.- Dí mi humilde opinión, aunque me haya llamó "enfermo" a mi mismo. Continuamos hablando un largo tiempo, nos habíamos saltado la primera hora y unas palabras de Yuu me quedaron rebotando en mi cerebro.
- Es una pena que haya desaparecido. Iba a salir con ella ayer, me encantaba, y si se negaba a mí, hubiera sido por mi que ella desapareciera.- Me quedé sorprendido a su confesión.

Sonó el timbre, era la segunda hora y debíamos ir a clases si o si. En el trayecto del día, no podía quitarme aquella confesión y las ideas para las torturar a las dos bellas mujeres.

Mi horrenda obsesión ●Reituki●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora