*Punto de vista de Luke*
La espalda de Angie impacta contra la pared mas cercana mientras sus piernas están enrolladas en mi cintura y nuestros labios se mueven de forma desesperada. La adrenalina, la emoción, el deseo, la excitación, todo corre por mi cuerpo al mismo tiempo, por fin la tengo conmigo, después de tanto, es mía otra vez. Bueno, mejor dicho... nunca dejo de ser mía.
Quito sus pantalones y bragas en un abrir y cerrar de ojos mientras ella lleva sus manos a los míos, vuelve a saltar dejando de tocar el suelo y entro en ella de forma rápida, mis caderas se mueven con fuerza, no puedo dejar de moverme ni un solo segundo, sigo entrando en ella una y otra vez mientras me pide mas y mas.
-¡Sisisi! - grita mientras muerdo su cuello.
Sonrío, porque me alegra ser quien la este haciendo gritar, toco su clítoris mientras mi otra mano sujeta fuerte su precioso culo, su cabeza cae hacia atrás contra la pared a la vez que sus ojos se cierran fuertemente.
-Vamos preciosa, córrete... vamos - gimo mientras siento mi liberación cerca.
Cada vez que entro en ella le da intensos apretones a mi pene que me vuelven literalmente loco. Su cuerpo está totalmente sudado y resbaloso contra el mio y no puedo controlar mi lengua que recorre hasta el ultimo centímetro de él. Aprieto mi mandíbula y cierro mis ojos a punto de tocar el limite, estoy a punto de correrme, siento las gotas recorrer mi frente hasta mi cuello, mi respiración está agitada al 100%, abro mis ojos y me encuentro con la blanca pared, sin Angie allí.
¿¡Que carajos!?
Los sonidos de los truenos junto con el de la lluvia me despiertan.
Mierda, solo lo soñé.
¡Fue un maldito sueño!
Angie nunca estuvo aquí.
Joder, ¿Que pasa conmigo?
Estoy en mi habitación, en mi cama, solo, bañado en sudor de pies a cabeza, respirando de forma rápida, y con una gran y dolorosa erección dentro de mis boxers.
La extraño.
Ha pasado una semana desde lo que paso en la fiesta, no se ha comunicado conmigo, y en la universidad solo la he visto un par de veces de lejos. Se que me ama, de eso estoy seguro. Pero joder, la quiero aquí conmigo, no quiero que este ni un minuto mas con Jesse, pensar que vivan juntos me enfurece, que compartan cama me enferma y ni hablar la posibilidad de que la toque, juro que si le toca un solo cabello lo mato.
Me está dando un ataque de ansiedad, necesito verla de nuevo, necesito tocarla, besarla, tenerla aquí conmigo aunque sea un par de minutos, creo que ya me volví loco, y que mas prueba que estar teniendo sueños eróticos como un maldito adolescente hormonal de 14 años.
Una parte de mi está feliz, se que todo este tiempo de sufrimiento sera recompensado, volveré a tener a la chica que amo muy pronto. De verdad que sentí que el alma entro a mi cuerpo y que me volvía la vida otra vez cuando me dijo que me amaba, pensé que nunca mas iba a escuchar esas palabras salir de su boca. Luego, cuando le hice el amor, joder, me sentí como en casa de nuevo, me sentí completo.
Hoy es sábado, o sea el día que Sarah venia y pasaba el fin de semana aquí. Desde hace una semana corte relaciones con ella, otra vez. Se enfureció y me dijo hasta de que me iba a morir, pero ya no podía seguir viéndola si volví con Angie, ella es la única que me interesa. Veo la hora y son las 10 de la mañana, la lluvia sigue y no creo que el sol salga en un buen tiempo así que decido no salir. Quito las sabanas de mi cuerpo y decido darme una ducha muy fría para bajar este problemita allá abajo.
