Against my dark side

The stairs

By: Kurt

Cerré la puerta en cuanto vi que Blaine cerraba la suya. Sus ojos se habían grabado a fuego en mis pupilas y sus palabras no se escapaban de mi cerebro.

"Tienes que alejarte de mí"

No podía hacer eso. Se lo había dicho a Santana y me había convencido a mi mismo. No quería alejarme.

"Tienes que alejarte de mí"

¿Tengo?

La mirada de Karofsky se cruzó por mi mente.

"Por nuestro propio bien, Kurt. Por el tuyo y por el mío"

Era eso, entonces. Sólo nos estaba protegiendo de su maniáco novio.

Pasé la mano sobre mi rostro cansado, pensando en mis posibilidades. Era completa y absolutamente cierto que no quería apartarme de él, pero por ahora todo parecía estar en nuestra contra. Tal vez... Tal vez esperar era lo mejor. No quería presionar a Blaine, o hacerlo sentirse acorralado de alguna forma...

Suspiré. Tendría que alejarme.

Y con eso en mente, me fui a dormir preparandome para esperarlo.

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Dos semanas después.

Di vuelta en la esquina de mi calle con un suspiro más. El trabajo estaba comenzando a ser un poco estresante por todas las personas con las que tenía que hablar en un día. Y el 'señor' Pellegrino (como insistía que le llamara) no ayudaba mucho.

Como fui caminando me di cuenta de algo que estaba fuera de mi monótona vida.

Laa paredes del edificio daban reflejos blancos y rojos, y cuando me acerqué lo suficiente reconocí una ambulancia estacionada enfrente de la puerta principal. El corazón me dio un vuelco cuando vi a Brittany abrazando a su esposa y sobando su espalda mientras Santana parecía convulsionarse por sus sollozos. Me acerqué a ellas con el corazón más frío.

-Santana, ¿qué pasó?- cuando la morena se giró para verme sólo alcanzó a mandar una plegaria antes de lanzar sus brazos a mi cuello y segui llorando sobre mi pecho.

- Lo...lo siento tanto, Kurt. Lo intenté, de verdad que si, pero fue demasiado fuerte y él me defendió. Todo es mi culpa, Kurt, es mi culpa y lo siento...

Sus palabras comenzaron a hacer un vacío en mi cuerpo. La gente que estaba rodeando la ambulancia, y donde no vi ningún rostro conocido, ningún par de ojos avellana asustados, abrieron paso para los paramédicos que traían la camilla.

Entonces lo vi.

Tenía su brazo derecho colgando y la pequeña letra en rojo oscuro brilló durante un instante. Seguí subiendo la mirada hasta ver su cara. Aunque deseé no haberlo hecho.

El hermoso rostro de Blaine estaba apagado, sus ojos cerrados y sus labios tensos en una mueca fría llenos de sangre seca.

Me separé de Santana y mis piernas me llevaron sin siquiera darme cuenta, mis brazos empujaron a todo aquel que se interpusiera sin pensar en la cortesía.

Ya no escuchaba nada, ni los sollozos de mi vecina, ni la sirena de la ambulancia, ni a los paramédicos diciendome que me alejara; seguí caminando hasta que pude tocar su rostro con mis manos y acariciar su cabello con mis labios.

Sentí levemente como una mano trataba de apartarme y alcancé a escuchar como alguien con acento latino abogaba por mi. Enonces la mano en lugar de quitarme, me guió hacia la ambulancia, metiéndome en ella y dejandome junto a mi Blaine.

La puerta del vehículo se cerró detrás de nosotros...

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