Against my dark side

Epílogo

Seis años después.

La familia Anderson-Hummel vivía en la afueras de Nueva York, en una casa de dos pisos, acorde al estilo francés. Tenían mínimo cuatro recámaras de huéspedes, aunque recientemente se había ocupado una en un sentido más permanente.

La pequeña Sami dormía profundamente en los brazos de Blaine, o "Pops", como solía decirle. Él seguía meciéndola en la silla de madera mientras tarareaba suevemente y acariciaba su grueso cabello rizado.

Era cerca de la medianoche cuando la puerta de la entrada se abrió y dejó pasar a un agotado Kurt. Subió las escaleras con cuidado y lo que vio le calentó el corazón. Blaine le sonrió en seguida, levantándose con la niña en brazos y la puso con cuidado en su cama, asegurándose de dejar prendida la luz rosada de su lampara de sirenas.

Cuando llegaron a la cocina, Blaine abrió una caja de leche y sirvió dos vasos, sacó del horno un pan casero y puso varias rebanadas en un plato.

-No entiendo cómo te da tiempo de hacer tantas cosas.- dijo Kurt tomando el pan.

-No es nada, cariño. Yo no tengo una galería que dirigir, así que tengo bastante tiempo.- contestó Blaine sonriendo. Kurt tomó su mano y lo acercó en un abrazo ligero.

-Como sea, tener a Ellen de jefa tampoco ha de ser fácil.- Blaine sonrió aún más, pensando en ella.

-Ellen me ayudó,- dijo en un susurro.- ahora yo le ayudo y ayudo a los demás.

-Eso te hace más o menos un héroe.- Blaine apretó el abrazo y escondió su cara en el cuello de su esposo, sonriendo.

-Tú siempre serás el mío.- Kurt subió sus manos hasta el cuello de Blaine, mientras enterraba los dedos en su cabello libre de gel.

-Gracias.- dijo como respuesta.

-¿Por?- Blaine se había empezado a balancear con un compás suave e imaginario.

-Por amarme tanto.- ambos se separaron para verse a los ojos y sonrieron, inclinándose para recibir del otro todo el amor del mundo convertido en un beso.

Fin

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^

Miles, miles de gracias por leer, votar y comentar.
Me hacen extremadanente feliz.

Pronto sabrán de mí.
Así que...

Nos leemos pronto.

Deanna