El detestable sonido del despertador me levanto. Moría de hambre, ayer no había aceptado comer nada, por el simple gusto de hacer molestar a mi madre pero ya no podía más hoy desayunaría si o si. Me dí una ducha rápida y me vestí con lo primero que encontré, la verdad no estaba para nada emocionada con la idea del nuevo instituto.
Bajé a la cocina donde mi madre me esperaba con unas tostadas y un vaso de leche.
- Toma, te preparé el desayuno.- Tendió el plato frente a mi y colocó el vaso en la mesada amablemente-. Hoy iré a la oficina del jefe de tu padre para arreglar los últimos asuntos sobre mi trabajo.
- Nunca me ha gustado ese tipo, es raro- Opiné mientras mordía tranquilamente la tostada.
- Natalie, ya te lo he dicho mas una vez, el no tiene nada que ver con... bueno ya sabes con que.
- ¿Cómo lo sabes? la policía nunca lo ha investigado, a mi me resulta raro que justo después de la muerte de papá el quiera contratarte a ti.
- Si la policía no lo investigo tendrá sus motivos, ese hombre no tiene nada que ver con el asunto de tu padre Natalie, quédate tranquila- asentí, poco convencida porque sabía que no lo haría. No confiaba en ese hombre ni lo haría por nada del mundo.
- Bueno, me voy-. Me levanté y coloqué la mochila en mi hombro-, se me hará tarde, se me hará tarde para mi primer dia en el instituto- dije fingiendo estar emocionada, amaba el sarcasmo.
- Adiós y suerte.- se despidió mi madre mientras recogía el plato.
No sabía exactamente en donde quedaba el Instituto, solo que tenía que ir veinte calles derecho y luego doblar a la izquierda. Menos mal que quedaba "cerca" de casa, me parece que tendré que conseguir algún trabajo de medio tiempo para poder comprar un auto o una bicicleta no creo poder aguantar caminar esas calles todos los días hasta fin de año.
El colegio era enorme y muy lindo por fuera. Me demoré caminando por los jardines hasta que toco el timbre de entrada. Por un lado una parte de mi quería salir corriendo y escaparme a algún otro lugar donde la palabra '"socializar" no este incluida y por otro, la idea de conocer gente nueva no me parecía tan mala. Espere a que el tumulto de gente que se encontraba abarrotada en la puerta pasará para luego poder pasar sin empujones ni pisoteadas. Tenía que dirigirme a la oficina del director para recoger la llave de mi casillero y el horario de las clases.
- Pase.- dijo una voz dentro de la sala. Abrí la puerta con un poco de vergüenza y entre. La oficina era bastante grande, el director estaba sentado de tras del escritorio ordenando unos papeles-. Tu debes de ser Natalie, cierto?
- Sí.- contesté timida-. Uhm, yo venía a buscar el horario de clases y el número del casillero.
- Oh, claro, claro-. El señor se levantó del escritorio y se dirigió a un estante-. Aquí tienes, que tengas un buen primer día.
- Gracias.- contesté mientras me retiraba rapidamente del lugar, no queria llegar tarde. Una vez afuera comencé a correr en busca de mi casilla. Tenía que guardar rápido las cosas y sacar el libro de Lengua, la primera clase del día, "Salón 16".
Miré por dentro, la clase ya había comenzado. No quería entrar, mis pies estaban clavados en el piso, si me saltaba la primera clase tal vez no pasaría nada, creo. "No puedes atrasarte más de lo que estas" decía la voz de mi madre en mi cabeza. Miré una vez más, bajé la mirada, me arme de valor y entre al salón. El profesor dejo de escribir para ver quien había llegado tarde.
- ¿Y usted es...?- pregunto mientras se dirigía al escritorio para ver la lista de alumnos, antes de que pudiera decir mi nombre más fuerte corrí para ponerme al lado de el-. ¿Natalie Stevens?
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Protect me.
Fiksi Penggemar¿Qué harían ustedes si de un día para el otro les dicen que se tienen que mudar? Dejar todo de lado y empezar una vida nueva. ¿Qué pasaría si empezara a sospechar de que alguien quiere matarme, de que me siguen? Ya no estaría tan a salvo como mi mad...