Inmarcesible Limerencia

Día 16: Limerencia

Pasó una semana desde que Elise y yo vivimos juntos, haciendo un breve resumen los días ya no fueron para nada rutinarios, siempre haciamos algo diferente: ir a ver películas, salir a trotar, desvelarnos hablando bobadas. Muchas veces me tocaba subirla hasta su cuarto porque se quedaba dormida en el sofá esperando mi llegada del trabajo, ella se había alojado en la habitación de huéspedes, le ofrecí la mía pero no acepto.
En fin, fue una semana estupenda pero. con el invierno comenzando las lluvias empezaron a caer. Ese día llegue totalmente empapado a la casa eran eso de las 12 y 30 am, al ver mi ropa húmeda se dirigió a mí desde el sofa.

-Por eso te dije que llevaras un paraguas- dijo con una risa intermedia.

-Si, soy muy terco a veces-

-¿Solo a veces?- Volvió a reír.

-En ocasiones llego a odiarte ¿sabes? Dije con un tono igual de risueño.

Saco su lengua e hizo una mofa.

-Subiré a quitarme esto, ya deberias irte a dormir-

-Ujum-

Estaba muy cansando ese día, me tocó muy duro en el trabajo, hable con el dueño de la empresa para pedirle que me bajara el numero de horas, así podría estar mas temprano en casa con Elise, el me dijo que tendria que empezar mas temprano o reducir mi salario, así que le dije que lo pensaría.

Me encontraba acostado dispuesto para dormir, cuando Elise tocó a mi puerta.

-Puedes pasar-

-Disculpa si ya estabas dormido pero, es que no puedo dormir por tantos truenos ¿puedo quedarme un tiempo aqui?- hizo un puchero.

Sonreí -Si claro- me rodé un poco en la cama.

-Gracias- me dio un beso en la mejilla y se acurrucó en la sabanas -Hace mucho frío, ¿te puedo abrazar?

Asenti -Está bien-

Acerco su brazo y lo colocó sobre mi pecho, mi corazón comenzo a latir mas rápido.

Un rayo impactó cerca, el trueno que se escucho fue horroroso.

-Ayy!- Gritó fuerte y me abrazó.

-Tranquila, tranquila, solo es un trueno, todo ésta bien- comenze a entrelazar mis dedos en su cabello.

-¿Todo ésta bien?- preguntó con su cara en mi pecho.

-Todo ésta bien-

Se relajó un poco y se quedó dormida. Acaricié por un momento mas e igualmente caí en un gran sueño, quizás sea solo mi imaginación pero esa noche tuve el sueño mas calido y reparador que puede llegar a existir. Sencillamente el estar con Elise lo era todo para mi, me había llegado a enamorar de Elise pero aun no tenía el coraje para decírselo.