La decisión

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—    ¿Qué?—dijo sin aliento Elly y su adrenalina subió en extremo 

En ese momento entro Monserrat

—Joven su padre acaba de llegar y quiere hablar con usted en el despacho—y al terminar, Daniel dio una mirada furiosa, Elly se acercó a él y lo trato de contener con sus pequeños brazos

—Mírame, Daniel, mírame—le dijo un poco alterada poniendo sus manos en su mentón para que la mirara—Solo escúchalo, no le hagas nada, por favor, no quiero que te haga daño

—Yo se lo hare a el—y esa forma de decirlo le pareció a Elly que en vez de palabras fueron veneno

—Amor, amor , tranquilo— y al ver que su mirada no daba tregua lo beso, pero no fue algo simple, fue de esa forma que ella sabía que lo volvía loco, una combinación de sensualidad y ternura, el en vez de tener los puños cerrados, los puso en la cintura de su esposa y profundizo el beso.—Solo iremos a hablar ¿de acuerdo?—le dijo tranquila y el como un gatito domesticado asintió, caminaron juntos entrelazando sus manos hacia el pequeño despacho que se encontraba cerca de la hacienda.

Al entrar, vieron a Rupert Hopkins sentado en la silla detrás del escritorio como el gran jefe déspota que era.

—Hijo—dijo solo viendo directamente a Daniel e ignorando a Elly que por inercia dio un paso atrás. —Muy prudente de tu parte Elly dar un paso atrás, deberías de dar más y ah... cierra la puerta 

—No le hables así a…

—Está bien —le interrumpió Elly— yo estaré afuera te espero—finalizo y levanto sus manos dándole un beso en su dorso y con una sonrisa tímida salió.

—En verdad vas a enviar a tu hijo a la cárcel —le dijo el frio y directo

—Sabes que no, tienes demasiado futuro como político, tener historial en la cárcel te elimina del juego—la mirada de Daniel se llenó de duda—Pero, a ella si

—No sé qué diablos quieres ganar con esto, pero esta es mi casa, mi huerta, mi madre me lo dejo a mi nombre las cuentas están a mi nombre, no sé cómo rayos lograste hacer lo que hiciste pero no es legal y pienso hacerte pagar por esto.

—Vaya, ¿te estas rebelando?, Hijo escúchame bien—dijo levantándose de su asiento—Tienes razón no es legal y ¿hacer me algo? ¡JA! ¿Con que dinero? ahora déjate de decir estupideces—dijo con una seriedad profunda en esas ultimas frases— te voy a dar instrucciones sencillas , la dejaras entiendes, y seguirás con tu vida, ¿quieres hacerme daño con tu rebeldía? bien ya lo hiciste ahora déjate de tu caprichito y vuelve a casa 

Una vena de la cien de Daniel pareció saltar de enojo

—Elly no es ningún capricho—dijo tratando de contener la furia— ella es mi esposa— la cara del padre de Daniel cambio totalmente para después fingir recomponerse en seriedad

— ¿No lo entiendes?, después de que su pasión juvenil acabe, nada quedara, si quieras acostarte con alguien te hubiera dado el dinero que fuera por las putas que quisieras ¡no entiendo porque mierda te casaste!

—Ella es la indicada, y no Rebekka como tu quieres pensar.

—Como dije—dijo recomponiéndose— cuando eso acabe no habrá nada ¿entiendes? , ¡¿Que te paso?! Todo estaba saliendo bien Daniel, te pedí que la sedujeras y lo hiciste, te pedí que fueras amable y cariñoso y lo hiciste, te pedí que le pidiera un noviazgo y ¿que tengo a cambio?  ¡Una fuga con tu puta personal para luego saber que te casaste! 

—Padre no quiero hacer algo de lo que me vaya a arrepentir pero si vuelves a decir algo despectivo acerca de Elly no respondo—oprimía tanto los puños que sintió como pequeños hilos de sangre daban flujo en su palma, las uñas se las estaba encajado demasiado.

Un ¿amor? sin control.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora