Pasó una semana: La madre y hermana de Akira lo buscaban por todos lados, ya que no sabían la dirección de mi casa, los policías no se molestaban por buscarlo y los mensajes de Yuu y Takashima llegaban a cualquier hora en mi celular.
"¿No entienden que Akira es mio ahora?" Pensé.
No voy a la escuela, no lo necesito. Pido comida a domicilio y paso las 24 hs del día con mi amado Akira. Ya se había transformado en una rutina.
Miro el reloj, marcaba las 14:30 hs. La hora de comer, Akira debe estar hambriento.
Preparé Sushi, lo coloqué en un plato blanco, agarré un par de palillos y lo llevé hasta donde se encontraba Akira.
- Akira, es hora comer.- El rubio continuaba cabizbaja. - No seas tan malhumorado y come.- me arrodillé a su lado, colocando el plato en el piso y levantando la cabeza del rubio, le daba de comer. A Reita le gustaba mi sonrisa, por ello cada día que lo veía sonreía, pero su sonrisa tan bonita no estaba presente.
- Esto es muy incómodo...- Comentó Akira.- Me da calambres.- Su vista no se desviaba del suelo. -¿Podrías.... Soltarme? No haré nada, lo juro.- Con un poco de desconfianza, abro el gran candado, subiendo la parte de arriba hacia el costado, dejando a libertad a Reita. - Gracias.- Su puño impactó en mi nariz con fuerza y brutalidad. Instantáneamente, mi cabeza fue invadida por el dolor, mientras que Akira intentaba sacar las cadenas en sus pies.
-MALDITO!- Grité. Sabía con seguridad que mi nariz estaba rota y no pude controlar mi enojo con el rubio.-Te aseo, te doy de comer y beber, y luego me pagas con esto.- Dije entre dientes. -Te odio!- Me acerqué al inútil, el cual estaba desesperado por liberarse de las cadenas.
Pateé el estómago del chico, ya que su rostro estaba fuera de mi alcance, un gemido resonó junto al golpe.
- Perdón!
- Muerete!
El chico comenzó a alejarse, pero sus pies amarrados se lo impedían, mi furia no terminaría con aquello.
Agotado, observé un cable pelado sobresaliendo (a un metro) de la pared. Tantos recuerdos me trae, aquel cable pelado y con electricidad fue un plan de venganza contra mi padre, el cual fue planeado entre Akira y yo.
Lo agarré, seguro de mis futuras acciones, azote la espalda del otro con la punta pelada y sobrecargada de electrones. Él no gritaba, lloraba sin parar, sabía que gritar no funcionaría para nada y era fuerzas desperdiciadas sin algún objetivo seguro.
Cansado del llanto de Akira, arrojo el cable encima de su cuerpo, siendo electrocutado apenas el cable toca su espalda mojada por su sudor.
A paso lento, busco algún artefacto de madera y alejo el cable de su cuerpo.
- Espero que hayas aprendido las consecuencias, Aki-chan- Dije, levantando la cabeza de un Akira destrozado y sin fuerzas. Lo volví a colocar en el cadalso.
Observé aquel cuerpo decaído con un poco de arrepentimiento. Decidí besarle, fue un beso forzado, pero pude saborear su boca tal como deseaba.
Al cerrar la puerta detrás mío, alguien golpea la puerta con fuerza.
Algo en mi decía que no debía abrir la puerta, pero siempre fui ingenuo como para seguir mi instinto de supervivencia y abrí la puerta.
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Mi horrenda obsesión ●Reituki●
De TodoTakanori Matsumoto, un chico homosexual de 16 años de edad. Está enamorado de su mejor amigo; Akira Suzuki. Éste corre un gran peligro al igual que su novia, por no aceptar el amor de Takanori. ¿Quieres saber como termina? Lee el fanfic y lo sabrá...