4-Otra vez.

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CAPITULO 4.
Hice lo que me dijo. Pasé dejando atrás a Ainhoa con una postura de indeferencia total y contradictoria a la que tenía esta mañana.
-Vaya. Me alegro de verte.
+Yo no. -sonreí con rentintín-.
-Tan agradable como siempre.-susurró-.
+Verle a usted nunca trae buenas noticias,asique, ¿por qué tendría que alegrarme?
-Parece que tiene razón -dijo más para si mismo que para mí,examinando mi cuerpo de arriba abajo-.
Me tapé el abdomen con los brazos. O lo intenté. Siempre me había parecido incómodo que me miraran el cuerpo,hasta que llego Jesús.
Sus miradas son diferentes a las de todo el mundo. Él me mira con admiración,como si fuera la chica más guapa de este puto planeta,como si fuera la que mejor cuerpo tiene. Cuando todos sabemos que no es así. Pero esa es una de las razones por las que yo me enamoré de él.
No es un puto superfecial de mierda en esta mierda de sociedad.
Creo que acabo de dejar claro cuanto odio la superficialidad que se comete en el platena. ¿Verdad?.Lo superficial que se ha vuelto ahora todo el mundo.
Si tienes un cuerpo bonito y una personalidad nula, no te preocupes,que en los tiempos que corren, tienes la vida hecha.
No debería ser así,joder. Me pone furiosa. Por cosas como esas, muchísimas chicas y chicos (aunque no sea muy común, lo sé) acaban como yo. Metida entre cuatro paredes,intentado quitarse todos los complejos que la sociedad le ha creado.
Pero entre toda esta mierda de personas,hay gente que no es así.
Jesús es una de ellas, y no sabeis cuanto le necesito ahora mismo. Necesito que me haga creer que todo esto,es verdad.
+Puede dejar de examinarme como si fuera una rata de laboratorio ya. Gracias.
-Tiene razón -repitió en el mismo tono-.
+Me quiere explicar quien y por qué coño tiene razón. -no paraba de decir palabrotas, pero era lo que este hombre conseguía hacer en mi. Sacaba mi lado más grosero con solo verle-.
-Estás muchísimo más delgada.
Las palabras que acababa de decir, retumbaban en mi cabeza como si de tambores se tratasen.
Lo que me acaba de decir no es verdad. Vale que alomejor estos días yo... Cuando no estaba Jesús yo...Pero no. No le puede haber repercutido tanto lo que hice solo dos días.
-¿Has vuelto a vomitar?. -negué con la cabeza-. No me mienta señorita Escribano,o si no ya sabe lo que..
+¿Ya se qué, eh?. ¿Las consecuencias de mentirte a ti?. Que pasa,¿me vas a volver a encerrar en una puta habitación llena de espejos para torturarme?. ¿Va a volver a encerrarme 4 días en mi habitación para pensar en lo que he hecho?. Usted no tiene ni puta idea de nada. -una lágrima amenazó en salir para correr por mi mejilla. Intenté pararla a toda costa,pero parece que tenía ganas de salir-.
-Si lloras es que me mientes. -dijo en el mismo tono de tranquilidad-.
+Me largo. -me giré y abrí la puerta para marcharme-.
-SEÑORITA ESCRIBANO,COMO NO VUELVAS AQUÍ AHORA MISMO, ATENTE A LAS CONSECUENCIAS.
+Que te jodan. -susurré-.
Acabo de sufrir un dejavú que inundó mi pecho y mi cara.
No me llegaba bien el aire, y las lágrimas caían por mis mejillas.
*Flashback*
-Cariño -llamó a la puerta del baño-. ¿Estás bien?
+Si mamá,tranquila. -mi voz era ronca-. Solo estoy haciendo pis.
Cuando escuché unos pasos alejandose de la puerta del baño,me volví a armar de valor,y los dedos de mi mano,volvieron a introducirse en mi garganta,provocando que la comida que me habían obligado a comer,fuera expulsada-.
Tras repetir varias veces la acción, me senté en el suelo apoyada en la puerta con lágrimas en los ojos maldiciendo todas y cada una de las perfectas partes del cuerpo de Aitana.
La inseguridad se había vuelto a apoderar de mí.
*Fin del flashback*

Paciente [Jesús Oviedo]. Segunda temporada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora