Paliza

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Hola! Ya estamos por aquestos lares de nuevo*-*, quiero agradecer el apoyo que estoy recibiendo, y la oportunidad que me dais capitulo tras capitulo.Espero que la historia esté cumpliendo las espectativas y os guste.De nuevo gracias, abrazos muchos; comenten, voten y compartan si aun no lo han hecho
Marcos se levantó y volvió a abrazarme, cuando nos separamos fui directa a saludar a Harry.Cuando lo localicé advertí qué estaba abrazado a mi prima y sonreí al verles tan acaramelados.
- ¿Me lo prestas un ratito? Te lo devolveré sano y salvo lo prometo.- comenté sonriendo.
Mi prima sonrió y se apartó para que yo pudiera abrazar a Harry.Mas tarde comencé a saludar a todo el nuevo grupo y no quise preguntar qué había pasado con los que faltaban.De nuevo volví con Marcos, y cuando estaba a punto de llegar a él, observé que Max venía hacia nosotros con paso decidido, bueno, hacia él. Entonces, cuando estaba a punto de presentarles, Max golpeó a Marcos con el puño cerrado en la cara haciéndole caer.Este se levantó como una exhalación y le devolvió el golpe.Y así, comenzó un intercambio de golpes, patadas, empujones y etcétera entre ambos.Me quedé ahí, plantada de pie sin saber que hacer, y sin entender que narices estaba pasando.En ese momento, la tensión, los nervios de los saludos, y todo en general, se hicieron notar.Un profundo mareo me movió el suelo y puso a girar todo el lugar.
-¡Harry sujétala!-ordenó Noelia.
Y ahí para todo.Todo se fue a negro, lo único que distinguí antes de caer fue la cara de preocupación de Max y Marcos que se habían girado ante el grito de mi prima, y la voz de Harry diciendo: "Te tengo"
Pօċօs minutos después recobré el sentido, estaba cogiendo costumbre de desmayarme cuando había pelea... ¡Con lo que me gustan!
Lo primero que vi al abrir los ojos fue a Max y Marcos observándome preocupados.Centré la vista y mirando fijamente los ojos de Max, al fin recordé donde los había visto antes:Eran iguales que los de Marcos.La primera frase que dije tras abrir los ojos los dejó atónitos:
-Es tu hermano...
Los dos se miraron con gesto sorprendido, preguntándose como me podía haber enterado.Pero yo nunca olvido unos ojos, nunca.Y menos los ojos que tantos suspiros me habían arrancado durante tres años, y que ahora eran solo míos.
-¿Podéis decirme...-comencé en tono suave mientras me incorporaba-...que cojones...-poco a poco el tono aumentaba-..ha pasado...¡Hace un rato!?-y exploté.
-Lucy... -empezó Marcos.
-¿¡Porque os habéis ido matando hace un rato!?-pregunté enfadada y exaltada.
-Lucy cálmate.-pidió Noelia.
-Marcos es mi hermano pequeño, y es un completo gilipollas.-dijo Max enfurruñado.
-¿Max quieres que te parta la cara?-Preguntó Marcos.
-¿Os queréis callar?-dije incordiada.
-Sois un par de idiotas, mirad como os habéis puesto.-comentó Ana apareciendo detrás de ellos.
Me levanté y ambas nos pusimos delante de ellos con los brazos en jarra, esperando una explicación lógica y coherente.
-Él empezó.-se acusaron a la vez.
-Sois verdaderos críos... -suspiró Ana.
-Vaya...pensé que no tendría que volver a preocuparme por ti preciosa...pero al parecer eres casi inmortal.-se oyó una voz a mi espalda, y rápidamente me pegué a Marcos para evitar otra trifulca.
-¡Jack!-Declaró Rein, apareciendo entre el grupo.
Jack sonreía con arrogancia arropado por su mini ejército de depravados.Podía sentir la respiración acelerada de Marcos y como su cuerpo se había tensado.Incluso oía el rechinar de sus dientes por la fuerza con la que este apretaba su mandíbula.
-¡Tu cabrón! Juré que me las pagarías.-Le amenazó Marcos.
-¿Ah si? Pues no deberías jurar cosas que están por encima de tus posibilidades campeón.-dijo mirándose las uñas con superioridad.
-Lucy hazte a un lado...-susurró Marcos.
-No, no voy a dejar que os matéis.
-Lucy, he dicho que te apartes.
-Ana, llévatela de aquí.-le pidió Max.
-No me toquéis, no voy a ir a ningún lado.-advertí.
-Hombretón, te estoy esperando.-lo llamó Jack.
-Lucy...-volvió a pedir, ya, a punto de estallar.
De repente Rein, le cortó la cara a Jack con su cuchillo de caza, y trató de seguir pero recibió un golpe de Jack que la tiró de espaldas.Ya no hubo quien agarrara a Marcos, que me apartó y fue, totalmente furioso, hacia él igual que Bruno, Max, Harry, Gran D, etc...
-Lucy ven conmigo por favor.-me pidió Ana tendiéndome su mano.
Yo suspiré y tomé su mano para salir de allí.Cuando ya nos habíamos alejado de la base, me percaté de que había caminado tras Ana tan ensimismada, que ni cuenta me había dado de que Chico, Eli, Steve y Pat caminaban con nosotros.En realidad, había escuchado la voz de Ana un par de veces, pero decidí dejarla hablando sola.
-Lucy, ¿Estás bien?-Se adelanta Eli.
-Sí.
-De acuerdo...
-Pat, ¿No es así?-preguntó Ana dirigiéndose hacia ella.
Ella solo asintió.
-Llevate a Eli y Steve, voy a hablar con Lucy.-ordenó tajante.
-Vamos chicos, daremos una vuelta por este sitio.-anunció Pat agarrando a Steve por su manita.
En cuanto se alejaron, Ana tiró de mi brazo hasta llegar junto a la valla del huerto, yo aun seguía con la cabeza en ninguna parte y la mirada perdida.
-Lucy, ¿Puedes decirme que te pasa?¡Despierta! Marcos ha vuelto y está bien, tú has regresado y tanto tú como el bebé estáis bien.-Se esforzó Ana.
-Ana...yo...
-Lucy, todo está bien.-trató de convencerme.
-No Ana, nada está bien.Marcos acaba de llegar y ya está poniendo todo patas arriba y poniéndose en peligro, no se que pasará con Sam ahora que él ha vuelto, y para completarlo todo te recuerdo que estamos rodeados de muertos sedientos de sangre, y ojalá los caminantes fueran nuestros únicos enemigos...-Lo solté todo en tromba, ni si quiera yo me esperaba aquello.
-Lucharemos por esto juntos Lucy, ahora somos una familia para lo bueno y lo malo, nos tenemos entre nosotros para pasar incluso las partes mas complicadas y dolorosas.-Aseguró Ana.
Aquello era algo que yo ya habia olvidado, y que ella acababa de devolverme de nuevo.Dejé de pensar en que todo se acabaría, para recordar aquello por lo que luchaba y que parecía haber olvidado.Estaba tan agradecida por aquel golpe de realidad, que me abalancé para abrazarla, cerrando los ojos y hundiendo mi cara en su cuello.Ella me devolvió el abrazo de igual manera.
-Tu es minha!, entendes?-voceó.
Aquella frase en la lejanía llegó a mis oídos, y me separé de Ana buscando con ansias el lugar de donde salía.Era una voz masculina, que hablaba un claro portugués. Cuando localicé la fuente de aquel escándalo pude diferenciar a un chico alto, con el pelo negro, que le gritaba a una muchacha que era suya.Iba a acercarme pacíficamente a ver que era lo que pasaba cuando de repente y tras un "Foda-se" (jodete) el chaval dió un fuerte golpe a la temblorosa chica.La fuerza con la que él la había golpeado hizo que diera a parar al suelo, no fue una buena idea.
-¡Lucy! ¿Dónde vas?-Gritó Ana a mi espalda tras mi repentina salida.
Caminé apresuradamente hacia donde la pareja se encontraba. La chica en el suelo, pidiendo por favor que la dejara y el muchacho a punto de patearla.Antes de que soltara la pierna para darle, cargué mi arma sonoramente apuntando a su nuca, mientras advertía:
-Si fuera tú, yo no lo haría.
-E você quem é?(¿Y tú, quién eres?)-Preguntó de mala gana y notablemente tenso.
-Soy la que va a partirte hasta el último hueso si vuelves a tocarla.-dije aguantando las ganas de apretar el gatillo sin más.
-Ah sim?(¿Ah si?)-Preguntó chulesco.
-¿Quieres que te lo demuestre?-Le amenacé mientras pegaba el cañón de mi pistola en su nuca.
-¡No!-pidió la chica desde el suelo.
-¿¡Que!?-pregunté sorprendida.
Sin dejar de apuntar, posé mi mirada en los ojos de la chica.Estaba aterrada, y suplicaba que no lo matase, mientras hacía muecas de estar sintiendo dolor por los golpes (y digo golpes en plural). Al parecer, la bofetada que yo había visto no era lo único que le había hecho.La chica tenía el labio roto y sangrante, un ojo sutilmente morado y algunos rasguños más.No entendía por qué ella le defendía, hasta que dejó de mirarme a mi para observarle. Al ver como le miraba lo entendí todo, y bajé despacio y a regañadientes mi arma.
-Gracias.-dijo la chica con la voz rota.
-De nada.-respondí acunándola con la mirada.
-Fazis-te bem(hiciste bien)-Alagó a la chica,acercándose a ella con superioridad.
-Tú.-empecé.
-Chamo-me André, parva(me llamo André, gilipollas)-aclaró el chico.
-Me da igual como te llames, animal, y cuidado con los insultos que te entiendo perfectamente, como sé que tú me entiendes a mí.-respondí con asco.
-¿Entiendes todo?-preguntó la chica, pero él se giró para mirarla intimidante y ella se calló de inmediato.
-¡No le hagas eso!-dije empujando a André.- y sí, lo entiendo todo.-aclaré.
-Acabo-se a conversa.Tu vens comigo(se acabó la conversacion.Tú vienes conmigo)-sentenció agarrando a la chica por un brazo y tirando de ella.
-No, no te la vas a llevar, bestia.Suéltala.-ordené interponiéndome.
- Sai do meu caminho, se nao queres que eu te ponha no teu sitio(Quita del medio, si no quieres que te ponga en tu sitio)-me amenazó.
-Mira, payaso, a mí no me vas a amedrantar, gilipollas.-respondí encarándome con él.
En ese momento me agarró del cuello con la mano libre y trató de levantarme del suelo, pero antes siquiera de que hubiera tensado su brazo yo ya le había propinado una patada en aquel lugar donde el sol, no suele dar, en el lugar mas doloroso imaginable; esto hizo que nos soltara a ambas y cayera de rodillas ante mí, llevándose las manos a la parte dolorida.
-Vou-te matar, filha da...(voy a matarte, hija de...)-gruñó entre muecas de dolor.
-¿Que me vas a hacer que?-pregunté
desafiante.
Se levantó aun aquejado de un notable dolor, y trató de golpearme de una forma muy pobre, que simplemente esquivé.
-Ven aquí, rata...-comenté entre dientes mientras le daba un fuerte puñetazo en el estomago que le hizo encojerse.
-¡No! Por favor, te hará daño...-gritó la chica en un vano intento por detenerme.Ana la agrarró para que no viniera tras de mí.
Yo seguí a lo mío.Aprovechando que estaba medio encogido por el golpe,me acerqué para darle un fuerte rodillazo en la cara, que le hizo caer de espaldas en la arena.Una vez en el suelo, empezó a escupir sangre; eso no me detuvo.
-¡Vamos! ¡Levántate! ¡Métete con alguien de tu tamaño!-le ordené.
- Nem sequer agüentas comigo uma ves(Tu ni siquiera me aguantarias un asalto)-escupió.
-¡Vamos a probarlo!-tenté liberando, esta vez sí, toda mi ira.
En el momento en el que empezó a incorporarse, le agarré por la parte trasera del cuello de su camiseta, y tiré fuerte para arrastrarle en mi dirección. El se llevó ambas manos al cuello, ya que la camiseta estaba ahogándole, pero no paré; ni siquiera me inmuté.Cuando me cansé de arrastrarle le solté violentamente, y se dio un fuerte golpe con la cabeza en el suelo.Dejé que se levantara y ahí nos encaramos. Recibí un fuerte bofetón en la cara, seguido por un agarrón en el cuello; por lo visto le gustaban los golpes bajos.Pero esta vez fue un rodillazo en el pecho lo que le obligó a soltarme por falta de aire. Cuando toqué suelo firme me sobé el cuello y aproveché mi ventaja momentánea: repetí un fuerte golpe sobre el esternón, pero esta vez fue un puño,para conseguir dejarle sin aire e indefenso.Estiró su mano derecha hacia mí para tratar de golpearme y lo usé en su contra. Agarré su mano ejerciendo fuerza hacia su cuerpo, tal y como enseñaban en defensa personal y le hice volver a caer de rodillas ante mí.Una vez ahí forcé una torsión de su brazo para hacerle caer de barriga en el suelo, y cuando le tuve a mi voluntad comencé a patearlo como si la vida me fuera en ello, hasta incluso hacerle suplicar por su vida, pero no podía parar, venía a mi cabeza la cara asustada de la chica mientras él la golpeaba y necesitaba matarle.Solo paré cuando la mirada de la muchacha se cruzó con la mía, y me dijo:
-¡Para, por favor, no le mates! ¡Tu no eres como él, no eres una asesina!
En ese momento le vi ahí tendido, golpeado y sangrando y paré.Me limpié las manos en la ropa, y le dejé ahí tirado.
Caminé de vuelta hacia donde Ana y la chica me esperaban, y cuando estaba llegando las piernas empezaron a temblarme, y de un momento a otro dejaron de sujetarme y me vine abajo.Aunque no llegué a dar con el suelo, porque Ana y la chica me agarraron impidiendo que me hiciera daño.
-Lucy...¿estás bien?-preguntó Ana tensa, mientras pasaba mi brazo izquierdo por sus hombros.
-Si...llevo varios días sin comer bien, estoy cansada.
-¿Y te parece bonito?, Chica estas embarazada, ¡espabila!-me regañó la chica, a la vez que hacia lo mismo que Ana pero con mi brazo derecho.
-Oye, antes de que me sigas regañando al menos, dime quien eres ¿no?-dije sonriendo de lado, luchando por mantener mis ojos abiertos.
-Me llamo Gabi...-explicó la muchacha, mientras hacia fuerza para sostenerme.
-Gabi...Meu amor...não me deixes....não vá...(Gabi...mi amor...no me dejes...no te vayas)-gimió desde el suelo.
-Te-tengo que ir...-dijo.
-Gabi no lo hagas, no tienes porqué.-le pedí
-Pero se enfadará.
-Te prometo que no te hará nada, te protegeremos, confía en mi por favor.-le aseguré, aún colgada de sus hombros.
Ella miró atrás, cogió aire y echó a andar, soportando parte de mi peso junto con Ana, mientras yo avanzaba como podía.
-Vai descobrir estupida!(¡te vas a enterar estúpida!)-gritó desde el suelo mientras tosía sangre y se retorcía por los golpes.
Gabi solo cerró los ojos fuerte y siguió adelante. Entramos en el piso, y me llevaron directo a mi habitación, donde me senté en la cama para descansar y estar mas cómoda.
-Gabi, Gabi no te vayas...espera ven.-la llamé.
-Dime.
-Ven, sientaté aqui.-pedí señalando un lugar a mi lado.-voy a curarte todo eso.
-No...tienes que descansar.-se negó.
-Ana por favor, ¿te importa traerme gasas de la enfermería, y un poco de desinfectante y demás?-le pregunté.
-Claro, ahora mismo vengo.-respondió sonriente.
-Gracias.
-Lucy tienes que comer, y tienes que descansar.-dijo Gabi.
-¿Gabi porqué le dejas hacerte esto?-trataba de mantenerle la mirada pero me la esquivaba.
-Yo...
-Gabi...te prometo que voy a ayudarte con todo esto, pero déjame hacerlo...por favor. -susurré.
-Tengo miedo.-confesó bajando la mirada.
Levanté su cara, para hacer que me mirase a los ojos.
-No estás sola.
Ni siquiera tuve tiempo de continuar la frase y me abrazó.En ese abrazo es como si pidiese todo ese cariño y comprensión que le habían negado, como si solo buscara protección. Yo la rodeé con mis brazos y le devolví el abrazo, tratando de hacer que se sintiera bien.Podría acostumbrarme a sus abrazos, era una niña muy adorable, y tanto sus ojos castaños como los hoyuelos que le salían al sonreír le hacían verse una chica aún mas dulce y mas bonita.Yo conocía a Gabi de vista, pero nunca había centrado mi atención en ella, era la típica chica amable y sonriente, pero con un novio...extraño.Había una cosa, que me llamaba la atención de Gabi, había estado sufriendo todo aquello desde a saber cuando, y siempre sonreía para todos.Definitivamente las personas mas fuertes, son las que soportan todo sin quejarse, y encima siempre sonríen.
Cuando Ana volvió, Gabi seguía abrazada a mi, y lloraba en mi hombro de una forma discreta e inaudible para todo el que estuviera allí, menos para mi.
-Ana por favor, déjame eso por ahí.-dije en un susurro.
-¿Estáis bien?
-Si, no te preocupes, está soltando toda a tensión.-respondí en el mismo tono y acariciando el pelo de Gabi.
-Vale Lucy, he traído una manzana y un par de zumos para que comas ¿Vale?
-Gracias Ana.
Ana salió de la habitación cerrando la puerta tras de sí. Gabi seguía sollozando abrazada a mí, y me provocaba tanta ternura...estaba tan deshecha, tan rota, que algo dentro de mí me pedía a gritos que la protegiese.Me tumbé en la cama y ella quedó recostada sobre mi, comencé a acariciar su nariz despacio con mis dedos para tranquilizarla, y conseguí que durmiera.La dejé sobre el colchón y me senté a su lado a observar como dormía.Tenía cortes, magulladuras, moretones...y sabía que eso no era lo peor, seguramente las cicatrices mentales y psicológicas serían aterradoras.No podía dejarla sola.
Agarré la manzana, y le di un bocado, el sabor me inundó las papilas gustativas y repetí el mordisco,llevaba mucho sin comer en condiciones.Tenía tanta hambre, que la devoré en nada, y ataqué el zumo de melocotón y uva.Cuando acabé de comer, me sentía algo mejor, y centré de nuevo mi mirada en la chica que dormía ante mi.
Parecía tranquila, hasta que de pronto empezó a inquietarse, se revolvía hacía aspavientos pero no quise despertarla.La curiosidad me inundaba y estaba deseosa de averiguar que soñaba.
-No...no...¡No!-gritó.
Empezó a llorar, y a moverse mas bruscamente.
-Gabi, eh tranquila.-empecé tratando de despertarla.
En uno de los aspavientos, me golpeó en el labio, haciendo que este empezara a sangrar.
-¡Gabi! ¡Gabi tranquila!-la sujeté por los brazos y la zarandee para que despertara.
Ella abrió los ojos como platos, y se veía asustada.
-Hey tranquila, estas conmigo, te dormiste y...
Volvió a abrazarme.Tenía la respiración agitada:era una pesadilla
-Hey tranquila...estás bien, no pasa nada .
-Ah...-se quejó llevándose una mano a las costillas.
-¿Que? ¿Que te pasa?
-Me duele...
-Déjame ver.
Levantó su camiseta despacio, y pude ver un enorme moretón sobre las costillas del lado derecho y tenía incluso el torso inflamado.
-Ese cabrón te ha roto una costilla...no debí parar.-murmuré.
-Tranquila, no pasa nada...-susurró.
-Si pasa, ven aquí que te cure todo eso, después iremos a enfermería, a que te cosan y hagan algo con esa costilla.
-Apuesto a que le has roto algo mas que una costilla...-dijo sonriendo tímidamente y con la mirada baja.
Cuando la vi sonreir se me pasó el enfado y me reí con ella.
-Ven aquí anda.
Mojé las gasas con el desinfectante, y fui curándole una a una las heridas abiertas.Veía como aguantaba los quejidos, agarrando fuerte las sábanas, y cerrando muy fuerte los ojos.
-¿Te hago daño?-Pregunté volviendo a empapar las gasas
-Mmm...no...
-¿De verdad? No tienes porque mentir, no voy a decirte nada.-aseguré.
-Un poco...mas despacio por favor.-dijo susurrando y sin mirarme.
-Claro.-dije sonriente.
Terminé de desinfectar todas y cada una de sus heridas, y teniendo mas cuidado, lo último que quería era dañarla.
-¿Como puedes querer a alguien así?-pregunté sin mirarla.
-Lucy...
-Lo siento...perdoname.
-No, tranquila...es solo...que nadie me había... escuchado antes.Y...él no era así.
-Le tienes miedo ¿cierto?-pregunté.
-Si...mucho...
-Pero ahora ya no volverás a estar sola, yo voy a estar, te lo prometo.
-Gracias....-murmuró mientras comenzaba a llorar.
-Gabi, no llores, no voy a dejarte sola ¿me oyes?
En ese momento Marcos irrumpió en la habitación, sin llamar a la puerta.
-Oh, perdón, lo siento...vuelvo mas tarde.-dijo alicaído.
-Gracias Marcos.-le dije.
Salió y cerró la puerta.Yo miré a Gabi, para seguir en la conversación.
-¿Es el padre del bebé?
Esa pregunta, aun no me había acostumbrado a que se refiriesen al bebé, seguía pareciéndome subrrealista.Bajé la mirada y comencé a ponerme colorada como un tomate.
-Si, el es el padre.
-¿Porque te pones colorada?-Preguntó riendo burlona.
-¡No estoy colorada!-dije poniéndome aún mas roja.
-¡Uy que no!-dijo riendo.
Parecía tan libre cuando se reía...
-Vamos anda.-comenté cambiando de tema.-Voy a llevarte a enfermería a que te curen esas heridas.Y atiendeme, cuando salgas vienes directa aquí, ¿está claro?
-Si mamá.-bromeó.
-Vamos anda.-dije empujándola de broma.
Caminamos hasta la enfermería, y estuve con ella mientras la cosían, y vendaban.Mi prima insistió mucho en que, debido al estado de la costilla, debía quedarse allí en observación.Le advertí que no dejara que André se le acercara, y mi prima aseguró que no lo haría, porque el hospital ya estaba funcionando como tal, después de haber sido limpiado, y debido a la magnitud de la paliza lo habrían llevado allí.
Noelia le inyectó un calmante a Gabi y decidí dejarla descansar.
Volví a mi habitación con paso cansado, y entré cerrando la puerta pesadamente.
Antes de llegar a la cama, la puerta volvió a abrirse y alguien entró.
-Lucy...
Sabía, incluso antes de girarme que era Marcos.Se había aseado, cambiado de ropa y afeitado, tenía el pelo hacia atrás, pero pequeños mechones caoba caían sobre sus ojos.Me preguntaba si todo entre nosotros seguiría igual, por mi parte, le había echado mucho de menos.
-¿No vas a decirme nada?-preguntó usando esa sonrisa pícara tan suya.
-¿Que pasó con Jack?-dije tratando de mostrarme fría.
-Oh vamos Lucy...se que me has echado de menos tanto como yo a ti.
-Si...-seguía sin poder resistirme a él.
-Entonces, ¿A que esperas?
-¿Que tal Michi?-dije de nuevo a la defensiva.
-Oh...eres exhasperante...-dijo inquieto.
-Pues ve con ella.-respondí dándole la espalda.
-Ella está muerta, y de todas maneras eres tu a quien busco desde hace unos meses,no a ella.-respondió tratando de ser paciente.
-¿Se supone que por el hecho de que ella haya muerto debo olvidar lo que pasó?
-Lucy...te lo repito No, pasó, nada.-repitió haciendo pausas entre cada palabra.
-Claro por eso ella estaba durmiendo encima de ti ¿no?
-Veo que tus celos no han cambiado.-dijo cruzándose de brazos mientras sonreía divertido.
-¿De que te ríes?¿Te hace gracia?-pregunté casi como una niña pequeña.
-Me río porque, cuanto mas intentas parecer indiferente, mas veo que es mentira.-dijo riendo de lado, sus ojos brillaban mientras retaban a los mios.
-Estás demasiado seguro diría yo.
-Si tienes celos es porque me quieres.-escupió orgulloso.
-Me alegro de que te hayas dado cuenta de ello, un poco tarde ¿No crees?
-Siempre lo he sabido, pero soy un gilipollas con don para cagarla.
-Ni yo misma te habría definido mejor.-en ese momento se me escapó la risa y todo mi orgullo se fue al garete.
Marcos me agarró por un brazo, decidido pero con ternura, y tiró de mi, me pegó a él con una mano en mi cintura y la otra en mi espalda, y me besó...Quedábamos ligeramente separados por mi barriga de embarazada.Llevé mis manos a su pelo, y lo atraje hacía mi para hacer el beso mas profundo.Podía sentir su corazón acelerado al compás de mis latidos y notaba como recorría mi espalda en una suave caricia.Sentí de nuevo esa chispa recorrer mi cuerpo, esa que solo él provocaba en mí. El beso era salvaje, se notaba la necesidad que teníamos el uno del otro.Nos habíamos echado de menos, y ya estábamos juntos de nuevo, nada importaba ya, salvo él, nuestro hijo y yo.
Mordió mi labio y tiró suavemente de él antes de decir:
-No sabes cuanto te había echado de menos.-sonaba como una suplica.
-Y yo a ti.Pensé que no volvería a verte.-respondí en un gemido.
Marcos se quitó la camiseta y nos tumbamos sobre la cama.Él se echó boca arriba a mi lado y yo me giré hacia él pasando mi mano por su pecho, en una suave caricia, para abrazarle,el colocó su brazo detrás de mi cabeza a modo de almohada para pegarme mas a su cuerpo.
-Estoy muy cansada...-dije bostezando.
-Yo también, hace meses que no duermo apenas.
-¿Por qué?-pregunté mientras acariciaba su pecho y jugueteaba con el fino vello que lo cubría.
-No podía dormir sabiendo que al despertar no estarías ahí.
-Te quiero mucho ¿sabes?
-Lo se...
-Estuve...a punto de perder al bebé... -susurré cerrando los ojos para retener las lágrimas.
-¿¡Que!?-preguntó exaltado.
-Estamos bien, no te preocupes...-dije llevándome una mano al vientre.
Marcos arropó mi mano con la suya, y dejó la mirada perdida.
-Estoy deseando que salga...
-Yo también... aunque tengo miedo Marcos.-confirmé.
-Hey, todo saldrá bien, eres muy fuerte, ya lo verás.-dijo mientras me dejaba un beso en la cabeza.
Le abracé fuerte, y apoyé mi mejilla en su pecho, después caí en un profundo sueño mientras oía los latidos del corazón de Marcos.

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