CAPITULO XI. La meta lograda.

377 23 28
                                    


Capítulo XI La meta lograda



No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas.

Séneca


Después de aquel estrepitoso movimiento geológico, los maremotos y las calamidades que parecían reventar la tierra de un solo tajo; el silencio se hizo presente, un silencio sepulcral que daba miedo, aquel que se hace presente antes de un verdadero desastre. Pero a pesar de todo eso, el único que permanecía en el aire con una sonrisa placentera en el rostro era Vegeta, se repetía constantemente en la mente "Por fin lo he logrado, tendré una pela como nunca, y ya vera ese estupido de kakaroto que no será necesario que el sea el triunfador esta vez ", seria solamente el, ¡La gloria completa sería solamente suya! y por fin tomaría el puesto que le corresponde como el superior; el más fuerte de todos los sayajines: El gran príncipe Vegeta.

Entre toda la nube de polvo; pronto una silueta esbelta comenzaba a dibujarse y tomar forma. Una mano pálida alboroto más las partículas que aún permanecían en el aire —¿Estas feliz ahora insecto?— dijo Vegeta en aire triunfal combinado con soberbia — Me has hecho esperar mucho..., que decepción  Exclamo este al ver la forma perfecta de Cell—esperaba que tu transformación fuera; no se, interesante, incluso parece que luces más pequeño— Cell no contestó nada al príncipe de los sayajin permaneció parado frente a el por un momento, observando la forma despectiva en la que este lo miraba. —¿Qué sucede?, ¿No me digas que tienes miedo?, ¿Sabes?, me da esa ligera impresión de que tu nivel no aumento considerablemente.


— Vamos Vegeta no esperaste mucho a final de cuentas, te aseguro que esto no será para nada decepcionante.¿Te importa si hacemos un pequeño calentamiento?— El gesto de Cell había pasado de una leve sonrisa a uno bastante duro. Un gesto bastante decidido (A matar); seguido de una mueca de malicia que terminó por poner de mal humor al príncipe de los sayajin.


—Te advierto que esto solo se quedará en el calentamiento, ya verás cómo borraré de tu rostro ese estúpido gesto de confianza.


—Probablemente— se dio la media vuelta esperando que Vegeta lo atacara, y así lo hizo; Vegeta estaba enfurecido porque Cell comenzaba a burlarse de él con sus gestos y ese tono insoportable de sarcasmo e ironía. (Y aunque Vegeta no estuviera familiarizado con el termino, ese tipo de comportamiento siempre terminaba por sacarlo de sus casillas). Sin embargo algo que empezaba a enervarle profundamente, era el hecho de que Cell no volteaba a mirarlo, continuaba esquivando sus golpes permaneciendo en la misma posición: Dándole la espalda.

Aunque no pudiera verlo a la cara algo en su interior le hacía pensar que el bioandroide se estaba divirtiendo a sus costillas, como si pudiera adivinar sus pensamientos, y en efecto, lo único que hacía Cell mientras esquivaba los golpes de su adversario era regodearse con la cólera del iracundo sayajin.


—¡Déjate de bromas estúpido y pelea en serio! ¿No ves que quiero dejarte en ridículo?


Cell dio la media vuelta, y clavo su fría y penetrante mirada en Vegeta (Por fin este imbécil va a tomarse las cosas en serio: pensaba Vegeta)—No me imaginé que tenías mucha prisa por morir—Acto seguido atizo un duro golpe en el estómago del sayajin y de una patada lo mando a volar muy lejos —¿Qué ocurre Vegeta? ¿En dónde dejaste tus energías? ¿Acaso cambiaste de opinión cuando dijiste que me dejarías en ridículo?— Por primera vez Vegeta sintió esa clase de humillación, una que ni siquiera podía equipararse a la que en un tiempo atrás Goku le había hecho sentir, tambaleante se reincorporó para intentar por cualquier medio devolverle la humillación a su adversario.

La canción de Un Ángel (PRE-EDICIÓN FINAL)Where stories live. Discover now