Loving you

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La rutina me estaba cansando poco a poco. El sentimiento de 'no presiones a Blaine' se estaba conviertiendo rápidamente en 'no lo molestes porque parece que ya no te quiere'. Con sus trabajos de medio tiempo y la escuela los fines de semana, nuestra vida juntos se limitaba a darnos los buenos días y desearnos las buenas noches.

Casi no nos veíamos y fuera del poco avance que había hecho en el hospital, no nos habíamos vuelto más cercanos.

Estar con él me empezaba a doler.

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By: Blaine

Mi despertador sonó por todo el cuarto, timbrando como loco. Mis ojos se abrieron y en un acto reflejo, que mantenía incluso después de semanas, crispé las manos en puños, esperando un golpe o una caricia obscena que sabía no llegaría.

Me relajé al pasar los minutos y giré la vista para ver la hora. Tenía cinco minutos más.

El techo blanco de la habitación de huéspedes, que se había convertido en la mía, se alzaba por encima de mi cabeza dándome espacio para pensar. Sentí la piel rozar mi muñeca y bajé mi mano izquierda para acariciar el brazalete marrón. El colgante se movía de un lado a otro, brillando un poco de vez en cuando.

Me levanté cuando escuché el agua de la ducha caer. Kurt ya debía estar despierto. Me dirigí a la cocina prendiendo la cafetera en el camino, sabiendo lo mucho que le gustaba a Kurt el olor del café recién hecho. Mi improvisado celular vibró.

"Blainey. Hablé con la profesora ésta mañana, no tendremos la primera clase.-G"

"De acuerdo, gracias, Garth.-B"

Dejé el celular a un lado y empecé a hacer el desayuno. Hasta que escuché un grito de frustración.

-Blaine, ¿podrías venir un segundo?- dejé el pan tostándose, corrí a su recámara para encontrarme con algo que me dejaría sin aliento. Kurt estaba de pie junto a si cama, con únicamente una toalla rodeándole la cintura.- Hoy se abre una nueva exposición en la galería y Mark quiere que vayamos lo mejor vestidos que podamos, y aunque me cuesta admitirlo, estoy en blanco, ¿algún consejo?- Honestamente mis ojos seguían vagando la firmeza de su abdomen y tuve que obligarme a concentrarme en lo que me estaba diciendo,- ¿Blaine?- reaccioné al tiempo que me acercaba a su montón de ropa.

-El pantalón de tirantes negro junto con su blazer, esa camisa azul real y una corbata vino. Deberían funcionar.- contesté mecánicamente y como respuesta, sus ojos se iluminaron de inmediato.

-Dios, muchas gracias, Blaine. Ahora sólo tengo que arreglar mi cabello.

-¡No!- dije sin pensarlo, sus ojos me enfocaron otra vez.- Ahhmm...se te ve muy bien así, deberías...deberías dejarlo.- el color rosado de sus mejillas me hizo un nudo en el estómago pero asintió y se fue al baño.

Salí de su cuarto trastabillando un poco y corrí a la cocina cuando olí en el aire algo quemándose.

Poco después entró Kurt y tomó la taza con café que yo ya había servido. La forma en la que los mechones de su cabello caían en su frente me quitó el aliento.

Otra vez.

Se quedó quieto durante unos segundos cuando se fijó en mí y me observó, prácticamente estudiándome. Después de unos momentos, en los que su mirada me había vuelto un manojo de nervios, se movió hacia mí tomando mis manos en la suyas y poniéndolas en su cadera. Siguió acariciando con la punta de sus dedos la extensión de mis brazos, acercándose muy lentamente. Vi cuando se lamió los labios y se inclinó hacia mi rostro, soltando aire y provocándome escalofríos por todo mi cuerpo...

-Eres tan perfecto Blaine,- dijo en un susurro.- Eres tan endemoniádamente hermoso que justo en éste momento me está costando entender cómo he vivido dos meses a tu lado, y me duele físicamente tener que ir a trabajar, porque prefiriría quedarme aquí y acariciarte por siempre.- sus palabras despertaron algo en mí que ya no había sentido y reaccionando a eso decidí arriesgarme.

-Entonces quédate.- contesté apretando mi agarre y borrando cualquier espacio entre nosotros.- Quédate.

Sus labios viajaron por el largo de mi mandíbula, rozando casi con devoción cada centímetro de mi piel.

-Tengo que ir, Blaine... Pero la buena noticia es que regresaré muy pronto. Lo prometo.

Se alejó dándome una visón gloriosa de sus ojos y los míos se desviaron peligrosamente a su boca. Nos quedamos así un momento hasta que ambos nos inclinamos instintivamente.

Sus labios finos se sentían más suaves que cualquier otra cosa. Se sentían cálidos y contradictoriamente, fuertes. Sentía su miedo en la forma suave con la que me estaba besando, como con miedo a romperme. Así que sacudiéndome todo el temor, todas esas horribles sensaciones que me embargaban cuando Karofsky me tocaba, enredé mis dedos en su cabello desordenado y rompí la fina barrera que se había creado entre nosotros, haciendo que mi corazón se limpiara de todas las demás angustias por sí solo. Nuestros labios se siguieron moviendo en sincronía, pero los brazos de Kurt me apretaron tanto que pareciera que me iba a cargar. Cuando nos separamos, me vio directo a los ojos y se quedó así durante unos minutos.

-Blaine...- comenzó a decir.- sé que ésto te va a parecer de secundaria pero, ¿quieres ser mi novio?

Mi corazón comenzó una carrera desesperada para salir de mi pecho. Los azules ojos de Kurt brillaban y no pude hacer más que asentir emocionado.

Se acercó a besarme de nuevo, despacio, con unas ansias ocultas.
-Bien.- dijo.

-Bien.- contesté contra su cuello, mientras una sonrisa se extendía por mi rostro.

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By: Kurt

Le conté mi vida entera. Le conté de Sebastian, de los Warblers, de Dalton, de Finn y Puck. Le conté todo.

Él hizo lo mismo.

Me dijo lo de su padre y de Karosfky. Me dijo de sus viejos sueños y de los nuevos. Me habló de su hermano Cooper y de la caja roja junto con todas las cartas que le ha mandado.

Y nunca lo había amado tanto.

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Dos semanas después


El débil timbre me indicó que la lasagna ya estaba lista. Blaine terminaba su cuatrimestre hoy y festejaríamos por sus ridículamente buenas calificaciones. Estaba en la cocina cuando escuché que tocaban a la puerta. Vi la mesa de la sala y las llaves de Blaine estaban ahí.

-¡Un momento!- contesté y corrí a la puerta y abriéndola de golpe, sacando el aire contenido de puro asombro.

Un hombre alto y castaño estaba en mi puerta.

-Sebastian.- exhalé...

Against my dark sideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora