Capítulo 11

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Capítulo 11

-¿Qué? –Murmuró Simon sintiéndose mareado y perdido.

Se encontraba en medio de una estancia de piedra obscura y rasposa, paso las manos por el suelo. No había nada de luz.

-¿Confundido? –Se escuchó una voz femenina entre las sombras del lugar, comenzaba a aparecer una luz por medio de una grieta en la... ¿Pared o ventana?, pensó Simon mirando cómo cada vez la grieta se hacía más larga –Así estaba yo cuando me di cuenta de que tú no eras Jonathan o Clarissa Morgenstern.

Simon estaba demasiado mareado como para entender algo de lo que le decían, un foco se encendió sobre su cabeza, haciendo que todo se obscureciera como cuando se levantaba y su madre prendía las luces.

-Pero... Me llamaron a mí, diciendo que Rebecca estaba allí.

-Ah –Chasqueó la lengua –, pero tus amigos no te dejarían ir solo, ¿verdad?

Entonces lo comprendió, nunca fueron por él y ahora no estaba muerto porque sabían que Clary iría por él, aunque la interrogante real era ¿Qué querían de ellos? La cabeza le dolía y no podía pensar claro, no llevaba mucho tiempo inconsciente, aunque en realidad, no recordaba lo que había pasado exactamente mientras estaban en Pandemonium.

-No te preocupes, tampoco te dejarán ahora... Es lo único que te mantiene vivo.

La voz se iba alejando dejándolo más perdido que antes de que apareciera, se quedó sentado donde estaba, miro la estancia iluminada por la grieta que se había abierto sobre la ventana, estaba sólo él en el centro y había unos cuantos sillones viejos junto con un chifonier que parecía haber sido ocupado hace más de un siglo, todos los muebles se encontraban roídos y con un aire de no haber sido ocupados jamás.

Se quedó sentado tratando de recordar, llevaba varios días allí dentro pero todos estaban borrosos a causa de la falta de alimento y el cansancio, hoy, al menos le habían pasado un pequeño jarrito con agua, no estaba seguro de si era de la llave o de una cloaca, pero la sed estaba ganando la batalla contra la cordura. Lo bebió todo de una vez y comenzó a tener sueño de nuevo.



Clary se quedó pensando el silencio durante un momento, todos la miraban extrañados, cuando su padre murió era muy pequeña como para sentirse tan preocupada como lo estaba ahora, sus ojos no habían dejado de bailar incluso en ese momento, pero ahora estaban apagados y hundidos. Isabelle estaba muy callada mientras veía a todos como miraban a la pelirroja, nadie se había preguntado cómo estaba ella, aunque claro no tendrían por qué hacerlo, es decir, para Clary era como su hermano, aunque a ella también le importaba, también lo quería.

-Entonces, tenemos que ir por él, no... No podemos dejarlo sólo así –Dijo Clary incorporándose.

-¿Crees que no lo hemos intentado? –Preguntó Isabelle algo molesta –No tenemos ni la menor idea de dónde carajos está.

Todos se quedaron estupefactos, parecía una pelea de telenovela por ver quien quería más a Simon, si Clary o Isabelle, era obvio quien ganaría.

-Pues deberían de investigar –Contesto a la defensiva sintiéndose impotente y tonta –No sólo... -Soltó un grito de desesperación y caminó hacía la salida, murmurando cosas inteligibles.

Se quedaron en silencio todos mirando a todos, Jonathan sabía lo que iba a hacer, una runa que los ayudara, ese era el momento en el que nadie la interrumpía nunca, ni siquiera Jonathan o Simon podían acercarse a ella cuando estaba en el proceso, se cerraba.

Isabelle entornó los ojos al verla salir y negó con la cabeza harta de la situación, todos los demás seguían serios y en silencio, parecía un velorio mundano.

-Eso fue un desastre –Dijo Jace siendo un poco sarcástico, todos estaban algo cansados.

-Lo notamos –Alec habló en casi un susurro.




Clary se encerró en su habitación y toco su anillo, el que siempre usaba en su dedo anular derecho, Valentine los había conseguido cuando era más pequeña y se los había dado como regalo de cumpleaños, le había contado que eran mágicos, podía hablar con alguien que usara el mismo anillo por la mente, no dudo ni un momento en dárselo a Simon, aunque nunca supo si funcionaban o no, parecía un buen momento para probarlos.

<<Simon >> Lo llamó como en un susurro, estaba esperanzada porqué funcionara.

Pasó demasiado tiempo y supuso que no funcionaría hasta que escuchó a Simon.

<< ¿Clary?, ¿dónde estás? Te escucho pero no te veo >>

<< ¿Recuerdas el anillo que te di de niños? Bueno, sí funcionan. >>

<<Clary, te necesito, no sé dónde estoy... Y, y>>

Su amiga lo cortó de inmediato y le contesto

<<No, necesito que seas valiente, no puedo hacer nad... Simon, iré por ti, pronto, no te asustes necesito que confíes en mí. >>

Que tontos habían sido todos, la pelirroja salió corriendo hacía el cuarto de Simon buscando su cepillo de dientes o algo con lo que podría rastrearlo, busco desesperada en su maleta que había traído consigo de Idris y allí estaba, un cepillo de dientes, lo tomó y trazó sobre éste una runa rastreadora, cerró los ojos y la luz dorada estaba allí para guiarla. Corrió hacía su habitación y tomó su mochila.

-Simon, allá voy –Salió de su habitación dirigiéndose hacia la salida del instituto.



Estaba dormido en el suelo rocoso cuando la voz de Clary le llegó a la mente, la llamo varias veces alzando quizás, demasiado la voz, y después de un momento dijo su nombre en la mente imaginándola, pensando en que estaría haciendo, y entonces recibió una respuesta.

<< ¿Recuerdas el anillo que te di de niños? Bueno, sí funcionan>>

¿Qué? Se preguntó, llevo su mano al anillo que llevaba en el dedo y se sorprendió, al fin lo encontrarían, pero la pregunta real era por qué no lo había llamado antes, quería preguntar pero Clary parecía interesada en ayudarlo y no tanto en ponerse al día.

<<Clary, te necesito, no sé dónde estoy... Y, y>>

Lo interrumpió, quería decirle que había hablado con alguien y todo lo que le había dicho, pero ella no le dio oportunidad, la chica que había venido a hablar con él no podía estar lejos, se oían pasos en el corredor.

<<No, necesito que seas valiente, no puedo hacer nad... Simon, iré por ti, pronto, no te asustes necesito que confíes en mí. >>

<<No, Clary, no pued... >>

Se fue, así como llego, sin avisar y sin despedirse, simplemente se fue dejándolo sólo de nuevo. Los pasos se escuchaban más cerca, la mujer rubia se quedó recargada en la puerta evitando a toda costa la luz, soltó una carcajada seca mientras lo veía, llevaba tacones negros, el cabello rubio le caía por los hombros y le acentuaba lo pálido del rostro y la piel en general.

-Lo olvidaba... Soy Camille Belcourt, puedes decirle eso a tus amigos.


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Bueh, aquí cap nuevo. Yo quería actualizar el día del cumpleaños de Cassie pero mi cabeza no me daba para más, ahque, espero les guste porque a mi no me gusto, si yo fuera ustedes me linchaba. Peeeero, no lo soy, soooo... Seguiré danzando por allí. 

Ya saben la dinámica para dedicar, comentario lindo y ta daaaaa, dedicación para ustedes. 

Con mucho amor y café, 

EsaDelListón. 

Little Morgensterns.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora