El calor sofocante que está presente en la habitación me obliga a abrir mis ojos, me levanto rápidamente de la cama quitando las sabanas sobre mi cuerpo y abro las puertas del balcón para que el aire circule, me percato que en la habitación estoy solo yo, Luke no está en su lado de la cama y me pregunto a donde se fue y porque no está aquí en estos momentos.
Voy al baño a hacer mis respectivas necesidades y luego me coloco mi ropa interior, hace tanto calor que no me molesto en usar mas nada, creo que moriré asfixiada si lo hago.
Salgo al balcón a ver la vista de esta mañana y como siempre no me decepciona, está simplemente hermosa. Estoy tan feliz, no puedo dejar de sonreír ni un solo minuto, y todo se lo debo a Luke. El sentimiento que tengo hacia él va mas allá de decir la palabra te amo, es una necesidad de estar a su lado, de besarlo, abrazarlo, sentirlo cerca, si estoy alejada de él por mucho tiempo me siento incompleta.
¿Con que así se siente estar enamorada?
Mis pensamientos son interrumpidos debido al ruido de alguien abriendo la puerta de la habitación, cuando entro nuevamente me consigo a mi hermoso novio dejando sobre la cama una bandeja llena de comida, sonreí al instante y me lance en sus brazos.
-Buenos días preciosa - me abrazo fuerte y dio pequeños besos en mi cuello haciéndome suspirar.
-Buenos días - bese sus labios cortamente- ¿Porque no estabas en la cama cuando desperté?
-Fui a buscarte el desayuno amor, no pedí servicio al cuarto porque no quería despertarte, así que fui yo mismo por el - contesto mirándome con ternura.
¿Porque carajos tiene que ser tan tierno!?
Sonreí y bese su mejilla, me subí a la cama y tome la taza de café, todo luce delicioso, haay panqueques, fruta, pan tostado con mermelada, leche, unos rollos de canela, jugo de naranja.
-Gracias bebé, pero tu quieres que engorde ¿no es cierto? Esto es demasiada comida - dije riendo.
-Tienes que recuperar energías nena, te necesito bien alimentada para las cosas que tengo planeado - me miro dándome una de sus sonrisas perversas, me ahogue con el café y trate de ocultar mis mejillas ligeramente sonrojadas.
-Eres un pervertido.
-Yo nunca dije que las cosas tenían que ver con sexo, tu eres la mal pensada - se defendió riendo.
-Si claro Hemmings, ahora eres un santo.
Soltó una carcajada y me guiño un ojo, negué con mi cabeza sonriendo pero hice lo que me pidió, alimentarme. Devore la mayoría de la comida que había en la bandeja ya que es demasiado para mi.
-¿Que haremos hoy? - pregunte acostándome en la cama después de colocar la bandeja en la mesa de noche.
-¿Que quieres hacer tu? - se acostó a mi lado apoyándose en su codo para poder verme.
-Umm no lo sé, ¿Y si vamos a la piscina del hotel?
-Me parece bien - contesto sonriéndome sin mostrar sus dientes.
Se acerco lentamente a mi quitando algunos cabellos que caían en mi frente, para luego unir sus labios a los míos, suspire cuando uní mi lengua a la suya, mueve su boca delicadamente sobre la mía mientras acaricia todo mi cuerpo con su otra mano, me subí sobre él quedando a horcajadas y profundice mas el beso. Llevo sus manos al broche de mi sujetador y lo quito, acaricio toda mi espalda con ternura, no hay nada de desespero o lujuria en este beso, es tierno, lento, profundo, lleno de amor, puro y loco amor.
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