Día 21: Nuestro lugar secreto

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Aunque en los días anteriores las lluvias habían azotado intensamente, esa mañana el sol estaba radiante y junto con un cielo despejado hacían de ese día una mañana espectacular.

Terminaba de preparar el desayuno para Elise, teníamos cierto convenio sobre las comidas: unos días ella cocinaba y yo los días siguientes. Subí a su cuarto y antes de entrar llame su puerta.

-¿Puedo?-

-Si, adelante-

-Buenos días señorita Henman- dije con una sonrisa.

-¡Basta!- soltó una risa- no me digas así, me recuerdas a las enfermeras del hospital-

-¿De verdad? Espera, dejame buscar un disfraz de enfermera- reí un poco.

-¿En serio tienes un difraz de enfermera?- se río.

-Ya se lo que éstas pensando -la miré con mis ojos entrecerrados -olvidalo y come tu desayuno- me acerqué y le entrege el desayuno.

-Gracias Marcus- dijo mientras recibía el desayuno.

Salí de su cuarto cerrando la puerta, baje y comenze a limpiar el desastre que había dejado en la cocina.

-Gracias por el desayunó estuvo delicioso- dijo mientras descendía por las escaleras.

-No me lo agradezcas a mi, sino a youtube, no sabes cuantos vídeo tutoríales tuve que ver para poder hacer esos huevos revueltos- reí un poco al final.

Rió un poco y se dirigió a la cocina, yo ya había terminado de limpiar así que me fui a la sala a desayunar.

-El día está fabuloso, hay que aprovecharlo, quiero enseñarte algo- dije.

-Siempre y cuando no sea tu difraz de enfermera- dijo riendo y dirigiéndose al sofa.

Solté una risa sarcástica.

-En serio- baje mi voz- es mi lugar secreto.

-¿Tu lugar secreto?- bajo su voz.

-Ajam- asenti con la cabeza.

-¿Y donde queda ese lugar?-

-Es mejor si te lo enseño, sin embargo te diré que está en el bosque-

-¿En el bosque? ¿No tratarás de matarme ahí cierto?-

-Aun no lo he contemplado- reímos un poco por un momento.

-Esta bien, iré a cambiarme-

Luego de unos minutos siendo relativos (recuerda la relatividad) salimos de la casa con una canasta que contenía un par de manzanas, un par de sándwichs y dos jugos de naranja, caminamos hacía el oeste en línea recta al llegar al bosque seguimos otros doscientos metros hasta encontrarnos con un claro de unos quince metros a la redonda, habían cuatro pinos gigantescos ubicados como los puntos cardinales, a lado de estos se ergian alternados entre arboles de manzana y cerezos, un pequeño lago de un metro o quizás metro y medio de diametro se encontraba justo en el centro rodeado por piedras formando un círculo casi perfecto, como aún era temprano el sol entraba por un costado dándole un toque espectácular, parecía sacado de un sueño.

-Bienvenida a mi...- me detuve un momento- nuestro lugar secreto-

Sus ojos se abrieron como un par de canicas

-Wow- dijo con un brillo especial en sus ojos. Se acercó al centro y comenzó a dar un par de vueltas mirando todo a su alrededor, se detuvo y se abalanzó sobre mi -Es hermoso-

Nos tumbamos de manera que su cabeza quedó sostenida por mi brazo.

-Es realmente hermoso- se acercó y me dio un beso en la mejilla.

Inmarcesible Limerencia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora