Capítulo 22

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Con Elizabeth en mis brazos, un gran enojo y el llanto de Takanori de fondo, salí del lugar, llendo a paso directo al hospital.
- Lo lamento.- Dije para romper el silencio. El amor de vida me observó.
- No tienes que disculparte, tu no sabias que me encontraba allí.- Con dificultad, posó su brazo derecho por detrás de mí nuca.
- Había pensado que perderías tu virginidad conmigo, pero ya es tarde.- Algunas pocas lágrimas salieron de mis ojos, cayendo en su cuerpo al medio tapar por mi abrigo. Eli me besó cariñosamente.
- Sabes a... muchas cosas.- Comenté a centímetros de sus labios. Ella rió nerviosa.
- Te llevaré al hospital para quitarte aquellos clavos en tus pies y denunciaré al culpable de todo esto- Dije, seguro de mis palabras. Elizabeth acomodó su cabeza en mi hombro y susurró un "Te amo" en mi oído.
Al llegar al hospital más cercano, unas enfermeras se acercaron a donde estábamos, la coloqué en una camilla y se la llevaron a una habitación. Debía quedarme esperando a que me informaran de su situación. Llamé a sus padres, los cuales estuvieron en la sala de espera luego de unos segundos de la llamada.
Volvió el doctor, nos informó de su condición corporal y psicológica, ambos estaban muy mal: mi apreciada novia no podría volver a caminar. En cuanto a su condición psicológica, debe recibir grandes tratamientos psicológicos para poder superar la violación y las torturas sufridas.
- ¿ Saben quien provocó esto?- preguntó el sujeto. Los padres de la chica me observaron.
- Si- Respondí.
- Debes denunciarlo, antes de que esto ocurra nuevamente.- Al decir aquello y darnos el pase para ir a ver la chica, se fue a su oficina.
Las tres personas entramos, viendo a Elizabeth reposando tranquila en la camilla, con los pies vendados y mostrando una sonrisa al ver a sus padres con ella. Sonreí de lado, me alegra saber que ella está bien después de todo lo que pasó.
Cuando el horario de visitas acabó, me despedí de sus padres y corrí hacia la estación de policía para hacer la denuncia.
Cuando quise hacer la denuncia, no me permitieron, ya que era menor de edad y tenía que ir con adulto. Presenté mis quejas ante el jefe mas gordo que vi en mis 17 años de vida, pero aún así no les importó en lo más mínimo.
Volví con mi madre, ambos hicimos la denuncia, pero siempre falta una moneda para completar el yen, y tenía que traer pruebas, aquellas pruebas no eran la chica, sino la declaración del asesino.
"Este tipo está jugando con nosotros, nunca había escuchado eso...¿Enserio piensa que el asesino va a declararse voluntariamente culpable? " Pensé.
Fuí a mi casa, le conté todo a mi madre con sumo detalle -No como la última vez-, me bañe y fuí a descansar para ir al día siguiente al hospital.
Pero unos segundos antes de quedarme dormido, una idea se hizo presente en el interior de mis pensamientos: Sabía como hacer que Takanori diga que es culpable por cuenta propia, debía ir mañana si o si para plantar la trampa.

Al día siguiente; Me arreglé, desayuné e informé a mi madre lo siguiente:
- Madre, si no vuelvo para mañana... Llama a la policía y diles que vayan a esta dirección.- Dije, mientras escribía la dirección en un papel.
- Adonde irás?- preguntó mi hermana, Saeko Suzuki. Viendo la dirección.
- Akira sabes que tienes todo mi apoyo en todas tus locuras, pero debes contármelo.- Se sentó mi madre delante mío, con su taza (La cual se le fue regalada de mi parte por el día de las madres) en sus manos.
Les conté con sumo detalle el plan que tenía pensado a dos de las cuatro mujeres más importantes en mi vida. Ellas aceptaron con disgusto.
Coloqué una cámara pequeña, la cual la utilicé para culpar a Saeko de alguna travesura, por detrás de la tela en mi nariz y salí de la casa, desconfiado por mis futuras acciones.
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Mi horrenda obsesión ●Reituki●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora