Inmarcesible Limerencia

Día 365: Alegría terminal

Hace exactamente 365 días comenzó mi historia con Elise y hoy quizás sea el desenlace.
Nuestra hija solo tiene 3 días de nacida, tan frágil, tan necesitada de amor, la muestra perfecta de el amor De Elise y mío, ambos estábamos felices y como no estarlo, pero yo aún estaba prevenido por la noticia recibida por el oficial hace unas cuentas noches atrás, sin embargo había decidido ocultarlo de Elise, no quería que se preocupara por algo como eso, pensaba que el pasado nos había dejado, Oh, estaba muy equivocado, nunca nos había dejado y una vez mas estaba a punto de torturarnos.

-¿Amor estás bien?- preguntó Elise mientras veía mi rostro pensativo.

-Estoy bien- lance una sonrisa falsa, extendí mis brazos para tomar a la pequeña Alice

Elise con el ceño fruncido salió de la habitación para comenzar a hacer los quehaceres, yo me quede casi todo el resto del día, el día transcurrió tranquilo hasta alrededor de las ocho de la noche cuando algo siniestro se cernía sobre nuestra familia. Me encontraba en la sala con la linda Alice

-Ya amor no llores, no llores- le decía con voz suave a la bebe en mis brazos -Quizás tenga hambre Elise- le dije a Elise que se acercaba hacía mí.

-Tu la asustas- dijo Elise tomando a la bebe y poniendo cerca a su pecho para amamantarla, al quedarse quieta la bebe ella siguió -Es obvio que quiere estar con su madre- sacó su lengua y guiñó un ojo.

Sonreí un poco -Yo también me quedaría quieto así- Mi sonrisa se volvió una gran carcajada.

-Eres un idiota- dijo entre risas

Alguien tocó a la puerta fuerte y rápidamente, lo que me exaltó un poco e hizo que me acercara casi que de un salto a la puerta, la abrí con sigilo, note que en la entrada había una nota parecida a las anteriores con la frase "Hoy tu familia desaparecerá"
Después de leerla busqué con desesperación a quien la había dejado a lo lejos pude ver una sombra intentando escabullirse, deje la nota y salí a mi máxima velocidad, Elise se acercó a la puerta y tomó la nota, no pude ver su expresión pues iba ya a casi a cuatro casas de distancia.

Luego de una larga persecución logre acercarme a aquel extraño note, que se estaba cansando, aceleré al máximo y logre derribarlo por la espalda lo que hizo que su cabeza se diera contra el pavimento sangrado casi inmediatamente, agarre su brazo izquierdo e hice una palanca con este en su espalda, luego comencé a interrogarlo.

-¿Quién eres? ¿Donde está Robert?- Preguntaba haciendo cada vez mas presión en la palanca.

-Arrggg, dejame, pierdes tu tiempo conmigo, no es a mi a quién quieres- decía con dolor en su tono

-Dime donde está Robert o tu brazo se romperá- mi enojo estaba al límite

-En tu casa, Robert está en tu casa, caiste en nuestra trampa- río cínicamente.

-Eres un maldito- agarré su cabeza y la azote contra el suelo hasta dejarlo inconsciente.
Salí de vuelta hacia la casa a toda prisa.

-¡Elise!¡Elise!- Grite varías veces con desesperación al llegar a la sala, escuché su grito desde la segunda planta, subí y abrí la puerta de nuestro habitación, solo recuerdo verla en la esquina recostada con Alice llorando en su pecho.

-Elise, gracias al cielo est...- un golpe en mi nuca me tiro al suelo para luego dejarme inconsciente