Mi protección, mi vida y mí poder

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Corrí, mis piernas estaban exhaustas, corría al borde del precipicio par que nadie me captara, pero al parecer todos estaban concentrados en la masacre, que nadie se daba cuenta de una chica de pelo purpura mal cortado.

La noche empezaba a tomar lugar, se veía el ocaso, los últimos rayos del sol.

A mi lado corría alguien, mire y casi salto de felicidad al ver a Alyda, se veía exhausta pero trataba de mantener el paso.

—¡Aly! —Grite sobre el ruido de espadas chocando, cuerpos siendo mutilados, gritos, aullidos. suena como el propio infierno.

—¡Ey, morita! —Rio ella, su sonrisa murió enseguida.

—Apresuren el paso, señoritas.—Gritó Brett apareciendo al lado Alyda, también se veía cansado y con algunas heridas nada lindas, pero se veía estable.

Sonreí, un poco.

—Tenemos que llegar al final de la batalla.—Informó Derek, que corría de mi lado, sobre un piso invisible.

—¡Eileen, no mire hacia atrás! —Vocifero Nathaniel apartando a Alyda para correr a mi lado.

No dije nada, y me enfoque en correr más rápido, al acelerar todos siguieron el ejemplo, la noche se había posicionado desplazando la luz.

Llegue, estaba fuera de la multitud de gente.

Habíamos llegado, después de múltiples retrasos, en el que no podía mirar hacia atrás en ninguna oportunidad.

Me detuve y tome una gran bocanada de aire.

—Hay una barrera, que protege al campo de la vista de los humanos—Informó Nathaniel, en su cara podía verse el reflejo naranja del fuego, había fuego.

—¿Dónde esta Elena? —Pedí, al recordar que ella no se había unido a nuestra pequeña maratón.

—Con Mysti, no te preocupes estará bien.—Informo Brett pasando un brazo por mi hombros y atrayéndome a él para darme un beso en la coronilla.

—¿Cómo te sientes? —Susurró.

—Siento dolor, cansancio, sueño, hambre y miedo.—Confesé, Brett se rio sin humor.

—Y todo esto solo está empezando.—Se lamentó el con profunda tristeza.

—Eileen, haremos un ritual.—Dijó Alyda acercándose, todos se acercaron

Levante una ceja

—No esa clase de rituales, uno más emocional.—bufo Alyda, asentí. No se de que habla, pero mientras no invoquemos al diablono me importa. 

—He llegado.—Escuche la voz de Elena, no me gire.

—Justo a tiempo, todos sentados en círculo.—Dictó Brett, nos sentamos en una ronda, me parecía algo ridículo pero no comente nada.

Nos tomamos las manos.

¿Jugaremos a la ronda ronda?

—¿Ya todos saben que hacer, cierto? —Pidió Brett, ellos asintieron al mismo tiempo.

—Yo no sé de qué va esto.—Informe, nadie me prestó atención, así que decidí tomar silencio y ver a lo que se referían.

Yo, Brett Bane, Licántropo y Ex Delecti. Te doy a ti, Eileen Crossbow, mi protección, mi vida y mí poder.—Dijó Brett, frente a el un holograma de un pequeño lobo café.

Yo, Elena Swan, Bruja. Te doy a ti, Eileen Crossbow, mi protección, mi vida y mí poder.—Frente a ella una nebulosa de brillos de colores cambiantes se mantenía en movimiento.

Yo, Alyda River, humana, te doy a ti, te doy a ti, Eileen Crossbow, mi protección, mi vida y mí poder.—De la boca de Alyda salió un espesor blanco algo brillante y se quedó alrededor de ella envolviéndola como si fuera niebla.

Yo, Derek Le Morau, Ángel, te doy a ti, te doy a ti, Eileen Crossbow, mi protección, mi vida y mí poder.—las Alas invisibles de Derek brillaron por un breve momento.

Yo, Nathaniel Darkness, Hibrido, te doy a ti, te doy a ti, Eileen Crossbow, mi protección, mi vida y mí poder.—Una bola de fuego verde azulado permaneció frente a este

Todos se soltaron de manos.

—Extiende la mano, Eileen.—Mandó Brett, así lo hice, La niebla que rodeaba a Alyda se volvió hacia mi mano con una velocidad impresionante, vi una luz en la parte interna de mi brazo, iba subiendo, alce la mirada, ¿Qué demonios?

—Sigue, no importa que.—Dictaminó  Brett, Hice caso y extendí la mano a la nebulosa de brillantes de Elena, esta se depositó en mi mano, cerré la mano y esta desapareció, mire a Elena, ella me sonrió.

Pase el dorso de mi mano por el lomo del lobo, desapareció.

Mire a Derek, el me tendió su mano y la toma, sus alas volvieron a brillar.

Me sentía con más energía, como si hubiera tomado muchas tazas de café por la mañana.

Temí toca el fuego, es fuego después de todo.

—No te quemara.—Susurró Nathaniel, acerque mi mano, el fuego desprendía un aire frio, lo toque, no quemó, pero desapareció.

Todos se pusieron de pie, Brett me ayudo a colocarme de pie.

—Lo que veras a continuación... —Empezó Brett

—Es tu prueba, confróntala.—Terminó Nathaniel.

—Ah y Eileen, nada de lo que veas es real.—Me sonrió Elena triste, antes de darme un efusivo abrazo, ella sollozo.

—Estaremos aquí, solo que no nos veras—Informo Alyda.

Asentí, no sé qué pasaría, pero era algo importante.

—Eileen mira hacia atrás.—Dijeron todos en coro, me gire con los ojos cerrados temerosa de lo que podría haber.

Abri los ojos.

Caí de rodillas antes la visión antes mis ojos, las lágrimas se empezaron a deslizar por mis mejillas.

Y grite.

Un grito de dolor inmenso, un grito tan fuerte que de seguro alguien más escucho.

Esto no era real, ¡No era real!


Siete Demonios [Saga Siete # 1][EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora