Capítulo 10. -Roto.-

98 11 3
                                    

Narra Nick:

Destrozado, decepcionado, dolido. Tengo una lista muy larga de adjetivos que pueden encajar perfectamente con mi estado de ánimo.

Lo peor de todo no ha sido que Cath haya besado al pingüino, sino que después se haya marchado con él. Y ahora me viene con el cuento de que quiere explicármelo ¿el qué? ¿Qué se ha dado cuenta que es el pingüino su pareja ideal y que ya no nos vamos a ver más? Pues no te preocupes, que ya me he adelantado yo, porque una cosa está clara, aquí el primero que corta siempre soy yo.

Mientras conduzco busco el móvil en la guantera y marco el número de Kyle pero me sale que está comunicando, cuelgo y lo vuelvo a intentar, ahora sí me da señal.

-¿Qué pasa tío?- Pregunta mi amigo.

-Kyle, tío ¿Dónde estás? Tengo que hablar contigo.

-Estamos en la casa de Ethan jugando a la Xbox, vente que te voy a dar una paliza al FIFA.

Sonrío. -Eso habrá que verlo.- A lo que mi amigo suelta una carcajada. -Te veo allí.

-Date prisa, hemos pedido pizzas y como no vengas te quedas sin comida.

-Nick, tío métele el turbo a la chatarra que tienes por coche que si llegas después que el repartidor pagas las pizzas.- Oigo que dice Dave de fondo.

-¡Seréis cabrones! Voy para allá.- Oigo las risas de fondo de los chicos y cuelgan.

Sí, son buenos amigos, incluso en mis peores momentos saben cómo hacerme reír.

***

Cuando llegué a la casa de Ethan se escuchaban chillidos procedentes de dentro. Sin duda eran los idiotas de mis amigos, siempre que jugamos al FIFA Kyle gana porque se dedica a sabotearnos toda la partida y al final Dave se cabrea y los dos acaban en el suelo practicando la lucha libre.

-¡Ah! Suéltame capullo.- Esa sin duda era la voz de Kyle.

Suspiré y me acerqué a la puerta para tocar al timbre. Ethan vivía en una casa pequeña, de una sola planta. La fachada era de color amarillo, tenía un pequelo porche en la entrada y un pequeño jardín en la entrada adornado con setos que plantaba su madre. Tenía un tejado de pico de color gris. Y en la fachada delantera se podía apreciar tres ventanas de un tamaño considerable con respecto a la casa.

Cuando toqué el timbre me abrió un preocupado Ethan.

-Hola Nick, pasa.

-¡Ah! Suéltame desgraciado.- Se volvió a escuchar a Kyle.

-¡Cómo le rompáis algo a mi madre os vais a enterar!- Chilla Ethan.

-¿Ya están otra vez? Sabes que siempre que juegan pasa lo mismo, no sé ni para que los dejas.- Digo.

-Me prometieron que no se iban a poner así.- Dijo Ethan suspirando.

-¿Y tú les crees? Pobre Ethan, que inocente que eres.- Dije poniendo una mano en su hombro. -Más te vale encontrar una novia que sea buena persona, sino lo llevas claro amigo, pero no te preocupes que nosotros te ayudaremos a elegir a la correcta.

-¡Ah! ¡Ethan, cabrón! ¡Ven y ayúdame! ¡El hijo de perra me va a romper la muñeca! ¡Socorro! - Chilla Kyle.

-¡Joder Kyle, que no chilles que tengo vecinos!- Le chilla de vuelta Ethan.

-Ya me encargo yo.- Le digo a Ethan.

-Gracias tío, yo ya no sabía que más hacer.

-Ahora vuelvo.- Dije y al salón donde estaban los dos peleando.

La otra cara de la realidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora