Regent...

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Me levanté a las dos de la tarde. Ya estaba acostumbrada a eso. Tenía que llamar a Vee, estaba segura de que iría a la fiesta. Por lo menos para no aburrirme en casa.

Marqué su número y esperé a que contestara.

- ¡Nat!- exclamó ella desde el otro lado-, ¿qué ha pasado?

- Quería avisarte que iré a esa fiesta- comenté-, pero necesito que me digas bien la dirección.

- Regent, no sé exactamente el número pero cuando estés en esa calle te darás cuenta cual es el lugar. ¿Le has dicho a tu madre que irás a mi casa?

- Sí, le dije que me llevarías- le avisé-. Igual, iré una o dos horas más tarde ¿si? no quiero aburrirme.

- Claro, no hay problema. Entonces nos vemos hoy- festejó entusiasmada-, Jess irá con Niall también.

- Oye, ¿estás segura que las calles por allí son seguras?- pregunté-, es que llegaré a eso de las doce y no me fío de caminar sola por ahí.

- No lo sé, la última vez que fui me llevaron en auto- respondió-, si te pierdes pregúntale a alguien. ¿Si?

- Ok, bueno entonces nos vemos hoy por la noche- me despedí.

Corté la llamada y me senté en el sofá. Enseguida se me vino a la mente lo que había pasado ayer. A pesar de que fue una mala pasada ahora me causaba gracia. ¿Qué habría sido de mi si mi mamá veía a Zayn? No creo que se fuera a enojar si lo veía sentado conmigo pero si lo encontraba escondido y conmigo arriba no le agradaría mucho.

Mientras ''miraba'' la televisión me puse a pensar en que me pondría. Pensé seriamente la idea de robarle unos tacones a mi madre para ir. Sabía que no podía caminar con esos pero haría la prueba, además si Vee me iba a obligar a llevar unos al baile de fin de año tendría que practicar un poco.

El problema era encontrar un par de tacos decentes en el armario de mi madre, dudaba mucho que ella llegara a tener unos que me gustasen y sean algo cómodos.

Oh, ahora que recordaba también tenía que avisarle a mi madre que mañana iríamos a comprar los vestidos. Necesitaba dinero, con mis ahorros no me alcanzaría ni para los zapatos. No me encontraba muy entusiasmada con la idea de ir de compras, la última vez que fui al centro del pueblo no la había pasado muy bien.

- ¿Natalie?- mi madre entró a casa con las bolsas de las compras-, ayúdame con las bolsas que están en el auto.

Me levanté y me dirigí al auto. ¿Cuántas cosas compra mi madre en el supermercado? Como si se pasara el día en casa cocinando. Luego cuando la comida se vence tenemos que tirarla toda. Yo no cocino y ella nunca está aquí, siempre terminamos comiendo comida rápida.

No sé como se pasó el día, lo único que me acuerdo es que comencé a leer un libro y me quedé dormida. Mi madre me levantó a eso de las diez para decirme que comience a ducharme y vestirme para ir a lo de Vee. Ella se tenía que ir a las once treinta a un restaurante para cenar con sus amigas. Antes de bañarme bajé a la cocina, tenía que pedirle un par de zapatos.

- ¿Hija?- preguntó mientras se lavaba las manos-, tienes que apurarte conociéndote si no empiezas ahora no llegaras.

- Lo sé, pero necesito que me prestes un par de zapatos- le pedí-, es que Vee me dijo que ella llevara unos y yo...

Bueno, esa excusa serviría para luego no tener que dar explicaciones.

- Claro, busca en el armario- comentó-. Creo que hay un par que te gustará los otros son más para adultos.

Subí rápidamente al cuarto de mi mamá. Ahora sí, tenía que apurarme. No me convenía salir muy tarde a tomar el autobús para ir a la ciudad y menos cuando no sabía el camino correcto hacía el lugar. Si mi madre se enteraba de lo que estaba planeando me mataría, por suerte ella sigue creyendo que iré a la casa de Vee. Dios quiera que no se le ocurra llamar a la mamá para preguntarle si estoy allí porque si no moriría.

Protect me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora