10-Voces.

1.8K 139 10
                                    

-¿Puedo hablar?
+Va ha hacerlo de todo modos, asique, adelante.
-Estamos pensando en cambiarte de hospital. -apartó la mirada hacia ninguna parte-. Pensamos que allí te puede ir mejor y te podran ayudar más.
No dejes que te saquen de aquí. No podremos ser amigas.
Callaros -le dije a mis voces-.
-Te lo comentamos a ti antes de comentarselo a tu madre porque si tu no quieres, sería una perdida de tiempo y una preocupación más para ella.
Si te vas, no podrás hablar con nosotras, y somos lo único que te queda.
-¿Quieres?. -no contesté y él me miró-. No hace falta que respondas ahora, pero mañana necesitaré una respuesta. -seguía sin contestar-.
Cuando el Doctor iba a salir por la puerta, decidí hablar.
+Me lo pensaré. -se giró, sonrió y cerró la puerta tras él-.
Y en verdad no lo iba a pensar. No quería dejar todo esto. Aquí había empezado mi historia con Jesús y tenía a Ainhoa y a las voces y... No puedo.
Necesito dormir. No puedo con tantas cosas. La cabeza va a explotarme en breves.
No te vas a ir... No te vas a ir. ¿Quieres que otra vez nos separen?. Si te vas de aquí, perderás lo unico que te queda, nosotras.
Tengo a Jesús -susurré-.
No le tienes -me contestaron-. Una gorda no va a tener un chico para toda su vida... Si sigues así, conseguiras el cuerpo que quieres... Sigue así.
No. -grité-. No. -volví a gritar-. Dejarme por favor. Dejarme.
-Almu. Almu. Despierta. -abrí los ojos asustada y el rostro de Jesús apareció delante de mí-. Dios estas sudando, ¿estás bien? -se sentó a mi lado y me recogió un mechón de pelo rebelde-.
Ultimamente me cuidaba como si fuera un cristal frágil. Y eso me llenaba. Aún sin saber el qué o quién fue el culpable de que yo este así otra vez, me cuida como si lo supiera.
Pronto dejará de cuidarte...gorda.
+Si -dije con voz quebrada-. Estoy bien.
-¿Una pesadilla? -asentí-. ¿Sobre que iba? -me miró preocupado-.
+No tiene importancia. -mentí-.
-Si que la tiene mi amor.
+¿Qué?
-¿Qué pasa? -se ruborizó-.
+Me has llamado amor. -sonreí debilmente-.
-Lo siento. Me ha salido solo.
+Ven aquí. Por favor. Te necesito más que nunca. -abrí los brazos y se tumbó a mi lado-.
Y tenía razón. Le necesitaba más que nunca. O eso pensaba.
Lo mejor no estaba por venir, algo peor se avecinaba. Me estaba adentrando en un bucle de pesadillas y mierdas sin saberlo.

Paciente [Jesús Oviedo]. Segunda temporada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora