CAPITULO XII. 2 cartas de desafío

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...Mi mente se perdió en esa tibieza, la tersura de sus labios, ningún sonido estaba presente más que el propio compás de nuestros corazones, pensaba si lo que estaba haciendo era lo correcto. No era muy pronto ni tampoco demasiado tarde para que un sentimiento así se diera el lujo de florecer, una cantidad de meses habían transcurrido, la convivencia diaria...(...)

Mercy-Cap 2 (Fragmento)Por Azrrael Domah



—¿Estás loca mujer?, ¿Cómo pides que haga una cosa así?— Cell intentaba por muchos medios hacer que Anicora se tranquilizara un momento, pero por más que este pretendía sujetarla sin hacerle daño, esta luchaba cada vez más para lograr zafarse de sus brazos —¡Oh vamos!, tranquilízate por un segundo ¿Quieres?

—¡NO!, suéltame desgraciado o te juro que me morderé la lengua hasta arrancármela.


—Espera no lo hagas, te soltaré pero no huyas de mí, te juro que no entiendo que está pasando...No recuerdo lo que sucedió después que me volví un ser perfecto.


—Me importa poco, es más ya no me importa nada, puedes hacer lo que te plazca. Mandar el mundo entero a la mierda si es preciso; déjame en paz es lo único que te pido, no hay manera que puedas olvidar algo...Todo.

La gente olvida lo que no le importa atesorar en sus corazones, olvida aquello a lo que nunca tomó importancia; nunca fuimos importantes para ti.

—Te equivocas, aunque no recordaba nada anterior a esto, siempre sentí esa necesidad, un enorme vacío; algo que me faltaba, todos estos días fueron muy desesperantes para mí, traté muchas veces de encontrar eso que sentía perdido, entiendo que no se compara con la angustia que pasaron al no saber de mí, e incluso la pésima impresión que experimentaron cuando se me ocurrió alardear de forma estúpida en cadena internacional.

Me imagino eso...Perdóname, perdona este monstruo insensato.


—No...No puedo hacerlo, déjame sola  ¿Ya ningún tipo de disculpa por parte de Cell podía servirle de algo?; ella insistía en marcharse, irse lejos de su presencia. Y bien dicen por ahí que una mujer con el corazón roto es más rencorosa que cualquier persona en este mundo.  Anicora se había planteado no volver a ser débil, en no confiar por "última vez" en su corazón. Así que con una enorme pena; pero sobre todo con mucho dolor, Cell no tuvo otra opción más que soltar y dejar marchar a la persona que amaba; más adelante  el ya pensaría en la forma de recuperarla y en la forma de recuperar el cariño de su familia.

—¡No, creas!, no creas que me voy a dar por vencido mujer...¡Haré todo lo que este a mi alcance para que ustedes me escuchen!

—¡Vete al diablo!


—¿Qué? , eso ni pensarlo...Estas desafiándome en parte mujer, pero ya verás... Solo espero poder hablar con sus padres, espero que al menos ellos puedan escucharme Cell estaba a punto de retirarse cuando de repente notó algo extraño en el ambiente, las plantas de los alrededores estaban demasiado secas (Era un día caluroso pero no a ese extremo), lo que más impactaba del asunto era el hecho que muchos pájaros comenzaron a caer de forma repentina, y pronto los seres humanos; pero ¿Qué causaba este insólito fenómeno?...— ¿Qué mierda es eso? ¿De dónde demonios salió esa neblina?...¡Anicora!, debo ir por ella y el idiota de su amigo.





(I) Carta de desafío

En otra parte, lejos de la muchedumbre Anicora y su amigo se encontraban en el interior de una fuente de sodas y platicaban en voz baja de lo ocurrido hace unos momentos.

La canción de Un Ángel (PRE-EDICIÓN FINAL)Where stories live. Discover now