Patadas.

178 7 6
                                    

Hola queridos lectores!! Bueno antes de empezar el capitulo me gustaría que sepáis que ya llegamos a los 10K y estoy muy emocionada de que los muertos caminan esté creciendo tanto y en tan poco tiempo y todo es gracias a vosotros. Así que me gustaría dedicaos este capítulo a vosotros, a todos sin excepción porque sin vosotros esto no sería nada, muchísimas gracias y un abrazo.
Comentad este capítulo por favor y votad, me haríais muy feliz!!
Una mueca de extrañeza invadió la cara de Marcos cuando nos vio bajar del mustang a Leon y a mi. Me encontraba totalmente cansada y decaída, no me apetecía ni entrar al refugio ni oír sermones ni mucho menos aguantar reproches.
Marcos caminó hacia mi y en tono dulce pero con un pequeño punto de reproche comenzó a hablarme.
-Lucy, ¿Puedo saber de donde vienes?
-De afuera, quise salir a despejarme.- respondí con tono cansado.
-¿Y él? -dijo haciendo un gesto con la cabeza señalando a Leon.
Leon pasó por nuestro lado sin siquiera mirarnos, con cara de acritud.
-Ay Marcos de verdad, no me apetece lidiar con tu desconfianza ahora mismo.-dije con pesadez.
Él puso cara de no entender nada, dejando claro que sus celos estaban por debajo de su curiosidad.
-¿Entonces que te apetece Lucy? Vamos dime.-contestó.
-Quiero ir a dar una vuelta, ¿Me acompañas?-pregunté con una pizca de ilusión pero pesadamente.
-¿A dónde?-preguntó.
-Afuera, por el bosque; me agobian estos muros.
-Será peligroso...-dijo pensativo.
-Por eso te pido que vengas conmigo, cogeremos armas, vamos ¿si?-rogué.
-Mmm está bien...vamos...-respondió.
-Espera...primero quiero cambiarme, estoy llena de sangre y el olor me asquea.-Pedí.
-Sí,vamos.-Comentó.
Caminamos hasta mi cuarto, donde me cambié la ropa y me coloqué algo mas apropiado para el clima del día, que estaba mas bien frío. Me vestí con unos vaqueros oscuros y unas zapatillas de tela, y sobre mi torso coloqué una sudadera negra con capucha qué me quedaba un poco grande. Las mangas me cubrían hasta la mitad de las manos. Llevaba mi pistola sujeta en el lateral del pantalón, y un cuchillo en la zapatilla, además Marcos llevaba una escopeta en su espalda.
Una vez me hube cambiado salimos de allí juntos caminando tranquilamente por el bosque, uno al lado del otro, sin hablar, mirando al suelo.Yo tenía mis manos dentro del bolsillo de la sudadera y al mismo tiempo posadas sobre mi vientre, notando así, el calor que este desprendía.
En un momento dado llevo una mano a mi nariz, tapando mi boca a la vez, mientras estornudo.Oigo la risilla de Marcos y le miro.
-¡Jesús!-dice.
-Gracias.-le sonrío.
El vuelve a sonreír.
-¿Que es tan gracioso eh?-digo contagiada por su risa tonta.
-Tu forma de estornudar.-replica con los ojos brillantes, clavados en los míos.
-¿Ah si?-Digo mirándole perspicaz, levantando una ceja y con una media sonrisa.
-Sí, pareces un gatito.-comenta divertido.
Me giré cruzándome de brazos haciéndome la ofendida.Unos segundos después sentí los brazos de Marcos rodeándome, tomándome por el vientre y pegándonos totalmente.
-¿Estás enfadada?-susurra en mi oído, provocando que yo me estremezca.
-Ajam.-susurro también.
Siento su respiración en mi oreja, en mi cuello, en mi nuca...
-¿Estás segura?-repite.
-Ajam.-repito imitándole.
Cierro los ojos y siento el aliento caliente de Marcos en mi cuello, y el calor de su cuerpo. Yo continúo con los brazos cruzados mientras el sigue abrazado a mi.
-Y dime, ¿Qué puedo hacer para que se te pase?-preguntó en un susurro cerca de mi cuello.
Justo en el momento en el que abrí mi boca para responder, sentí algo que no había sentido hasta ahora, y al parecer Marcos también lo sintió porque ambos nos miramos con los ojos brillantes y totalmente estupefactos.
-¡Wow!, ¿Eso ha sido...?-Me pregunta, poniendo mucha atención.
-Una patada...-respondo con un hilo de voz.
-¿Lo habías sentido antes?
-No, es la primera vez.-Le digo emocionada.
-Ahora quiero más.-dice pegando mi espalda a su pecho y colocando sus manos abiertas por todo mi vientre.
Yo río al notar su entusiasmo, sentirle por primera vez y que haya sido juntos es algo maravilloso.Aunque la verdad es que cada vez que hace eso aparecen unas molestias momentáneas, yo también estoy deseando notarlo de nuevo. Y de nuevo se remueve dentro de mí, solo que esta vez no es tan fuerte y Marcos no alcanza a notarlo así que se extraña cuando yo me remuevo entre sus brazos.
-¿Qué?¿Qué pasó?-pregunta intrigado.
-Ha vuelto a moverse.-le digo.
-Yo no he notado nada.-comenta con voz suave junto a mi oído mientras se concentra para sentirle.
-Ha sido mas suave, mira dame.-le pido agarrando sus manos y entrelazando nuestros dedos.
Coloco sus dos manos en distinta posición sobre mi y le obligo a ejercer un poco de presión para que pueda sentir los movimientos de nuestro hijo. Otra vez vuelve a patear y esta vez ambos lo sentimos, yo hago una pequeña mueca y Marcos se percata.El bebé le ha cogido el gusto a eso de hacerse notar.
-¿Te duele?-Pregunta Marcos, que ha echado su cuerpo a la derecha para mirarme a los ojos pero sin soltarme.
-Un poco, cuando se mueve noto molestias.-explico quitándole importancia.
-¿Y es normal?-indaga.
-Supongo, de todas formas es la primera vez qué le noto.-comento emocionada al tiempo que me giro para abrazarle.
Él ríe y me apreta mucho contra su pecho mientras apoya su barbilla en mi cabeza.Cuando se da cuenta de que está haciendo un poco mas fuerza de la cuenta afloja y me besa la cabeza.
-Ven.-Susurra.
Me toma de la mano y me hace caminar detrás de él despacio.Salimos del bosque y llegamos a un prado cubierto de hierba muy verde.Al fondo se ve una humilde casa hecha una pena, y un rebaño de ovejas comiendo delante de ella, a unos cuantos metros de nosotros.Caminamos abrazados entre hierba, mientras observamos el rebaño;vemos que hay un caminante alimentándose del cadáver de uno de los animales y tratamos de no hacer ruido. Marcos se pone tenso y comienza a mirar a todas partes para asegurarse de que no hay más, mientras, yo presto atención al caminante y sus movimientos. Era un hombre de estatura media y calvo, está todo lleno de sangre y se está dando un festín con las vísceras del pobre animal.
Como no estoy prestando atención a donde piso, tropiezo con una rama y el mordedor nos mira, yo me quedo inmóvil y Marcos no sabe que hacer.Entonces el caminante se levanta y viene hacia nosotros cojeando.
-Quédate detrás de mí.-indicó Marcos cogiendo su escopeta.
Entonces avanza hacia el caminante mientras prepara la escopeta.Cuando me doy cuenta de lo que va a hacer echo a correr en dirección a esa cosa y paso por al lado de Marcos sin atender a sus advertencias.Por el camino echo mano al cuchillo de mi zapato y al llegar al muerto agarro su hombro con una mano y le clavo la hoja de mi arma en el ojo derecho.Se desploma en el acto.
-¿Se puede saber que cojones haces?-Espeta Marcos dándome la vuelta.
-Salvarnos el culo y evitar que cometas una estupidez.-Respondo en el mismo tono.
-¿Que dices?-pregunta de mal humor.
-Pensabas disparar a un solo caminante, en campo abierto, sin sitio para resguardarnos, eso hubiera sido muy inteligente eh. El sonido hubiera reverberado y hubieran llegado caminantes de todas partes genio.-le digo.
Marcos gruñó dándome así la razón, y se giró con el ceño fruncido.
Guardé el cuchillo y me apresuré a alcanzarle, al llegar a él, salté a su espalda.Como no se esperaba que hiciera tal cosa los dos dimos a parar al suelo.Quedó tumbado en la hierba y yo encima de él; a mi me dio la risa y a Marcos le salió el papá que lleva dentro.
