Capítulo 7. -El fantasma de los recuerdos.-

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Narra Nick:

-¿Estarán bien ellos?- Dijo Cath una vez que nos habíamos montado ya en el coche.

-Por supuesto, no es la primera vez que nos pasa.- Dije arrancando a lo que me miró de forma sorprendida.

-Ya te contaré.- Dije pisando el acelerador y largándonos de allí a toda prisa en dirección a su casa.

Y era verdad, no era la primera vez que venía la policía a detenernos. Es más, hasta hubo noches que tuvimos que dormir en el calabozo porque íbamos pasados de rosca y los agentes esas noches no eran muy simpáticos.

-Habrá aparecido porque algún amargado que estaba paseando nos habrá visto y los habrá avisado por el ruido de la música, porque por esa zona no suele aparecer gente.- Dije intentando tranquilizar a Cath.

-Nick... tus amigos y tú sois las personas más locas que jamás he conocido.

Yo sonreí. -Teniendo en cuenta con la gente que estás, claro. Pero hay personas peores que nosotros.

-Prefiero no saberlo.- Dijo y los dos nos pusimos a reír.

Al cabo de un rato se hizo el silencio en el coche y eché una mirada fugaz para ver que hacía Cath cuando me la encuentro apoyada en el cristal durmiendo, a lo que no pude contener una sonrisilla, pobre, estaba agotada.

La dejé dormir mientras que no llegábamos a su casa, aunque su tiempo de sueño fue corto porque estábamos a cinco minutos de allí.

Al llegar a su casa aparqué en la otra acera de la calle para no levantar sospecha.

-Cath, Cath.- Susurré mientras le movía el hombro para que se despertara.

-Mm.- Respondió ella removiéndose.

-Despierta, ya hemos llegado.- Dije susurrándole.

-Cinco minutitos más.- Pidió ella, a lo que no pude evitar reír.

-¿Qué pasa? ¿No quieres volver a casa?

-No. Estoy muy cómoda aquí.- Dijo sin abrir todavía los ojos haciéndose una bola con su cuerpo.

-¿Entonces quieres que arranque el coche y nos vayamos a mi casa para que pueda subirte en brazos al estilo princesa, y sin que tengas que despertarte te lleve a mi cama y puedas seguir durmiendo?- Pregunté tentándola, sabía que no iba a acceder porque si su madre llega ver que no está en su casa es capaz de llamar a la mismísima Casa Blanca con tal de que encuentren a su hija.

-Mm... No me tientes...

-¿Eso es un sí?- Dije empezando a encender el motor sin parar de sonreír.

Suspiró. -No, ya me levanto.- Dijo abriendo los ojos y desperezándose. -Que sepas que me debes horas de sueño por despertarme.- Añadió bostezando.

-¿A sí?- Dije arqueando una ceja. -Pues que sepas que hice un trato contigo y tú me debes una noche en mi casa.

-Ya.- Dijo sin parar de bostezar. -Pero eso será más adelante.

-O no.

-O sí.- Dijo riendo. -Buenas noches Nick, me lo he pasado muy bien esta noche a excepción de la llegada de la policía. Ha sido muy divertido.- Añadió dándome un beso en la mejilla.

-¿Por qué siempre te quedas con la última palabra?- Dije refiriéndome a su último comentario.

-No sé, dímelo tú.- Dijo bajando del coche. -Buenas noches.

-Buenas noches Cath, anda descansa que lo estás deseando.- Dije y ella se marchó sonriendo.

Al ver a Cath entrar en su casa, arranqué el motor y mientras que me marchaba llamé a Kyle.

La otra cara de la realidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora