Acuarelas.
Acrílicos.
Óleos.
A Elías le encantaba pintar.
Le mostró cada uno de sus dibujos.
Trazos en lápiz y en carbón.
Lo admiraba.
Era muy talentoso.
Hasta había pintado a Luna y Waffles.
Elías se acercó tímido en donde estaba sentada.
Traía un cuaderno oculto en la espalda.
Y se lo entregó.
Manchas en distintos tonos azules.
Una chica.
Era ella.