-¿Como estás?¿Te has hecho daño?-preguntó preocupado.
Uní nuestros labios como respuesta.Jugueteamos unos instantes, y acabé mordiendo su labio inferior entre risas.
-Hacía mucho que no estábamos así.-comentó acariciando mi pelo.
-Ajam.-susurré medio dormida.
Me encontraba muy cómoda así tumbada sobre él, con mi mejilla apoyada en su pecho, escuchando su corazón acelerado.
Sentí su mano bajar haciendo eses por mi espalda, mientras entrelazaba los dedos de la otra mano con la mía.
Unos minutos después, sentí el chasquido de una pistola al cargarse, y me tensé. Antes de que pudiera reaccionar oí aquella voz de nuevo, y temí por mi vida.
-Vaya, que sobrecogedor, me habéis emocionado parejita.- replicó en tono sarcástico, no necesitaba verle la cara para saber quien era.
Marcos levantó ligeramente la cabeza y la miró.
-¿Otra vez tú? ¡Oh dios, eres peor que una mancha de aceite!- suspiró dejando caer su cabeza hacia atrás.
-Muy buena comparación genio. Y tú, Lucy, no pensaba que te volvería a ver, te di por muerta.-suspiró-Fallo mío.
Seguía paralizada sobre Marcos, que a su vez seguía tumbado en la hierba.No supe como reaccionar, además debo admitir, que mi embarazo comenzaba a mermar mi agilidad, y levantarme me iba a costar.
-Vamos chicos, dejad que os vea, levantad de ese suelo tan duro por favor.-comentó con su simpatía natural.
-Que te jodan.-respondió Marcos.
Entonces sentí un fuerte tirón de mi cabellera que, no solo me estaba obligando a levantarme, también me estaba arrancando parte de la misma.Sentí como se me saltaban las lágrimas por el dolor, y caí medio sentada, antes de levantarme torpemente.
-Serás hija de puta.-la bautizó Marcos.
Yo seguía dando la espalda a Almudena, y ella me apuntaba a la sien con el cañón frío de su arma. Me escocía la parte que mantenía agarrada de mi pelo, y los ojos, estaba incluso mareada.
-Mmm, Que mal hablado que es tu novio eh.- me dijo.
-Sueltame zorra.-dije.
-Oh ya veo que te lo ha pegado.-dijo negando.
-Almudena, ¿Que coño quieres?¿Que haces aquí? Dejanos en paz de una vez.-comentó Marcos levantándose del suelo.
-¿Yo? Yo quiero cobrarme la que tu novia me hizo estando el el centro comercial, de mi no se ríe nadie.-dijo seria.
-Ya te la cobraste y lo sabes, murieron casi todos nuestros amigos ¿Qué más quieres?-intentó persuadirla.
-Quiero que esta pequeña zorra me las pague, la buscaba a ella, y se me escapó.-Dijo apretando mi pelo y haciéndome soltar un gemido.
-¿Enserio le vas a hacer daño como está?-Preguntó Marcos en un último intento.
-¿Que dices? ¿Que le pasa?
-Dale la vuelta, pero no le hagas daño.
Ignorando a Marcos me dio la vuelta de un tirón y cuando me vio de frente ahogó un grito y me soltó.Corrí hacia Marcos medio aturdida, quien me sujetó entre sus brazos mientras sollozaba contra su pecho. Almudena seguía paralizada, con los ojos como platos, parecía que saberme embarazada le había impactado.
-¿Cuanto hace que...?-preguntó con la mirada perdida.
-Cuando atacaste ya estaba embarazada.- contestó Marcos por mi.
-Yo...-Al parecer realmente estaba impactada.
No dejaba de mirarme con....¿ternura? Sí, eso parecía. No estaba dando crédito a lo que mis ojos veían.
-Largaos-susurró-¡Fuera!-gritó al ver que no nos movíamos, aun con la mirada perdida, fija en un punto.
Íbamos a salir a correr cuando nos topamos de frente con un grupo enorme que casi nos tenía rodeados.

-----------------------------------------------------------
¿Que creéis que pasará?
¿Que os gustaría que pasase?
¿Teneis alguna sugerencia para los siguientes capítulos? Me gustaría saber de vosotros por favor comentad!!

Los Muertos CaminanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora