El Ojo de Londres.

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Estuvimos haciendo ese estúpido trabajo más de tres horas. Terminamos como a las ocho y media, mi mamá se propuso a ayudarnos pero no queríamos que nos distraigan o intenten cambiar lo que habíamos hecho. Por suerte logramos finalizar el trabajo, no sabía si había quedado del todo bien pero que lo terminamos.

- ¿Quieren algo de cenar, chicas?- preguntó mi madre mientras se dirigía a la cocina-, Nat, sobro pizza de ayer por si tienes hambre.

- Lo siento, me encantaría cenar con ustedes pero debo irme- se lamentó Vee mientras guardaba el trabajo en la mochila-, mi madre quería que cenemos juntas, supongo que me debe estar esperando.

- Oh, no te preocupes- dijo mi madre-, algún día de estos puedes venir ¿si?

- Claro, lo tendré en cuenta.

Vee se fue y me dirigí a la cocina. Tenía hambre, ayer no había cenado y la pizza que estaba en la heladera me estaba llamando a gritos. Me senté en la mesada mientras la comida se calentaba en el microondas.

Mientras mi mamá subía la escalera yo me dediqué a comer la pizza. Enserio parecía estar cansada, espero que solo sea durante unos días. Ella siempre suele estar de buen humor y radiante no me acostumbraría a verla apagada y sumamente agotada.

Subí a mi habitación, dormiría en ropa interior ya que me moría de calor por las noches. Pedía por favor que Zayn no irrumpiera hoy, no tenía ganas de salir o bueno al menos eso creía yo. Me acosté, aunque había cerrado los ojos y estaba durmiendo una parte de mi se encontraba sumamente concentrada en los ruidos que procedían de afuera. Estaba segura de que Zayn vendría en cualquier momento, tan segura que cuando sentí a alguien entrar a mi habitación no me asusté. ¿Ahora que hacía? no podía levantarme para que me viera en ropa interior ni tampoco me haría la dormida para que se de media vuelta y se vaya. Ahora que lo sentía cerca mio las ganas de salir habían vuelto. Sentí un peso en el lado de mis pies, se había sentado.

- ¿Hola?- preguntó-, sé que estas despierta, tu respiración es irregular.

- ¿Qué haces aquí?- me quejé, tendría que hacerme la difícil-, te dije que no saldría a ningún lado.

- Quería invitarte a conocer Londres ¿vienes?- preguntó-, el otro día te vi algo emocionada por estar allí. Supuse que no conocías la parte centrica de la ciudad.

- No gracias, paso- mentí- ahora puedes irte.

- ¿Quieres que te alcance la ropa así no te gastas en levantarte y aceptas venir?- preguntó.

- Iré pero solo porque quiero conocer Londres- dije-, pero necesito que me hagas un favor.

- ¿Qué quieres, ángel?

- Date vuelta, no me mires- le ordené, no quería decirle exactamente como me encontraba debajo de la sabana.

Zayn se dio vuelta, sabía que no se taparía los ojos. No era tan estúpido como para hacer eso. Se quedo quieto con las manos en los bolsillos. Cuando estuve segura de que no miraría corrí hacía el armario. Justo cuando necesitaba vestirme rápido no encontraba la ropa adecuada. Zayn rió, estúpido, me preguntaba como pude creer que se podía quedar quieto. Tendría que haberlo sacado de la habitación.

- Luces bien- comentó mientras reía-, lo digo enserio.

Me vestí lo más rápido posible. Zayn ya me había visto pero no dejaría que lo siga haciendo. Me puse mi perfume favorito, siempre lo hacía era como una costumbre para mi salir y ponerme ese perfume.

- ¿Ya está?- preguntó mientras se giraba a mirarme-, creo que la ropa anterior te quedaba mucho mejor.

- Ya basta, debí haberte hecho salir de la habitación.

Protect me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora