CAPITULO II. La canción de un ángel

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CAPÍTULO II. La canción de un ángel. 


...Todas las esperas son largas; pero aquellas provenientes desde el fondo de nuestras almas, sin duda son las más eternas.

¿Qué esperar?, a que la dulce vida premie todo ese tiempo que he esperado

No, no lo creo. Mi deseo está muy lejos, mucho más que cualquier estrella del vasto universo.

Oigo un eco fuerte dentro de mi mente.

¿Voces?, quizá los propios gritos de mi alma

Aquellos que deje ahogarse en el mar de la desesperación, por muchísimo tiempo

Aquella flama de esperanza; se apaga...

Se apaga.


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No recuerdo a qué hora; a que bendita hora el sueño por fin me venció y sin embargo en el poco rastro de conciencia que aún me quedaba <<O un sueño quizá>>, después de semejante espanto una serenidad se apoderó de mi cuando escuche una voz que me decía:


-Descuida, duerme tranquila.


Era una voz bastante rasposa pero impregnada de mucha paz; y no fue solo esa voz...También aquella mano que emergió entre las sombras para rozar mis cabellos, esto me hizo reflexionar bastante sobre el encuentro de la noche anterior <<¿Aquel hombre conmigo en la habitación era real?..¡Claro que era real! Es ridículo poner en tela de juicio algo tan existente y tangible como lo soy yo misma>>

Todo parecía indicar que esa voz de ultratumba pertenecía a aquel ser cuyos ojos brillaban como rubíes en plena oscuridad nocturna.<<Esto ya no era producto de mi imaginación, ni histeria, ni espejismos causados por la soledad y la oscuridad>>...Todo quedó dado por hecho cuando al bajar mi guardia y colocar las sienes sobre la almohada <<entre los umbrales del dulce letargo que produce el sueño y la conciencia...sentí aquella mano fría tocándome el cabello y luego el rostro>>al sentir ese aire de seguridad y serenidad por fin pude cerrar los ojos. Después de aquello todo fue oscuridad y luego sueño.

Al amanecer una diminuta luz se colaba por la ventana de la habitación, era como si el sol me diera la buena nueva de que tendría un día más por vivir, convirtiendo ese insignificante y común evento del diario en la más bella revelación nunca antes vista. Aquella presencia en un acto de piedad o benevolencia me había permitido continuar con vida ¿Por cuánto tiempo?, no lo sé.

Sentada en la orilla de la cama tuve tiempo de pensar con la cabeza fría en todo aquello, al dirigirme al lavabo del baño mientras todavía mi cabeza daba girones maquilando en todo el abanico de posibilidades sobre aquella experiencia, incluso mientras lavaba mi cara aun podía sentir esa inquietante presencia y en vano trataba de buscar algún indicio de la "presencia"; mirando en todos lados pero tal parecía que aquel ser evitaba a cualquier precio que lo encontrara.

Tome el desayuno con un poco más de prisa de lo normal, aun me quedaban un par de días de camino <<El incidente de la pinchadura de llanta me había retrasado bastante en el itinerario de viaje>>. Baje las escaleras de la entrada y al entrar al garaje, mi sorpresa fue enorme al darme cuenta que un nuevo neumático estaba disponible para que lo colocara, de ese modo pude concluir firmemente que ese misterioso anfitrión del pueblo fantasma deseaba mi presencia aquella noche y ahora estaba permitiéndome partir sin más ni más.

La canción de Un Ángel (PRE-EDICIÓN FINAL)Where stories live. Discover now