Día 32 : Decadencia

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Habían pasado ya seis días desde aquel suceso desagradable, al parecer el pasado se negaba a olvidarnos pues las malas noticias llegaban al igual que la nieve.

Llegué tarde a casa porque hubieron algunos percances en la empresa, cuando abrí la puerta el paisaje era desolador, las luces apagadas y todo en silencio, esto a veces pasaba, pues Elise se iba a dormir temprano, pero esa noche había algo raro en el ambiente así que me dirigí a su habitación.

-¿Elise?- pregunté antes de tocar la puerta.

Sentí como saltó de la cama y salió corriendo hacía la puerta, la abrió con rapidez y se abalanzo sobre mí, pude notar que había estado llorando pues aun había lágrimas saliendo de sus ojos.

—Elise, ¿éstas bien?—

No hubo respuesta, solo me abrazó mas fuerte y estalló en un llanto.

—No te diré que dejes de llorar, adelante, sacalo todo, no te guardes nada— dije mientras la abrazaba.

Su llanto se hizo mas fuerte.

Acerqué mi mano a su cabeza como quién sostiene a un bebe en su pecho.

Después de un tiempo su llanto se volvió tenue así que nos sentamos en su cama, quedando a lado y lado, ella me miro un par de veces hasta que me preguntó.

—¿Me prometes que todo estará bien?— dijo entré su llanto

—Todo estará bien.—

Intento una sonrisa pero por su estado apenas si pudo torcer el labio, se secó las lágrimas con sus dedos y trago algo de saliva antes de comenzar.

—Mi madre llamó, lamento no haberte dicho que mantenía conversación con ella, pero a pesar de todo es mi madre.— me miro de reojo

—No hay problema, madre no hay si no una— dije mirandola

Asintió con la cabeza y continuó -Mi padre... el... el.. el falleció- las lágrimas se le volvieron a escapar.

Baje mi mirada e hize una mueca ps me recordó la muerte de mis padres, pero ella me necesitaba ahora, no podía decaer, yo tenía que ser fuerte, ser fuerte por ella.

—¿Y como paso?— pregunté.

—Al parecer sufrió un ataqué al corazón— seguía llorando —El funeral será en dos días, me gustaría que me acompañaras mi madre mandará los boletos.-

—Está bien al igual no pienso dejarte ir sola— Sonreí

Colocó su cabeza en mi hombro —Gracias por no dejarme— cerro sus ojos.

Pegué mi cabeza con la suya y sonríe un poco —Jamás— dije en voz baja y cerre los ojos.

Nos quedamos así por un momento.

—Elise debes dormir y descansar— dije separando mi cabeza de la de ella.

Elise se acomodo para luego tumbarse en la cama

—¿Marcus te quedas conmigo esta noche? No quiero estar sola.—

—De acuerdo— me puse de pié —Solo dejame darme un baño, apesto un poco— le lanze un sonrisa torcida.

—Te espero.— dijo lanzando un intento fallido de sonrisa.

Salí de su habitación y entré a la mía, me descambie y me duché mientras lo hacía pensé en varías cosas, la muerte del padre de Elise, nuestro viaje a su funeral sin olvidar el hecho de que en dos días sería noche buena. Pero no podía decirle que no, tenía que apoyarla para que así pudiera salir de su depresión, no es fácil perder a al guíen amado y mas si no hay quién te apoye, no dejaría a Elise sola en un momento como este, lo único que importaba en este momento es que ella se reponga, quizás ver a su madre después de tanto tiempo le ayude.

Terminé de ducharme me puse mi pijama y me dirigí a su habitación, me acosté a su lado y le sonreí.

—Hasta por la mañana Elise—

Ella sonrió y me abrazó.

—Hasta por la mañana Marcus—

Se quedo dormida casi al acto lo que me demostró que había estado llorando desde hace ya mucho tiempo y estaba cansada, me sentí mal por eso debí haber llegado antes pero, ya no podía hacer nada solo estar ahí para ella y eso se sentía bien.

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