Hostigamiento

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 Esa noche la chica no paraba de dedicarle miradas provocadoras incluso se sentó junto a él y dejaba ver su muslo apropósito, él no sentía nada ni excitación si quiera, pero al pensar cómo se vería  su Elly con un vestido así, sintió que el calor se le subía a la cara, la pobre Rebecca creyó que era porque la estaba mirando.

—Bueno nosotros nos retiramos, los viejos ya no rendimos—dijo el padre de Daniel cuando terminaron de charlar en la sala, después de una buena cena y un café.

—Si yo también tengo sueño amanecí un poco cansado...—comenzó a decir Daniel cuando se quedó a solas con Rebecca e Isa— Además mi princesa también necesita ir a dormir—Levanto a Isa que ya se encontraba dormida. 

—Ow, que gran hermano eres sabes aún es temprano quizá después de subir a Isabela puedas bajar ah-

—No gracias, en verdad estoy muy cansado—dijo interrumpiéndola—Buenas noches. 

Subió a su hermana en brazos hacía la planta de arriba, decidió que se dormiría con su hermanita, hace mucho tiempo que no estaba con ella, como odiaba que fuera al internado pero en parte tenía razón su padre, si viviera con ellos se la pasaría al cuidado de una niñera y en el internado mínimo puede convivir con más niños todo el tiempo. 

—Daniel, ¿Daniel?, Daniel...—le decía su hermanita el día siguiente por la mañana. 

—Hola princesa—le dijo el abriendo un ojo junto con una sonrisa somnolienta.

— ¿Podemos ir a jugar al gran campo de atrás?—le susurro.

—Si—contesto en un susurro.

Él se bañó y cambio lo más rápido posible ya que Isa parecía tener prisa.

—Si quieres dar un pase de gol perfecto, tienes que hacerlo con el talón no con la punta del pie, así— e hizo la acción, se encontraban juntos con una pelota en el patio trasero de la mansión Booth.

—Pero es difícil, sabes entre ah el equipo de futbol, pero las niñas me molestan mucho, dicen que soy hombre...—miro con tristeza el suelo. —pero a mí me gusta mucho.

—Sabes yo te acompañare ah tu colegio y me dirás quiénes son las zorras que dicen eso ¿sí?, tu hermano está aquí para defenderte—cargo a la niña dándole vueltas haciéndola sonreír.

—Pero tú eres más grande, te llamarían como se dice... ¿aprovechado?—lo abrazo.

—No me importa, nadie se mete con mi hermanita.

—Hola, ¿puedo unirme a su juego?—dijo una voz femenina y odiosa detrás de sus cuerpos. 

—En realidad—se giró hacia ella—Solo estaba enseñándole a mi hermana como patear el balón. 

—Oh...—ella hizo un movimiento sensual quitando su cabello del escote de la playera que tenía puesta, mostrando el inicio de sus pechos.

“Los senos de Elly son mucho más bonitos” pensó Daniel, ¿cómo era posible que seguía pensando en ella? Sonrió al recordar su mirada… cada vez estaba más convencido que ella era la indicada.

Rebecca dio una sonrisa triunfal al creer que esa sonrisa era para ella.

—Bueno Isa ahora ven te enseñare unos movimientos con el balón. —la  bajo de sus brazos para empezar a patear el balón.

Cuando se agotaron fueron a desayunar, solo encontraron a las señoras del servicio, pidieron comer en la barra de la cocina ya que el comedor era demasiado grande y era un poco incómodo estar solo ellos dos en esa gran mesa.

Un ¿amor? sin control.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora