Quería quedarse acostada por el resto del día.
No tenía ganas de nada.
Hizo todo lentamente.
Desenredar su cabello.
Vestirse.
Agarrar sus cosas...
La taza la dejó vacía.
La habitación la dejó vacía (aunque ya lo estaba).
Pisó el primer escalón del descenso.
Y lo pensó mejor.
No tenía ganas de bajar siete pisos.
Volteó para dirigirse al ascensor.
Y cuando se abrió, distinguió un rostro conocido.
Unos ojos grises.
"Andrea"
El chico sonrió.